APP GRATIS

Tardocastrismo: Forcejeos y trabajo sucio

Las tres generaciones que dieron lo mejor de sus vidas por la revolución cubana son ahora un ejército zombi, pobre, amargado y rabioso, incluidos los exiliados que ahora se jubilan y echan cuentas para repatriarse y recuperar esas psicofonías taínas de 'fulanito, miamol, ¿tú tendrás un buchito de café?'...

Raúl Castro y Miguel Díaz Canel © Cubadebate/Irene Pérez
Raúl Castro y Miguel Díaz Canel Foto © Cubadebate/Irene Pérez

Este artículo es de hace 6 años

El tardocastrismo está haciendo un trabajo sucio impecable allanando el camino al capitalismo vietnamita, que está al doblar de la esquina, y asumiendo el coste político que implican las desigualdades que toda cura de caballo propina a las sociedades pretendidamente igualitarias y exitosas en igualar a la mayoría en el paraíso de la pobreza.

El presidente del parlamento unicameral y unicolor ideológico, Esteban Lazo Hernández, ha llegado a saltarse el perfil institucional que se le supone a tamaña responsabilidad y se ha puesto el traje de recaudador en jefe para avisar que deben pagarse impuestos con religiosidad.

Las ventajas del neodiscurso tardocastrista son tres: honestidad, racionalidad y valentía y sus desventajas son tres: tardío, desorganizado e injusto.

Con las ventajas asume que se acabó el pan de piquitos y unas cuotas de desgate político y de impopularidad aún mayores de las que ya han cosechado.

Con las desventajas ahonda la brecha entre ricos y pobres, profundiza la esquizofrenia crónica que padece desde el voluntarismo suicida del comandante en jefe y acentúa la bipolaridad sociopolítica que soportan estoicamente la mayoría de los cubanos.

Raúl Castro avisó cuando dijo que estaba harto de improvisaciones, que el tiempo se había agotado porque la isla estaba bordeando el precipicio, en una imagen que parecía sacada de una novela de su paisano Reynaldo Arenas, blanco y oriental, como el presidente.

Pero quizá el mandatario no tenía aún la magnitud real del desastre, pese a haber sido el vicecomandante en jefe aparencial del hundimiento, y no ha tenido otra opción que asumir la cirugía a corazón abierto, sabiendo que el paciente tiene dolencias crónicas graves: población envejecida y dependiente, notables índices de alcoholismo y drogas, y negros y mestizos más pobres que los blancos de piel.

Y como si no bastara, los jodedores se han puesto a jugar al centro reformismo, que en política es la nada; con el riesgo de que simulan ante el mundo virtual que son independientes cuando no son más que asalariados del General de Ejército que los conoce hasta el desprecio, porque muchos andaban recogiendo tibores en Pajarito o guataqueándole a Batista, mientras Raúl asaltaba el Moncada, pasaba por Isla de Pinos, México y el Segundo Frente.

La imagen de García Márquez, entonces corresponsal de Prensa Latina, corriendo sin parar desde Nueva York hasta México, en medio de la invasión de Playa Girón, con los cubanos asesinados por los bombardeos del 15 de abril aún insepultos, persuadieron a Fidel y a Raúl de que los intelectuales y artistas no son de fiar, y esa ha sido la tónica dominante, pagarles o pegarles; aunque algunos creadores se pongan solemnes y juren con algarabía que combatirán hasta el último minuto de conexión con banda estrecha y las 100 cabillas convertibles, más los viajecitos a la yuma para hablar de Virgilio Piñera, el miedoso.

El General de Ejército tendrá muchos que le escriban, pero lo que demanda con urgencia es lo que no tiene: tiempo reposado para reparar, al menos parcialmente, la ruina que heredó de su hermano Fidel, que siempre intentó reducirlo a un papel secundario, hasta que comprendió -ya tarde- que el pequeño carecía de carisma pero había bebido lo mejor de sus padres y sabía que sin una economía ordenada y próspera el socialismo es quimera.

Sin una economía ordenada y próspera el socialismo es quimera

Hugo Chávez y su pasión bolivariana arruinaron cualquier intento de racionalidad económica y contable de Raúl, que asistió acongojado al penúltimo retroceso en la independencia económica de un país mendigante con capital humano para ser próspero y feliz.

La desigualdad socioeconómica es definitiva porque la mariconá de Gorbachov fue el pretexto ideal para que el Buró Político se desentendiera de la gente y llamara patriota al exilio más vilipendiado de la historia, siempre que mantenga las remesas y las recargas de móviles para la Wifi con pugilato.

Las tres generaciones que dieron lo mejor de sus vidas por la revolución cubana son ahora un ejército zombi, pobre, amargado y rabioso, incluidos los exiliados que ahora se jubilan y echan cuentas para repatriarse y recuperar esas psicofonías taínas de fulanito, miamol, ¿tú tendrás un buchito de café?, que mi mamá tiene una clase'e dolor de cabeza… Mami, ¿tú tienes intelné?, es pa'que me dejes conectarme un segundito y mandarle un mensajito al novio de mi prima que este mes no ha mandado el dinerito y ella está preocupada por si le hubiera pasado algo, tú sabes que en esos países hay tremenda violencia…

Menuda herencia recibirán los tres jefes de ejércitos, el almirante Gandarilla, Díaz- Canel, Bruno, los exiliados deseosos de hincarle el diente al jamón del diablo, la oposición que mejor reaccione a la hora de los mameyes, más los tapados de ambas orillas que aguardarán al minuto cero para –cual camaleones- colorearse del tono de moda.

Raúl ha sido derrotado por una combinación letal del laberinto minado que construyó Fidel, dándole privilegios y cuotas de poder a una burocracia que finge lealtad ideológica a cambio de enriquecerse y discriminar a los cubanos, por el cierre del grifo petrolero del Orinoco (que es el peor petróleo de Venezuela), y por su natural conservadurismo a sus 86 junios.

Raúl ha sido derrotado por una combinación letal del laberinto minado que construyó Fidel, dándole privilegios y cuotas de poder a una burocracia que finge lealtad ideológica a cambio de enriquecerse y discriminar a los cubanos

En unos meses podrá jubilarse y pasear por Yucatán o París, acompañado de su cúmbila Leonov, hermana, hijos y nietos; al menos se va con el mérito de que su vida fue una vocación perenne de racionalidad frente a los delirios de un hiperliderazgo tan familiar y divino como avasallador y fallido.

Pero quizá tenga pesadillas con el fantasma del Che Guevara, un santón ignaciano, cruel, racista y antisoviético, al que sacrificaron en Bolivia para gozo de París Match y The New York Times, aunque tenía la clave: hacer uno, dos, tres, muchos Viet Nam...

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:

Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.