La ceremonia de investidura de Vladimir Putin como presidente de Rusia, cargo que juró por cuarta vez, también sirvió para ver cómo el dirigente viajó en un nuevo y lujoso auto.
Según detalló 'Sputnik News' se trata de una nueva limusina del proyecto Kortezh, que cuenta con un motor V12 de 6,6 litros y una potencia de 860 caballos de fuerza.
Este vehículo, que tiene un tamaño de casi siete metros, reemplaza al Mercedes que se pudo ver en las anteriores investiduras del dirigente ruso.
La joya automovilística tiene ruedas antibalas y no cuenta con sistemas de smartphones integrados con el objetivo de evitar la fuga de datos cuando se conecte el móvil en el auto.
En este sentido el portal 'El Deber' explicó que todos los vehículos del proyecto cuentan con un motor eléctrico incorporado "entre el motor diésel y la caja de cambios".
El pasado mes de enero el ministro de la Industria y el Comercio de Rusia, Denís Manturov, aseguró que la versión más básica de este carro podía costar entre 100.000 y 125.000 dólares.
Su nombre comercial Aurus procede de la unión de las primeras sílabas de Aurum (oro) y Rusia, tal y como recogió el citado medio.
La creación de la plataforma de los vehículos presidenciales fue obra de la Oficina de Diseño NAMI y contó con una inversión de 220 millones de dólares.
Toma posesión por cuarta vez
Putin juró este lunes 7 de mayo como presidente de Rusia por otros seis años, en medio de un fuerte respaldo popular que está marcado por una costosa confrontación con Occidente, una economía frágil e incertidumbre respecto a lo que sucederá cuando su mandato finalice.
El inicio del cuarto mandato de Putin como presidente ruso se produce dos meses después de que más del 70 por ciento de los votantes lo apoyaron una elección en la que realmente no enfrentó a rivales de peso.
Ahora tras la juramentación, la atención se centrará en quién nominará Putin como primer ministro. Si se lo pide a quien actualmente ocupa el puesto, su estrecho aliado Dmitry Medvedev, eso será una señal de continuidad.
Y si elige a otro funcionario, podría ser un presagio de nuevas políticas que podrían dar paso a especulaciones respecto a que el mandatario estaría preparando a un sucesor.
Una vez que su mandato finalice en 2024, la constitución rusa le prohíbe presentarse de nuevo a las elecciones.
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