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La pitón birmana: un peligro en Florida que intentan solucionar pagando a hombres para que las cacen

La serpiente pitón es la principal depredadora de la fauna local de Florida.

Caza de la pitón birmana en Florida © Dustin Crum/ Facebook
Caza de la pitón birmana en Florida Foto © Dustin Crum/ Facebook

Este artículo es de hace 6 años

La irresponsabilidad del ser humano a menudo se vuelve contra él mismo. Eso se concluye al conocer los daños que están ocasionando en Florida las serpientes pitones, una especie foránea introducida por el hombre que ha encontrado condiciones óptimas para reproducirse hasta tal punto que hoy es una verdadera depredadora de la fauna local.

La pitón birmana, originaria de países tan lejanos como India, Pakistán, Nepal e Indochina, fue traída en la década del 70 como mascota. Al crecer demasiado –está entre las cinco especies de serpiente más grandes–, sus dueños las liberaron en el Parque Nacional de los Everglades, donde se han convertido en un grave problema para las especies autóctonas.

El biólogo Mike Kirkland, director del programa de captura de pitones del Distrito de Gestión de Aguas del Sur de Florida, reveló al diario El País que la situación es crítica. “En algunas áreas hemos registrado reducciones del 99 por ciento de animales con pelo”.

Aunque no son venenosas, su gran tamaño y su fuerza les permiten enrollar y asfixiar a sus presas. Han llegado a matar ciervos más pesados que ellas y hasta caimanes. Tampoco se descarta un posible ataque a una persona. “Por desgracia, puede que sea cuestión de tiempo que haya un accidente. Son capaces de doblegar a un niño o un adulto menudo”, dijo Kirkland.

Después de varios métodos empleados para capturarlas, se ha comprobado que la forma más eficaz es también la más antigua: la caza. Desde hace un año Kirkland dirige un programa al que se apuntaron 25 hombres para atrapar ofidios en los pantanos de Florida.

Cobran el salario mínimo (8.25 dólares la hora), más 50 dólares por cada animal mayor de 1.20 metros y otro plus de 25 por cada 30 centímetros más de largo. Si tenía un nido con huevos, el premio es de 200 dólares.

Foto: Dustin Crum/ Facebook

Uno de estos cazadores es Dusty Crum, apodado El Salvaje, quien ha matado más de cien animales. “Nunca me había dedicado a cazar, pero capturar serpientes se me da bien, me divierte y, sobre todo, ayuda a nuestro ecosistema. Lo único que quiero es que se recupere nuestra vida salvaje autóctona…”, afirmó.

Foto: Dustin Crum/ Facebook

Joe Wasilewski es otro veterano biólogo de Florida especializado en especies invasoras que trabaja para la Universidad del estado. En 2017 trajo a dos cazadores de una tribu de India para que le enseñaran sus técnicas ancestrales. La idea es que regresen para continuar la preparación de las nuevas cuadrillas que se han creado.

Los hombres de Kirkland han cazado más de 800 animales en un año. Pero exterminarlas es imposible: en los 3.800 kilómetros cuadrados de los Everglades se calcula la presencia de decenas o cientos de miles de pitones. A lo más que se aspira es a contener su población.

No es nada fácil. Los cazadores a menudo pasan horas y hasta días seguidos sin encontrar ninguna. Las pitones puede reptar y nadar decenas de kilómetros y ya han traspasado las fronteras del parque para adentrarse en zonas urbanas. Una vez que las hallan, la agilidad y la pericia son vitales para dominar un enemigo puede superar los seis metros y pesar más de 100 kilos.

Foto: Dustin Crum/ Facebook

Los expertos temen que las serpientes crucen la frontera de Florida hacia sus estados vecinos. Es una posibilidad que los hombres fuertes del sur del país tratan de impedir.

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