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El Mundial que yo veo: El doping de México

México vence 2-1 a Corea del Sur.

Chicharito Hernández. © Selección Nacional / Twitter
Chicharito Hernández. Foto © Selección Nacional / Twitter

Este artículo es de hace 5 años

Cada cual entiende el fútbol –y el Mundial- como le viene en ganas. Es un derecho que nos asiste a todos. Esta columna sintetiza mis impresiones de cada jornada en la fiesta mayor del deporte más hermoso del mundo.

La jornada

En el fútbol, ganarle a Alemania depara la misma confianza que portar una Beretta. Cuando ves bajar la testa a la Mannschaft, rendida ante tu juego, sientes que el mundo está a tus pies, que eres invulnerable y puedes conseguirlo todo. Testimonios para corroborarlo sobran.

Eso le ha sucedido a México. Después de debutar con un triunfo autoritario frente a los tetracampeones del planeta, la autoestima de los aztecas anda dopada de entusiasmo y está claro que llegado ese punto, Sudcorea no es una fuerza suficiente para ponerle coto al vuelo de los egos.

El Rostov Arena fue testigo. El Tri salió enchufado por el golpe de confianza, hizo alardes de buen toque y solidez en cada línea, posesión y dinámica de grupo, y llenó de temores a Seúl con unas cuantas internadas de peligro. La recompensa no tardó en aparecer, penal (y Carlos Vela) mediante.

Los de Osorio son confiables en defensa –han dejado su puerta a cero en seis de sus últimos nueve compromisos-, solventes en recuperación y capaces en ataque, pero en estos momentos su baza más fuerte está en la siquis. Que es el recurso que ha hecho grande precisamente a la Alemania que ellos liquidaron el domingo pasado.

Hoy México no fue la selección vertiginosa de ese día, pero volvió a reinar sobre el rectángulo. Y el formidable gol tardío de los sudcoreanos puede incluso servirle para regresar los pies a tierra, escapando del limbo exquisito en que viven sus hombres desde que se convirtieron en los divos del Mundial.

El gol

El zurdazo de Son Heung-min, una obra maestra.

El equipo

México ha sido la mayor atracción de este Mundial.

La individualidad

Hirving Lozano corrió los cien metros de campo una y otra vez, amenazando en la cabaña ajena y protegiendo ferozmente la suya.

El fiasco

Ninguno.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Michel Contreras

Periodista de CiberCuba especializado en béisbol, fútbol y ajedrez.


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