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El exmilitar cubano acusado de homicidio en España admite el crimen

Un jurado popular enjuicia a un exmilitar de la Isla por asesinato y tenencia ilícita de armas.

Las autoridades policiales arrestando a un delincuente © Wikimedia Commons
Las autoridades policiales arrestando a un delincuente Foto © Wikimedia Commons

Este artículo es de hace 6 años

Sevilla, 4 abr (EFE).- El exmilitar cubano Alberto H.B., juzgado por el crimen de Manuel J.G. en una nave de Carmona (Sevilla) en noviembre de 2015, ha admitido que le disparó "dos veces" y no le dio tiempo a defenderse y ha alegado que la víctima estaba apuntando con un revólver al otro acusado, que ha negado tal amenaza.

Un jurado popular enjuicia a Alberto H.B. -al que la Fiscalía pide 17 años y 10 meses por homicidio y tenencia ilícita de armas y la acusación particular 27 años- y al dueño de la nave en la que ocurrieron los hechos José María Y.T. -al que la Fiscalía no acusa mientras que la familia de la víctima le pide también 27 años y señala como quien ordenó al exmilitar cubano que matara a Manuel-.

La familia de la víctima sostiene que el móvil del crimen fue que Manuel descubrió que su amigo José María Y.T. había robado la mitad de un alijo de 2.000 kilos de hachís del que ambos se hicieron cargo por "necesidades económicas".

Ambos acusados han declarado hoy con versiones distintas de los hechos en un juicio en el que Alberto H.B. ha hablado de "mafias" de tráfico de armas y de su entrenamiento para "supervivencia" y manejo de todo tipo de armas por su pasado como combatiente en Nicaragua.

El exmilitar cubano -en prisión preventiva tras permanecer una semana huido en el campo- señala que José María, por quien "daría la vida" porque le proporcionó casa en su finca en la que trabajaba y ayuda para su familia en Cuba, no le ordenó que matase a Manuel pero el día de los hechos éste llegó con otros dos.

Según Alberto H.B., oyó que Manuel gritaba a su patrón "págame" y a Jose María decirle "Alberto ayúdame que me quieren matar".

Al salir vio a Manuel "apuntando de frente" a José María, que "estaba en el suelo", con "un revolver calibre 38 de cañón corto" y a uno de sus acompañantes con una barra de hierro, por lo que lo disparó "dos veces" y no le dio tiempo" a defenderse porque es "muy ligero con una escopeta en la mano".

Según su testimonio, José María le dijo que si se había vuelto loco, "que le había arruinado" y ayudó a los acompañantes de Manuel a cargar el cuerpo en el coche en el que habían llegado y se fue, siguieron en contacto mientras estuvo huido hasta que una semana después fue a recogerlo y entonces lo detuvieron.

Negocios de droga de fondo

A preguntas de la acusación particular, ha negado saber si José María tenía negocios de droga y haberle vinculado con una red criminal internacional.

"No hablo de José María, es una red internacional que la UCO de Madrid me ha dicho que no puedo revelar porque aquí hay tráfico de armas de guerra", ha respondido.

Sí ha admitido haber dicho tras el crimen que "unos portugueses querían matar a José María".

El otro acusado ha negado que Manuel fuera armado cuando fue a verle con tres amigos comunes para reclamarle "1.100 euros" de "comisiones" por encargos de transporte que él se negaba a pagarle mientras no le devolviera dos máquinas que le prestó.

Según José María Y.T. ese día Alberto estaba distinto "con los ojitos muy chiquititos, no sé qué había tomado o había hecho".

Según su relato, sin que mediara forcejeo en su conversación con Manuel ni sus acompañantes le amenazaran, en un momento dado Alberto salió con una escopeta y cuando Manuel se le acercó "antes de que tocara el cañón, boom".

"No sé por qué, como no fuera que viera detrás mía al otro chaval con una barra de hierro y pensara otra cosa porque ese chaval no tenía mala intención", ha dicho.

Huyó a Llerena (Badajoz) por "miedo" porque Alberto "no estaba en sus cabales", no le hizo caso cuando le pedía que tirara la escopeta y le vio recargarla.

Avisó al hermano y la familia de Manuel, con quienes se mantuvo en contacto y al enterarse de que había muerto volvió el mismo día y llamó a la Policía, con quien "colaboró en todo momento" llamando a diario a Alberto para tenerlo localizado hasta preparar su arresto.

"Nunca en mi vida me he dedicado al tráfico de drogas", ha asegurado José María.

La acusación particular le ha preguntado por la denuncia que investiga un juzgado de Carmona por un secuestro posterior sufrido por él junto al hermano de Manuel al señalar que "no procede en este caso".

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