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Las siete maravillas de la Ingeniería Civil en Cuba

En Cuba, en el año 1997 y a sugerencia de la Sociedad de Ingenieros Civiles de Cuba, treinta siete obras se presentaron para ser seleccionadas como una de las siete maravillas de la Ingeniería Civil en Cuba.


Este artículo es de hace 8 años

Las grandes obras transcienden su época, superan sus propósitos y se adaptan al paso del tiempo. Al igual que las buenas obras literarias que siempre tendrán nuevos lectores y las grandes piezas teatrales a las que nunca les faltará un auditorio interesado; las grandes obras de ingeniería superan sus usos primigenios y su época y se convierten en callados testigos de la vida en las ciudades o participantes readaptados a nuevos tiempos y necesidades.

En Cuba, en el año 1997 y a sugerencia de la Sociedad de Ingenieros Civiles de Cuba, treinta siete obras se presentaron para ser seleccionadas como una de las siete maravillas de la Ingeniería Civil en Cuba. Miembros expertos de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC) decidieron que merecían formar parte de las siete maravillas de la Ingeniería civil en Cuba las siguientes:

Acueducto de Albear (1893)

Fundado en 1893 para abastecer las necesidades de agua de los 200 mi habitantes de la ciudad. Con una capacidad total de 302.800 m³/día, continúa actualmente continúa prestando servicios.

Sifón del Alcantarillado de La Habana (1912)

Terminado en 1912 para sanear la capital de los malos olores y contaminaciones que provocaba el vertido de aguas albañales a la bahía. Activo tras más de 100 años de uso, continúa bombeando las aguas residuales hasta el noroeste del litoral habanero.

Carretera Central (1931)

La más extensa de su tipo en el país, con 1139 kilómetros de longitud, atraviesa todo el país y conecta el oriente con el occidente de la Isla.

Edificio Focsa (1956)

Sus 39 pisos y 121 metros de altura hicieron de este edifico el más alto de Cuba y el segundo más elevado de hormigón armado del mundo en 1956, año en que terminó de construirse tras 28 meses de obras. Su nombre es un acrónimo del primer inversionista principal: Fomento de Obras y Construcciones Sociedad Anónima. Con su estructura cóncava es uno de los edificios emblemáticos de la capital cubana que alberga no solo tiendas, teatro y cafeterías sino el conocido restaurante El Emperador, la dirección provincial de Radiodifusión y las emisoras COCO y Radio Metropolitana.

Túnel de La Habana (1958)

Entre 12 y 14 metros por debajo del nivel del mar de la Bahía se construyó este túnel de 733 metros de longitud. Ideado como arteria de comunicación directa y más expedita con el este de la capital, terminó de edificarse en 1958.

Puente de Bacunayagua (1959)

El puente más alto de Cuba, con 114 metros conecta la actual provincia de Mayabeque con Matanzas. Lugar de visita obligada y de conexión entre el este y el oeste del país.

Viaducto de La Farola (1965)

Inaugurada en 1965, esta carretera que regala unas preciosas vistas atraviesa todo el macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa y conecta Baracoa con Guantánamo. En algunos puntos alcanza los 450 metros por encima del nivel del mar, por lo que recibe el apodo popular de la calzada volante.

Varios años después de ser reconocidas como joyas de la ingeniería civil cubana, Correos de Cuba emitió sellos conmemorativos y una hoja de souvenir de estas obras 'maravillosas' por los siguientes importes: cinco centavos para el sello de los Tanques de Palatino del Acueducto de Albear en La Habana, diez para el del sifón del alcantarillado habanero, veinte para el de la Carretera Central, treinta para el de la entrada al túnel, ochenta y cinco para el sello del Puente de Bacunayagua y noventa para el del Acueducto de la Farola. Una hoja de souvenir, impresa en papel cromado, muestra al Edificio Focsa. Pese a los diferentes valores que las estampillas poseían, las obras que representaban poseen todas el mérito de haber aplicado técnicas novedosas en su construcción, haber supuesto progresos económicos, sociales, comunicativos y mejoras en las infraestructuras de su época, y todas se han ganado un justificado espacio en las historia de la arquitectura y la ingeniería civil en Cuba.

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Marlén González

(La Habana, 1978) Lic. en Filología hispánica y Máster en Lexicografía. Ha sido profesora en la Universidad de La Habana e investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela.

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Marlén González

(La Habana, 1978) Lic. en Filología hispánica y Máster en Lexicografía. Ha sido profesora en la Universidad de La Habana e investigadora en la Universidad de Santiago de Compostela.