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Repasadores en Cuba desde 10 pesos a 10 CUC: ¿necesidad o exhibición de estatus social?

María Ruiz reconoce que su hija pudo coger la carrera gracias a un repasador de Matemáticas, pero también admite que está de moda en la Isla. "Mi vecina tiene al niño en preescolar y ya lo repasan".

Repasador en Cuba. © Cubanet.
Repasador en Cuba. Foto © Cubanet.

Este artículo es de hace 5 años

Los repasadores (maestros jubilados o personas con formación que dan clases particulares de refuerzo escolar) se han vuelto imprescindibles en Cuba debido a las carencias del sistema educativo en la Isla. Además, también se han convertido en una forma de exhibir estatus social. Cuestan desde 10 pesos a 10 CUC, dependiendo de la provincia y de si el apoyo es a domicilio o se dedica a las matemáticas, los idiomas, al solfeo o a cualquier otra especialidad.

"Los repasos han sido de gran ayuda para mi nieta en los períodos de pruebas finales. Mi hija es doctora y no le alcanza el tiempo para estudiar con ella”, cuenta al diario Escambray Zenaida, abuela de una niña de 9 años.

Legalizados tras la aprobación en 2013 de la Resolución 41 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, quienes viven de las clases de refuerzo en Cuba deben cumplir al menos dos requisitos: ser mayor de edad y no dedicarse a la docencia, ya que los maestros activos son sancionados por Educación.

"No tengo a mi hija con ninguno porque yo misma soy quien lo hace. Me guío por las clases y si tengo duda en algo lo consulto con su maestra. Los padres deben saber lo que necesitan sus hijos. Algunos ponen a los niños a repasar sin evaluar si con la escuela es suficiente", explica Dailenis Rocha al diario oficialista.

Rosabel cursa el cuarto grado en una escuela rural del municipio de La Sierpe, en Sancti Spíritus. De los 19 niños de su clase, sólo tres no tienen repasador. Su maestra tiene 20 años y la niña asegura que no le entiende nada.

María Ruiz reconoce que su hija pudo coger la carrera gracias a un repasador de Matemáticas, pero también admite que está de moda. "Mi vecina tiene al niño en preescolar y ya lo repasan", comenta a Escambray.

Fernando Pérez es enfermero y al revisarle las libretas a su hijo encontró que había asignaturas con sólo una clase. Por eso le buscó un repasador. También porque asegura que la maestra de su hijo escribe con faltas de ortografía en la pizarra.

Margarita Otero es una conocida repasadora de Sancti Spíritus. Según explica, hace unos años los maestros se sentían orgullosos de su profesión. Ahora corren otros tiempos. “Los padres son bastante exigentes con este asunto. Ellos quieren el mejor maestro para sus hijos y hacen cualquier cosa para tenerlo, generalmente la experiencia y el talento innato son nuestra carta de presentación".

En Sancti Spíritus una treintena de repasadores pagan su licencia de cuentapropistas en 28 modalidades, desde idiomas hasta solfeo.

Una maestra jubilada confiesa que repasa por 10 pesos porque su jubilación de 200 pesos no le alcanza para comer. Hay quienes llegan a cobrar 50 si son clases a domicilio, pero también los hay que cobran entre 3 y 10 CUC por sus servicios y se promocionan en Internet.

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