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Denuncia maltrato y trapicheo en una cafetería estatal en Cuba

Fue a comprar una manzana en Imago (Cienfuegos) y le dijeron que no había, pese a que estaba viendo dos cajas llenas debajo del mostrador. Por la puerta de atrás, dos señoras se llevaban otras diez cajas.

Cafetería Imago de Cienfuegos. © O.D.G.
Cafetería Imago de Cienfuegos. Foto © O.D.G.

Este artículo es de hace 5 años

Un vecino de Cienfuegos se ha puesto en contacto con CiberCuba para manifestar su malestar por el mal trato recibido en la cafetería Imago de esta ciudad cubana.

Ocurrió el lunes 13 de agosto, cuando Arturo (nombre ficticio) pretendía comprar una manzana, entre otras cosas. Hizo la cola, pero cometió el error de pedir cuando él creyó que era su turno, sin percatarse de que la dependienta no había terminado aún con el cliente anterior.

Estresada porque no podía cambiar 16 CUC en moneda nacional, la trabajadora del establecimiento estatal, le reprochó su actitud "de forma desagradable". Se dirigió a él y le gritó que aún estaba ocupada, que esperara.

Arturo atribuye el carácter avinagrado de la dependienta al hecho de que si cambia el dinero en la Cadeca pierde un peso en moneda nacional. De ahí su estrés, comenta por e-mail a CiberCuba.

Mientras esperaba por el cambio del dinero, la trabajadora encendió un cigarro y comenzó a fumar pese a que el establecimiento es climatizado, algo que suele hacer a menudo, siempre según la versión de este cliente disgustado.

Aún así, él se disculpó. Suele ir todos los días a tomar café a ese sitio. La dependienta lo sabe. Quizás por eso aprovechó el percance para reprocharle que hiciera siempre lo mismo. Pero él no está de acuerdo con ella. Cree que lo que pasa es que la joven tiene malhumor crónico porque, en su opinión, no está capacitada para atender al público.

Finalmente llegó el turno de Arturo. Pidió su manzana y para sorpresa suya, la dependienta le dijo que no había, aunque él estaba viendo dos cajas llenas de manzanas debajo del mostrador.

En ese momento, dos señoras se llevaban, por la puerta de atrás del establecimiento, otras diez cajas de manzanas, que casi con total seguridad iban a ser destinadas a la reventa a 0,45 CUC, cuando en Imago cuestan 0,30. "Es injusto que los productos de fácil acceso al público sean vendidos por cantidad a los cuentapropistas que les suben los precios", se lamenta Arturo.

Por eso se encaró a la dependienta; le afeó el trapicheo y que tuviera dos cajas de manzanas escondidas debajo del mostrador. La joven le respondió que las manzanas no son de venta normada y que no existe prohibición alguna que impida venderlas por cantidad.

Arturo se quedó sin argumentos. Ahora sólo tiene preguntas. Le gustaría saber por qué una persona sin un mínimo de educación formal trabaja en un establecimiento público. Eso le lleva a cuestionar al experto en Recursos Humanos encargado de hacer la selección de la plantilla de trabajadores, porque es evidente que, en este caso, contrató a una dependienta que no está preparada.

"A veces evitamos hacer preguntas por el simple hecho de que después de decir la verdad somos atacados. Podría decir que acosados en la sociedad, en el trabajo, pues se ve mal defender nuestros derechos. Buscan la forma de destruir a esa persona", comenta a CiberCuba.

Él le da la razón a Fidel Castro, cuando dijo que "hay que cambiar todo lo que debe ser cambiado". También a Raúl Castro, cuando animó a "no tener miedo a decir la verdad sin importar el precio que se tenga que asumir".

Arturo cree que no se puede permitir que personas como la dependienta de la cafetería Imago sigan actuando de esta forma.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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