Fuente de la Plaza Vieja

Según el primer historiador de la ciudad de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring (La Habana, 1889 - 1964), esta Plaza ha recibido, a través de la historia, los siguientes nombres: ¨Nueva¨ (al principio, con relación a la Plaza de Armas), ¨Real¨, ¨de Roque Gil¨ (a principios del siglo XVIII, por el vecino Roque Gil Peláez), ¨del Mercado¨, ¨de la Verdura¨, ¨Fernando VII¨, ¨de la Constitución¨, ¨de Cristina¨, ¨de la Concordia¨, ¨Vieja¨ (cuando cerca de ella se creó la Plaza Nueva del Cristo) y Parque Juan Bruno Zayas.


Este artículo es de hace 9 años

Según el primer historiador de la ciudad de La Habana, Emilio Roig de Leuchsenring (La Habana, 1889 - 1964), esta Plaza ha recibido, a través de la historia, los siguientes nombres: ¨Nueva¨ (al principio, con relación a la Plaza de Armas), ¨Real¨, ¨de Roque Gil¨ (a principios del siglo XVIII, por el vecino Roque Gil Peláez), ¨del Mercado¨, ¨de la Verdura¨, ¨Fernando VII¨, ¨de la Constitución¨, ¨de Cristina¨, ¨de la Concordia¨, ¨Vieja¨ (cuando cerca de ella se creó la Plaza Nueva del Cristo) y Parque Juan Bruno Zayas.

Se formó en 1559 en la manzana hoy comprendida entre las actuales calles San Ignacio, Mercaderes, Teniente Rey y Muralla, pero la determinación oficial de dejarla como Plaza, la tomó el Cabildo del 4 de abril de 1587.

En 1606 existía una pila de agua (de la Zanja Real) en el centro de la Plaza para abastecer al vecindario.

En el siglo XVIII el Marqués de Casa-Torres mandó a construir una fuente en el lugar y en 1796 el Conde de Santa Clara, instaló otra más bella, adornada con las armas de la Ciudad y las del Conde.

En 1835 se levantó un edificio de mampostería utilizado como carnicería, al que se llamó Mercado de Cristina. Los personajes que residían alrededor de la plaza se sintieron perjudicados por los olores y el ambiente del mercado.

En los años 50 del siglo XX se construyó un parque elevado sobre un parqueo subterráneo que le quitaba todo el ambiente colonial que le dan las mansiones señoriales que la rodean. A finales de este propio siglo, la Oficina del Historiador de la Ciudad restaura la Plaza colocándole adoquines y su fuente al centro.

Hoy, enrejada para su protección, posee un cartel con un mensaje del Historiador de la ciudad de La Habana, que explica:
¨PARA CONOCIMIENTO DE TODOS
La Fuente de la Plaza Vieja constituye una obra de arte, a la vez, ha sido escenario de la vida cultural de la comunidad y parque de recreación de los niños de primaria de la escuela Ángela Landa.
Solo con el interés y el sumo cuidado de todos los vecinos podemos impedir que se ocasionen daños a la reja que la protege.¨

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