Inicia otra semana de apagones en toda Cuba y los clientes de la empresa estatal que monopoliza el servicio eléctrico del país se desesperan con sus partes diarios de “capacidad de generación”, “déficits” y “afectaciones”, que no reflejan el calvario de un pueblo a oscuras.
Dice la UNE que este domingo "se afectó el servicio por déficit de capacidad de generación durante las 24 horas del día". En el horario pico se produjo “la máxima afectación”, que fue de 764 MW, sobre las diez de la noche.
El cubano que ayer sufrió seis horas de apagón se podría preguntar de qué sirven los partes de la Unión Eléctrica de Cuba. Lleva meses leyendo lo mismo, una nota de corta y pega en la que se añaden o quitan megawatts, averías y mantenimientos en una lista variable de unidades de termoeléctricas.
Al que le tocaron ocho, diez y hasta doce horas de apagón, la política de comunicación de la UNE sencillamente le amarga aún más la vida, le corroe el alma día tras día. Al parecer, menos en La Habana, los cubanos están mayoritariamente en esta franja, donde la angustia, la indignación y la incertidumbre construyen las preguntas que la UNE no responde.
Para este lunes, “se estima para la hora pico una disponibilidad de 2,389 MW y una demanda máxima de 3,150 MW, para un déficit de 751 MW, por lo que de mantenerse las condiciones previstas se pronostica una afectación de 821 MW en este horario”. ¡Buena suerte!, le faltaría añadir a la UNE.
Tampoco Miguel Díaz-Canel, sus ministros, el PCC o las Mesas Redondas explican lo que está pasando. Todos los estamentos del régimen repiten una y otra vez la historia del “bloqueo” y convierten en heroísmo de los trabajadores la ineptitud, corrupción, indolencia e impunidad de los gobernantes.
“Se implementan todas las medidas de restricción del consumo en el sector estatal”, reza el final del parte de la UNE, como si con ello los cubanos se fueran a la cama en apagón, pero más tranquilos, con la esperanza de que las restricciones, los mantenimientos, la resistencia creativa, la fe inquebrantable en la revolución y la guía de Fidel les devolverán a la normalidad algún día.
Dijo Díaz-Canel a finales de agosto que en los próximos meses pretendía disminuir las horas de apagones que sufre la población "en el menor tiempo posible". También dijo que pretendía desarrollar inversiones y mantenimientos en las plantas que brinden estabilidad al sistema electroenergético nacional (SEN) y cambiar la matriz energética del país hacia fuentes renovables.
"Aspiramos, con esta estrategia, que en diciembre podamos alejarnos lo más posible de los apagones, incluso llevarlo a cero", enfatizó Díaz-Canel. Además, se mostró confiado en que el SEN ganará en estabilidad durante el 2023, mientras que las inversiones permitirán la introducción de otras fuentes de energía con nuevas tecnologías.
Este lunes, en los comentarios al parte de la UNE, los cubanos dijeron: “Esto es un gran abuso. Todos los días arreglos para nada. Los apagones interminables. Valoren incluir la Habana porque el campo estamos con 14 horas, incluyendo la madrugada. Será que no somos personas”.
“El cuento de nunca acabar y La Habana viviendo la vida, mientras en provincia viviendo en apagones”; “Esto está jodido, pero dice el presidente que tiene solución. Veremos pa’ cuándo”; “Los apagones no escampan aquí en Santiago de Cuba, ni en los momentos que hubo menos déficit se vio mejoría. Esto no es fácil”.
"Ya no se puede más. Ayer 2 veces, una por la mañana de 6 horas, y después, a las 10 de la noche, hasta las 6 de la mañana”; “Seguimos en las mismas, seis horas de apagón. No den más partes, que dan asco. Lo que queremos son soluciones, nadie habla de eso”; “Esto es el cuento de la buena pipa”.
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