Fernando Sánchez: "Todavía estamos esperando las bicicletas que nos prometieron en el año 91"

A sus 65 años de edad, Fernando Sánchez González todavía espera que le cumplan la promesa que le hicieron al equipo de Matanzas, campeón nacional de béisbol en el año 1991. El expelotero yumurino, uno de los mejores bateadores de la historia, cuenta que no ha llegado a su casa aquella bicicleta que, supuestamente, sería el premio al esfuerzo realizado y a la corona alcanzada.

“Ni siquiera cuando fuimos campeones con ¨Sile¨ Junco se vio aquello, imagínate que todavía estamos esperando unas bicicletas que nos prometieron aquella vez cuando ganamos el título, en el año 1991”, manifestó a la revista Play-Offmagazine.

Hablamos del jugador con más temporadas de la provincia, autor de más de 200 cuadrangulares, más de mil impulsadas y anotadas, más de 2000 hits y con average ofensivo por encima de los 300 puntos.

Sobre los resultados de la selección del territorio bajo la égida de Víctor Mesa, expresó que “no pudo lograr lo que todo director anhela: ganar un campeonato. Es un director que le gusta mucho la disciplina, ayuda mucho a los atletas, se preocupa por sus dificultades dentro y fuera del terreno”.

Sin embargo, mencionó que el “32” debe “mejorar sus métodos de trabajo, a la hora de expresarse, el béisbol es un deporte colectivo y todos no son iguales”.Y agregó, “Víctor Mesa cuando está vestido de civil es una persona y cuando se pone el traje de pelota cambia”, dijo.

De cara al inicio de la 57 Serie Nacional, Sánchez refirió que la preselección de Matanzas trabaja sin presión y con tremenda alegría. Asimismo, destacó que se recuperaron algunos atletas que Víctor había sacado, quienes “están haciendo tremendo esfuerzo y espero que tengan un buen rendimiento”.

Indicó que en estos momentos trabaja en la Academia Provincial, en el histórico Palmar de Junco, con los muchachos de la categoría sub-23 años en pos de mejorar ese deporte en su provincia. ”Los implementos deportivos o no existen o están en muy mal estado, al menos aquí en el Palmar de Junco hay grandes dificultades con eso”.

Sus palabras mostraron su decepción. “Jamás me han propuesto un viaje al exterior para trabajar como técnico, tampoco he recibido esa ayuda de la provincia (…) después que uno se ha sacrificado tanto, eso molesta muchísimo, duele. Ahí tengo mi automóvil, el que me obsequió el comandante en jefe en el año 1993 y nadie se ha preocupado, en ningún lugar, por cambiármelo o por ayudarme a arreglarlo, lleva cinco años ahí parqueado, guardado, fíjate si la atención está por el piso”.

Con información de Play-Off Magazine.