Aunque aún está en fase de remodelación el Salón de los Escudos, en el Capitolio Nacional, abrió sus puertas al público el pasado 23 de agosto.
Situado en el ala sur del edificio, el salón muestra sus techos con sus luminarias originales, las cuales han sido restauradas en bronce, así como sus pisos y zócalos de mármol y sus regias columnas.
El mobiliario original, en proceso de restauración, se irá añadiendo gradualmente.
Según reveló a la emisora Habana Radio Mariela Mulet Hernández, jefa de la Unidad Presupuestada de Inversiones Prado, de la Oficina del Historiador de La Habana, esta estancia, que primero fue Salón de Protocolo del Senado, es muy similar al Salón Baire, y en ella se pueden apreciar los emblemas que identificaron a las seis provincias en que se dividía Cuba.
La restauración del Salón de los Escudos se vio obstaculizada al estar encima el restaurante que tuvo la edificación al construirse, con una gran cocina que presentaba filtraciones. Hubo que restaurarlo teniendo en cuenta que había que añadir los sistemas tecnológicos.
Desde 2012 el Capitolio Nacional es objeto de la mayor restauración desde que fue inaugurado en 1929. Ya se terminaron las obras en el ala norte del inmueble y se trabaja en la planta principal, donde están los hemiciclos.
Desde marzo de 2018 se han abierto el Gran Salón de los Pasos Perdidos, con la gran escultura de la República; los salones Baire, Baraguá, Simón Bolívar y el aula contentiva de la biblioteca José Martí. En estas instalaciones pueden verse bellas colecciones de cristales, vajillas y cubertería, tanto del Capitolio como del Palacio Presidencial.
También se puede admirar la Tumba del Mambí Desconocido, rodeada de las banderas de los países americanos y de las de aquellos que mostraron su solidaridad con Cuba durante las guerras de independencia.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: