La habanera Alina Villasante, que aterrizó en territorio estadounidense cuando apenas tenía ocho meses de vida, ha levantado un multimillonario negocio que incluye ropa, joyas e innumerables artículos que se venden por distintos lugares del mundo.
Esta empresaria cubanoamericana ha lanzado su propia colección de prendas con un mensaje de paz, amor y felicidad.
Sus frases inspiradoras nacen de los valores y la cultura cubana. "Mis padres son cubanos, gente muy humilde, trabajadores y tienen corazones muy luchadores", confiesa.
Abrir una tienda en La Habana es uno de los sueños que persigue porque significaría cerrar el círculo y emprender una vuelta a los orígenes.
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