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El Mundial que yo veo: Cenicienta y el Diablo

Los canaleros aguantaron a pie firme durante tres cuartos de hora con el orden como (casi único) recurso para exorcizar a los temibles Diablos Rojos

Bélgica-Panamá © Facebook/ FIFA World Cup
Bélgica-Panamá Foto © Facebook/ FIFA World Cup

Este artículo es de hace 5 años

Cada cual entiende el fútbol –y el Mundial- como le viene en ganas. Es un derecho que nos asiste a todos. Esta columna sintetiza mis impresiones de cada jornada en la fiesta mayor del deporte más hermoso del mundo.

La jornada

El que vio los primeros diez minutos entre Bélgica y Panamá estaba en todo su derecho de pensar que era testigo de un ensayo televisivo sobre el asesinato. Una marea roja se abalanzaba sobre la portería del equipo menos cotizado del evento, y parecía cosa de tiempo que la bandera centroamericana fuera al piso.

Sin embargo, los canaleros aguantaron a pie firme durante tres cuartos de hora con el orden como (casi único) recurso para exorcizar a los temibles Diablos Rojos. Hernán Darío Gómez ha puesto su mano sabia en el conjunto, y el resultado es un bloque donde la disciplina táctica impone el reglamento. Exacto como un desfile de militares chinos, el grupo no se vino abajo en un primer período que su fanaticada recordará como un pasaje heroico.

Pero la diferencia cualitativa era muy grande. Superior a la que separaba a Suiza de Brasil y a Islandia de Argentina. Por más que muchos no le otorgaran crédito en sus cálculos precampeonato, esta Bélgica tiene armas suficientes para subir las escaleras de la gloria. Lo que le falta es interiorizarlo.

De Bruyne, Hazard, Courtois, Lukaku... El equipo de Roberto Martínez es una alacena de glamour en el apogeo de su arte, con una base que acumula experiencia en el Mundial 2014, la Eurocopa 2016 y montones de partidos de calibre en certámenes de clubes.

Así, pocas opciones tenía Panamá. Los milagros se dan solo de vez en vez y el suyo lo tejieron no hace tanto, al lograr la clasificación in extremis con el gol de Román Torres frente a Costa Rica.

Es lo normal: Cenicienta siempre debe dejar la fiesta antes de medianoche.

El gol

Dries Mertens se sacó un conejo ‘maradónico’ de la chistera.

El equipo

Bélgica. Con un sicólogo capaz de convencer a sus muchachos, puede lograrlo todo.

La individualidad

Romelu Lukaku: dos goles y esfuerzo infatigable.

El fiasco

El Eden Hazard de la selección sigue lejos de ser el que juega en el Chelsea.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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