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Díaz-Canel desprecia a la prensa cubana

El mandatario debió haber elegido a un grupo de periodistas cubanos de la radio, la televisión, blogueros y de la prensa escrita (la prensa plana es una imprenta antigua) y haber ofrecido a ellos su primera entrevista en profundidad, en vez de someterse a un canal extranjero, por muy amigo que sea o parezca.

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Este artículo es de hace 5 años

El presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez acaba de cometer un error de bulto, concediendo una entrevista exclusiva a la cadena chavista Telesur, en un gesto de claro desprecio a la prensa cubana, como viene ocurriendo en los últimos 50 años.

El mandatario debió haber elegido a un grupo de periodistas cubanos de la radio, la televisión, blogueros y de la prensa escrita (la prensa plana es una imprenta antigua) y haber ofrecido a ellos su primera entrevista en profundidad, en vez de someterse a un canal extranjero, por muy amigo que sea o parezca.

El tardocastrismo sigue ahondando en el apartheid entre cubanos y extranjeros, en esa absurda creencia de que lo foráneo es mejor que lo propio, que tanto ha dañado a Cuba y a los cubanos desde la época soviética, pasando por los empresarios extranjeros y el chavismo y su epílogo.

La prensa pagada por el régimen no ha dicho ni mu, y la UPEC parece encantada con el desprecio gubernamental a sus miembros, pues periodistas que trabajan para medios estatales se han puesto a replicar fragmentos de la entrevista, que este domingo Telesur interrumpió para una larga conexión con Perú.

Resulta inexplicable que un presidente de gobierno excluya a la prensa de su país a favor de un medio de comunicación extranjero

Resulta inexplicable que un presidente de gobierno excluya a la prensa de su país a favor de un medio de comunicación extranjero ante el que Díaz-Canel repitió las habituales letanías castristas sobre el embargo norteamericano, prolongado un año más por Donald Trump, en ese ejercicio erróneo y continuado de la política norteamericana hacia la isla.

El mandatario se quejó de que medios de comunicación y redes sociales tergiversan la realidad cubana, en un claro ejercicio de cinismo político, pues quien más tergiversa y manipula la realidad de su país es el Buró Político del Partido Comunista, del cual forma parte.

Más allá del contenido, el mandatario vuelve a fallar en las formas, al no valorar la oportunidad que tenía lanzar un mensaje de cambio, sometiéndose a las preguntas de la prensa nacional, con la ventaja de que es una prensa dócil porque la paga el Estado que representa Díaz-Canel, pero en la que abundan buenos profesionales frustrados y dolidos por los constantes desprecios oficiales.

El gobierno cubano debía evitar estos errores porque lanza un doble mensaje demoledor para su proyecto político: somos dependientes del petróleo venezolano y la prensa nacional está para copiar al dictado y no para cuestionar e indagar sobre la gestión de gobierno.

Cuba ha pagado un altísimo precio socioeconómico, cultural y humano por su fuerte dependencia de potencias extranjeras y la prensa nacional vive sometida a un desprestigio constante porque el propio gobierno se encarga de pregonar a los cuatro vientos que prefiere medios extranjeros para las ocasiones que considera importantes.

A este paso, el siguiente desprecio lo cometerá el presidente cubano en RT, una emisora rusa en Español, que es un catálogo de manipulación moscovita y con escaso ojo para elegir reporteros y colaboradores, como ha demostrado su hombre en La Habana en sendas entrevistas a la actriz Mirta Ibarra y al doctor Rodrigo Álvarez Cambra.

Ibarra criticó la censura de los años 60-70 y la que se sufre actualmente en las artes cubanas y el periodista cambió de tema, como si no hubiera escuchado a su entrevistada; Álvarez Cambra asomó su participación en la Columna 2 de Cuba en el Congo, en 1964-1965, pero el entrevistador mató el tema y se concentró en su relación con un criminal como Saddam Hussein, obligando al renombrado ortopédico a incidir en los mensajes de moderación de Fidel Castro al sátrapa iraquí, de los que fue portador.

El cuartico está peorcito y Díaz-Canel, que se cree patriota, siente desconfianza y desprecio por los periodistas cubanos, que quizá algo debían hacer para cambiar una política gubernamental errónea por injusta, irrespetuosa y antidemocrática.

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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