El periodista de Univision, Damià S. Bonmatí, relató su experiencia en la garita fronteriza El Paso, donde debió pasar más de seis horas mientras los oficiales de inmigración estadounidenses revisaban que todos sus papeles estuvieran en orden.
“Quedarme varado más de seis horas en la aduana de El Paso me permitió ver por dentro cómo es la entrada a Estados Unidos de tantos inmigrantes indocumentados que piden asilo al llegar huyendo de la violencia y la pobreza en sus países de origen”, dijo.
Mientras esperaba, Bonmatí conversó con un joven cubano de 31 años, natural de Pinar del Río. No dijo su nombre, en cualquier caso este pinareño representa a los miles de ciudadanos de la Isla que han seguido rutas muy parecidas a las de él.
A diferencia de quienes llegaron antes de que el expresidente Barack Obama eliminara la política de Pies Secos, Pies Mojados, para él este sitio podría no ser el fin de su travesía.
Ahora tendrá que demostrarle a los oficiales que tiene “miedo creíble” de regresar a Cuba, pasará probablemente a un centro de detención y su solicitud de asilo estará en manos de un juez.
Mientras organiza bien sus argumentos le cuenta al periodista cómo llegó a ese punto fronterizo.
“Su viaje empezó en Guyana, tomó unos dos meses y atravesó una decena de países. Cruzando un bosque panameño, fueron asaltados. Un matrimonio cubano fue disparado, tres mujeres violadas, y él herido”, cuenta Bonmatí y aclara que el joven le mostró las cicatrices en la cabeza y en su rostro.
El pinareño es cocinero pero para él "No hay ninguna oportunidad de trabajo en Cuba". Se ha empezado a quedar calvo, dice que por el estrés de la travesía. Pero está tranquilo, su familia le espera en Hialeah.
Según datos oficiales divulgados por las autoridades migratorias de Estados Unidos en mayo de este año, en los últimos siete meses han negado la entrada en la frontera con México a más de 3.500 inmigrantes cubanos.
La pasada semana un cubano, identificado en Facebook como Yosleny Luna, publicó varios videos en sus redes sociales para mostrar como él y un grupo de ciudadanos de la Isla sobreviven pidiendo limosna en un parque en Matamoros mientras esperan poder acceder al punto fronterizo para solicitar el asilo político.
El director de la Casa de Migrante, en ese lugar, dijo que ellos estaban intentando ayudar a la mayoría. Asimismo anunció que tenía conocimiento de alrededor de 200 cubanos más que iban camino a Matamoros después de una larga ruta por Centroamérica.
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