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Historias de dos cubanas en la frontera de México: El sueño americano está a pocos metros de sus casas

Obama eliminó la política de Pies Secos, Pies Mojados cuando Lourdes Lisett de la Torre y Yudalmis Quesada llegaron a la frontera de México.

Lourdes Lisett de la Torre y Yudalmis Quesada © Times
Lourdes Lisett de la Torre y Yudalmis Quesada Foto © Times

Este artículo es de hace 5 años

La periodista Laura C. Morel, del diario estadounidense Tampa bay Times, publicó un extenso reportaje sobre la historia de varios cubanos que llegaron a la frontera de México horas antes de que el expresidente Barack Obama eliminara la política de Pies Secos, Pies Mojados.

Lourdes Lisett de la Torre y Yudalmis Quesada no se conocían en enero de 2017. Por vías diferentes tenían un mismo plan: presentar su pasaporte cubano a las autoridades migratorias estadounidenses en la frontera y pedir asilo político.

Ser ciudadanos de la Isla les permitía obtener el parole, permiso de trabajo, y demás beneficios para comenzar a construir “el sueño americano”. Espearían un año y un día, aplicarían a la Ley de Ajuste Cubano, se harían residentes y luego ciudadanas.

La nueva política de igualar a los cubanos al resto de los emigrantes del mundo les rompería de un tajo todo los planes. Algunos tenían familias que les esperaban, otros tenían amigos y había hasta quienes, sin importar cómo, comenzarían una vida nueva.

Ellas dos y por diferentes circunstancias, sintieron miedo. A muchos cubanos los deportaban si no lograban demostrar el “miedo creíble. Así que decidieron construir su vida en el país azteca, justo en la frontera, a pocos metros de lo que ellas consideraban en ese momento “la meta”. No obstante siguen anhelando el sueño americano. Si un día las cosas cambian, ellas seguro cruazarán.

Lourdes Lisett De La Torre, de 50 años, llegó al puente de la frontera con una mochila y un teléfono. Dejó atrás a su madre, su casa y su país pero tenía una hija y un nieto que la esperaban en Houston. Cinco días antes de que comenzara su viaje, el gobierno de Obama puso fin a la política de "Pies Secos Pies Mojados". Alrededor de 1200 cubanos fueron rechazados por esos días de enero de 2017.

De la Torre, Yudalmis y cientos de cubanos permanecieron varados en México, viviendo en las calles, en albergues de migrantes y en iglesias.

La hija de Lourdes le pidió que esperara. Ella tenía 180 días para peramanecer legal en el país azteca. Así que aprovechó ese tiempo, limpió habitaciones en un hotel y junto a otros ciudadanos de la Isla abrió un pequeño restaurante al que llamaron El Cubanito. Está a siete cuadras del Río Grande y si los clientes quieren, le agregan picante a la comida.

Yudalmis Quesada, otra cubana que llegó a la frontera por ese fecha decidió también hacer un negocio. Pasa horas, cuenta el reportaje, pintando uñas en Nuevo Laredo.

Quesada y su esposo obtuvieron asilo político en México y se hicieron amigos de los otros cubanos que ahora viven aquí. Entre ellos Lourdes, a quien le pinta las uñas y come de vez en cuando en su restaurante. Se visitan mutuamente, bromean acerca de perder el acento cubanos y aún se preguntan cómo sería su futuro en Estados Unidos.

En noviembre, De La Torre se casó con un mexicano que frecuentaba su restaurante. Arroyo, con un estadounidense que vive en Nuevo Laredo. Está solicitando la residencia permanente.

Quesada tiene miedo cruzar y que la detengan y la deporten. "Si un día se abre la frontera para nosotros, me iré", dijo. "No quiero vivir mi vida sin conocer el Sueño Americano".

Según cifras de Migration Policy Institute y Pew Research Center hay 2.5 millones de cubanos en Estados Unidos, la mayoría de ellos vive en Florida.

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