Si el cubano es, por sí solo, un ejemplo perfecto de lo sui géneris en Latinoamérica, el habanero se desdobla en una mezcla excepcional, algo extravagante, apasionada e irreverente, dividida entre la reticencia inevitable del pasado y la modernidad cosmopolita y obligatoria que le toca “por la libreta”, como ciudadano legítimo de la capital de Cuba, hoy Ciudad Maravilla.
1. Contarás hasta cien cuando pierda Industriales y volverás a depositar tu confianza en el equipo no importa qué
Así pierdan mil veces, el papelazo que hagan nunca te hará renunciar a ellos, en cada partido, en cada inning, lucirás con orgullo el pullover azul y apostarás siempre por los leones.
2. No te atormentarás con los baches de tu cuadra, ni siquiera cuando se convierten en piscinas naturales
Se ha dado el caso incluso, de clarias nadando libremente para luego ser atrapadas por los mismos moradores de La Habana cuando el mar sobrepasa los límites del litoral norte cubano e inunda alcantarillas, baches, garajes.
3. No derramarás tu Cristal en vano
Junto con la Bucanero, esta es la cerveza estrella de los establecimientos más frecuentados por los habaneros, conocidos en su condición de buenos bebedores y fiesteros.
4. Maldecirás una y mil veces a quien te obligue a usar el transporte público en contra de tu voluntad
El trasporte público en La Habana -y en Cuba en general- es la pesadilla recurrente que debemos “morder” de forma diaria para movernos de un lado a otro en la ciudad; las demoras, las roturas y la escases de vehículos hacen del simple acto de “coger guagua” una epopeya bíblica.
5. Honrarás una partida de dominó por sobre todas las cosas
Si algo respeta el habanero es pasar tiempo con las amistades, la familia, los socios de barrio, para lo cual siempre estará dispuesto a echar la típica partidita de dominó, aderezada habitualmente con algunos de los más exquisitos rones de la isla.
6. Brindarás a los orishas antes de tomar el primer trago
Costumbre tanto de los capitalinos como de muchos cubanos, nunca se estrena una botella de ron sin echar primero un chorrito en el piso, una suerte de brindis con los santos para entrar en armonía con el mundo espiritual antes de comenzar cualquier fiesta.
7. No admitirás bajo ninguna circunstancia que nadie hable mal de La Habana, ni siquiera cuando tiene la razón, excepto otro habanero, claro está
Esto ni pensarlo, nadie sabe más de La Habana que tú, que la conoces del pí al pá, así que nadie puede hablar de ella frente a ti si no quiere atenerse a las consecuencias.
8. Volverás al Malecón, porque él fue tu primer amor
El Malecón de La Habana conserva seguramente los momentos más especiales en la vida de cualquier capitalino, el encuentro con el mar atrae diariamente a miles de habaneros que desembocan en la costa luego de un paseo por todo 23.
9. Llevarás en el alma al menos una canción sobre La Habana
A que más de una vez te has sorprendido a ti mismo cantando “Hermosa Habana” de los Zafiros, “Postal de La Habana” de Sabina, “Habáname” de Carlos Varela o “Sábanas Blancas” de Gerardo Alfonso, alguna de ellas -entre otras tantas- son algunas de las canciones más hermosas dedicadas a la capital de todos los cubanos.
10. No codiciarás playas foráneas cuando tienes a Santa María, Boca Ciega, Guanabo, Brisas del Mar o Bacuranao en tu patio, y menos cuando estás tan cerca de Varadero
Un habanero sabe bien que el paraíso le queda bastante cerca, no está en Hawai ni Punta Cana, está en las bellas playas de La Habana del Este.
Imagen tomada de: Juventud Rebelde
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