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Cuando un gobierno atenta contra la educación, atenta contra la patria y la nación

Tremendo que una viceministra de Educación, a juzgar por la versión de Granma, reduzca el Español a ortografía, desconociendo la importancia que tiene para cualquier ciudadano el saber expresarse correctamente y comunicarse con sus semejantes.

IPVCE Carlos Marx © Cubadebate/ Andy Jorge Blanco
IPVCE Carlos Marx Foto © Cubadebate/ Andy Jorge Blanco

Este artículo es de hace 5 años

La reciente decisión del Ministerio de Educación (MINED) de Cuba de suprimir los exámenes de Español en las pruebas de ingreso a los preuniversitario de Ciencias Exactas ahondará la crisis educativa que sufre la isla desde el derrumbe del Muro de Berlín y enviará un mensaje equivocado a educadores y educandos.

El Español es la segunda lengua del mundo y forma parte del patrimonio cultural cubano, de hecho ha resistido cuantos ataques han sido posibles desde el propio gobierno y una sociedad vulgarizada por la extensión de la cultura de la pobreza.

Cualquier persona sensible habrá visto con horror cómo retrocedió la calidad de la educación en Cuba por culpa de la crisis económica de los 90, que provocó el éxodo de maestros bien formados a sectores más rentables como el turismo y la adopción de “maestros emergentes” y las clases por televisión.

La memoria cubana –tan maltratada- atesora como una ventaja y cualidad las promociones de Maestros Normalistas, la mayoría ya jubilados o convertidos en repasadores de alumnos en CUC o equivalentes, pero los chicos que ahora accedan a los llamados PRE de Ciencias Exactas han sufrido errores e improvisaciones en su formación básica.

El revuelo causado por la incomprensible decisión del MINED cubano ha sido de tal magnitud, que Granma reaccionó y tuvo a bien preguntar a una viceministra que confirmó la decisión y la matizó diciendo que la ortografía sería evaluada en los exámenes a los que se sometan los aspirantes.

Tremendo que una viceministra de Educación, a juzgar por la versión de Granma, reduzca el Español a ortografía, desconociendo la importancia que tiene para cualquier ciudadano el saber expresarse correctamente y comunicarse con sus semejantes.

Algunos oportunistas han aprovechado el error para arremeter contra el Reguetón, en vez de criticar abiertamente a las autoridades educativas y al Buró Político por los errores cometidos en el ámbito educativo, un sector estratégico en cualquier país y, especialmente en Cuba, donde la educación fue usada como bandería política.

El Reguetón y otras manifestaciones musicales contemporáneas son reflejo del lenguaje coloquial que usa una parte significativa de las nuevas generaciones, pero si alguien quiere tildarlo de vulgar y chabacano, que haga lo mismo con el Buró Político, pues el viejo truco de criticar siempre al empleado gastronómico y no a la pobreza provocada por el castrismo, cansa y resulta grotesca.

El Ministerio de Educación tendrá que asumir la responsabilidad de producir ingenieros incapaces de hacer una oración con sujeto, verbo y predicado o de hablar sin faltas de ortografía, que parece la obsesión de la citada viceministra.

Cuando un gobierno atenta contra la educación, atenta contra la patria y la nación; y aún están a tiempo de corregir este error y remodelar la educación cubana de arriba abajo, ponderando la calidad por encima de los índices de promoción.

Salvo que los equivocados seamos el resto y realmente la eliminación del examen de Español para acceder a un Bachillerato especializado en un país donde toda la educación es pública, forme parte de un plan para seguir produciendo mansos sin criterios que suplanten la realidad con entusiasmo sectario y empequeñecedor.

Martí, ese por el que algunos se rompen las vestiduras por un corto sin terminar, avisó que ser cultos es el mejor modo de ser libre y advirtió que antes había que ser próspero y feliz.

Por este camino, ni una cosa ni la otra.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.