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Irene Rodríguez: "Quiero mostrar al mundo nuestro arte español con cordón umbilical cubano"

Directora, primera bailarina, maître y coreógrafa de su Compañía, Irene Rodríguez es miembro del Consejo Internacional de Danza CID de la UNESCO, profesora, ensayadora, coreógrafa de la Escuela Nacional de Arte (ENA) especialidad Ballet.

Bailarina, coreógrafa y directora cubana Irene Rodríguez © Facebook/ Irene Rodríguez Compañía
Bailarina, coreógrafa y directora cubana Irene Rodríguez Foto © Facebook/ Irene Rodríguez Compañía

Este artículo es de hace 5 años

Hay personas que desde que tienes el placer de conocerlas te impactan, te impresionan: muchas veces por escucharlas, otras, por la forma de mirar, o simplemente, por un simple apretón de manos.

A nuestra entrevistada de hoy, más allá de eso, la sentí por algo que ella sabe expresar muy bien: ¡su danza!

Irene Rodriguez / Cortesía de la entrevistada

Aunque nos conocíamos de pasada cuando era primera figura del Ballet Español de Cuba, fue aquella noche en la Sala Covarrubias del teatro Nacional en la Habana que quedé prendada de su arte con la puesta en escena de “El crimen fue en Granada”, inspirada en el poema homónimo de Antonio Machado con la cual obtuviera el Primer Premio en el VIII Certamen Iberoamericano de coreografía “Alicia Alonso” CIC’ 2012.

Era tal la majestuosidad de la obra que, prácticamente, olvidé la compostura que se debe tener en un teatro y me comporté igual que si estuviera en el Latino saboreando el jonrón de Marquetti en 1986.

Y es así que, gracias a CiberCuba, tengo delante de mí hoy Irene Rodríguez, esta muchacha, grácil, hermosa, dominante, que bromea y ordena a la vez, secundada todo el tiempo por esa gran mujer que es su mamá: mano derecha e izquierda, secretaria y jefa de despacho, asesora y casi casi, bailaora también.

“Jajá. Para todo ser humano, la madre es lo más importante. Naciste por ella, pero en mi caso, todos los días nazco de ella. Es mi todo, ya la ves: no permite que vuele los turnos sin comer, que no duerma, ¡en fin! Irene López es mi todo.”

Irene Rodríguez nació en La Habana el 19 de agosto de un 'impredecible' año. Según nos describe su mamá, “desde niña fue histriónica, estaba en cuantas actividades culturales propias de su edad había, escribía poemas, declamaba, bailaba, cantaba; la cogían para todo”.

Si me descuido, la entrevista la responde la señora Irene madre, que vive orgullosa de su niña, y, créanme, no es para menos.

“Desde chiquitica yo hacía de todo pero hasta los nueve años mi mamá no pudo inscribirme en las clases de danza. Ten en cuenta que esas clases eran pagadas y nosotras somos de un origen muy humilde, más en esos momentos que la familia atravesaba momentos complicados.

“Pero todo llega, y cuando a los nueve ya yo pude pertenecer a un grupo danzario es como si la vida se me hubiera vuelto rosa.

“Mami me inscribe en el ballet clásico en el Gran Teatro de La Habana, pero resulta que anexo a mi salón se impartían las clases de danza española y yo, día tras día, me escapaba de la clásica para la ibérica.

“Un buen día la profe de baile español llama a mami y le dice: 'señora, usted me debe tres meses de clases'. Te puedes imaginar la cara que puso mi mamá: 'no puede ser, mi hija lo que da es ballet. Usted está confundida'.

“'No, la que está confundida es usted, su hija viene todos los días a mi clase, coge la asistencia en el clásico y se escapa para acá. ¡Qué le parece?'”

De regreso a la casa, el regaño de madre a hija matizó todo el recorrido.

“Imagínate, para el clásico ya ella tenía asegurados las zapatillas, el tutú, pues ella lo había practicado de niña; ahora, en el español era empezar de cero: castañuelas, abanicos, tacones, saya. El gasto era grande.

“Sin embargo, como siempre ha hecho doña Irene, al otro día ya ella estaba puesta en función de lo que hiciera falta, y ahí nació verdaderamente esta Irene Rodríguez que conoces; ahí, desde los nueve años. Quiero aclararte que me apasiona el clásico pero lo mío era el baile español.”

¿Qué recuerdas de aquella profesora que, en definitiva, marcó tu destino?

“Andrea Méndez, esa profesora, me enseñó los primeros pasos del baile español. Ella y Berta Casañas. Con ellas me gradué en la Escuela del Ballet Español de Cuba.

“En esa compañía tuve una extensa carrera como primera bailarina y coreógrafa. En total fueron 18 años de mi vida entregada al Ballet Español, pero necesitaba independizarme, hablar, trasmitir, con mi estilo propio, mi propia estética, mi lenguaje.

“Para ello necesitaba crear mi propia agrupación que fuera el soporte de mi creación. Con esta idea llevo seis años y he recogido un buen número de éxitos. Empecé con nueveintegrantes y yo, en mi triple función de primera bailarina, coreógrafa y directora.

“Fui creando nuestro repertorio propio basándonos en líneas estéticas y conceptuales que me había planteado al crear la compañía y así, al primer año de fundados, recibí el Premio del octavo Certamen Iberoamericano de Coreografía CIC 2012 Alicia Alonso con la obra “El Crimen fue en Granada”, inspirada en el poema homónimo de Antonio Machado, danza que se basa en el asesinato de ese grande de las artes ibéricas, Federico García Lorca.

Irene Rodriguez / Cortesía de la entrevistada

“Recibir ese premio, catalogado como una de los más representativos de la danza universal, significó muchísimo para mí”.

¿Lo esperabas? ¿Qué ha representado esto en tu vida?

“Nunca lo esperé, y su llegada me satisfizo enormemente. Es un premio codiciado en el mundo de la danza. Se habían presentado importantísimos coreógrafos de renombre internacional, uno de ellos por ejemplo, la afamada coreógrafa israelí Sharon Fridman; en total fueron 46 obras de 14 naciones.

“¿Te imaginas? Yo recibiendo el premio, con sólo cinco meses de fundada mi compañía. Ese ballet lo protagonicé junto a Henry Carballosa, como solista. Después he tenido el honor de haberme presentado con sólo seis años de fundada la compañía, en los más grandes escenarios de Estados Unidos, en repetidas ocasiones.”

¿En cuáles, por ejemplo?

El Joyce Theater New York, el Moore Theater de Seattle, el Jacob's Pillow Dance Festival de Massachusetts, el Kennedy Center de Washington, así como en la mayoría de las ciudades de California y en Chicago (aquí en los estudios de la WTTW del PBS channel).

“Este canal, el PBS es considerado uno de los más seguidos de la Unión, y por ejemplo mi programa, fue visto por más de 2 millones de tele espectadores, simultáneamente en todo el país. Eso ocurrió el 18 de junio de 2017.

“Allí ofrecí una entrevista en inglés, idioma que domino, bailé y se hizo la premier del documental ¨Weeken in Havana¨, dirigido por el estadounidense Leo Eaton, director de cine, ganador de dos premios EMMY, que se entregan a la excelencia de la industria televisiva de Estados Unidos.”

Te puedo imaginar esa noche. Quizás veías a la niña de nueve años que se escapaba al baile español materialindo todos sus sueños de infancia.

“Así es. Yo asistí a la Premier de dicho documental y allí en la gala, bailé la Danza del Fuego y Amaranto, como te dije en los estudios de la WTTW.”

Reseñan los periódicos que fue un éxito total aquella presentación así como el documental. Además de Estados Unidos, ¿qué otros países han sido testigos de tu arte?

“Yo había actuado antes de formar mi compañía en España, Colombia, Guatemala, México, Andorra, después nos hemos centrado en Estados Unidos que tiene un muy amplio y diverso escenario y también actuamos en República Dominicana.”

Compañía Irene Rodriguez / Cortesía de la entrevistada

Irene, además de tus cualidades histriónicas dentro de la danza, más allá de tu labor incesante coreográfica, te has dedicado a la enseñanza. ¿Cómo te va?

“Yo diría que muy bien, recién formada mi compañía, paralelamente a las presentaciones, inicié mi labor pedagógica. Actualmente tengo una escuela profesional y otra vocacional, con más de 400 estudiantes.

“Ambas radican en lo que es hoy día la sede oficial de la Escuela de Flamenco de Andalucía en Cuba. Nuestro trabajo, tanto en la compañía como en la escuela, abarca los cuatro estilos de la danza española: escuela bolera, folcklor español, danza estilizada española y flamenco.

“Nosotros entrenamos bajo las técnicas de la danza clásica, contemporánea y del flamenco. Los profesores de la escuela son los propios bailarines de la compañía. Todo queda en casa”.

¿Feliz con tu nuevo centro, tan céntrico, tan acogedor?

“Feliz es muy poco, estoy plena, contenta, realizada. Gracias al apoyo del Historiador de la Habana, Eusebio Leal, puedo desarrollar mi enseñanza en este hermoso centro, ubicado en el malecón habanero, que es el hogar de todos estos niños y de nuestra compañía profesional. Ya contamos con 20 bailarines, más los músicos y el equipo técnico que nos acompaña.”

¿Y en cuanto a la docencia?

“Mira, las edades de nuestros niños y jóvenes oscilan entre 5 y 20 años, o sea, pueden empezar con 5 añitos. El objetivo de la escuela profesional es que esos mismos muchachos, por supuesto, los que más resalten, integren las filas de la compañía”.

¿A qué aspiras con tu compañía?

“Mis grandes aspiraciones son poder actuar en todos los escenarios del mundo llevando un estilo español que es también muy cubano. Hay que tener en cuenta que España es una de nuestras raíces pero la forma de interpretar es muy cubana, es lo que más se aprecia en nosotros.”

Mucho tiene que ver tu actuación hasta ahora con el premio que acabas de recibir.

“En efecto. Acabo de ser reconocida con una de las más altas condecoraciones que entrega la Orden Isabel la Católica, en categoría Cruz, la cual premia a aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por españoles y extranjeros, que redunden en beneficio de la nación ibérica, o que contribuyan en forma relevante a favorecer las relaciones de amistad entre la península y el resto de la comunidad internacional.

“Dicho título lleva la firma del Rey de España, don Felipe VI. Lo han recibido por nuestro país personalidades como Eusebio Leal, la etnóloga Natalia Bolívar, Monseñor Carlos Manuel de Céspedes, el cardenal Jaime Ortega, la poetisa Dulce María Loynaz, así que imagínate tú lo que representa para mí.”

Directora, primera bailarina, maître y coreógrafa de su Compañía, Irene Rodríguez es miembro del Consejo Internacional de Danza CID de la UNESCO, profesora, ensayadora, coreógrafa de la Escuela Nacional de Arte (ENA) especialidad Ballet.

Asesora coreográfica y Ensayadora del Ballet Nacional de Cuba, Licenciada en Arte Teatral (Perfil Actuación) en el Instituto Superior de Arte de Cuba, Postgrado en Historia de la Danza en el Instituto Superior de Arte, Máster en Estudios Teóricos de la Danza en el Instituto Superior de Arte.

Miembro de la Comisión Nacional de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), Directora Artística del Festival Internacional “La Huella de España” y un largo etcétera, es nuestra entrevistada de hoy un lujo para las páginas de CiberCuba.

¿Satisfacciones mayores en tu preciosa carrera?

“La mayor de todas: tener a mi madre al lado, su apoyo, su amistad, su consejo, contar con el respaldo de personas que siempre he admirado como por ejemplo, Eusebio Leal y la legendaria Alicia Alonso: ambos han sido pilar en la consolidación de mi vida profesional.

“Crear un estilo propio que sea reconocido por nuestro exigente auditorio y que se haya podido colocar en los más importantes escenarios de Estados Unidos, con excelentes crónicas de la prensa especializada.”

En tan fructífera carrera, algunos hechos te deben haber golpeado más que otros.

“Te hago tres de anécdotas: una vez en una función en el Teatro Mella, en el Vedado capitalino, se fue el fluido eléctrico; ya tú sabes, ¿no? el cubaneo. Cuando regresó la luz, las exclamaciones para que retomáramos la obra desde el inicio fueron tales que eso hubo que hacer: empezar de nuevo.

“En Cienfuegos, estaba ensayando en los exteriores del teatro Terry, y había un niño que no me quitaba el ojo de encima, indiscutiblemente era la primera vez que veía algo así, pero le gustaba. Y en un momento determinado, en un giro, lo escucho con su cantaíto propio del lugar: 'oye, ésa es una caballa'.

“Y en New York, la noche del estreno, 18 de mayo de 2016, tras concluir la función, el jefe de programación del Joyce Theater, tras observar el público que abarrotaba la sala, de pie, aplaudiendo delirantemente nuestra actuación por más de 10 minutos, vino hacia mí, besó mi mano y me dijo:

"'You own New York', o sea, 'New York te pertenece'. Pero ahí no para la cosa.

“Uno de los críticos más respetados de esa ciudad, Siobhan Burkemay, escribió en su columna especializada del New York Times:

“La señorita Rodríguez es una intensa y precisa bailarina; la palabra "fiera", tan utilizada con respecto al flamenco, en realidad le asienta perfectamente. Su estudiada expresión fue sólo un elemento más del espectáculo, del que fue la estrella inequívoca, y el cual se notaba estaba ensayado hasta el agotamiento (…) En la última pieza, en un solo, la señorita Rodríguez, taconeó con una espontaneidad que no habíamos visto antes.”

Me quedo sin palabras y esto me conduce a mi siguiente pregunta. ¿Por qué no otras latitudes han tenido la posibilidad de disfrutar tu arte?

“Aunque no lo creas, no cuento hasta ahora con un agente de marketing o un relacionista público que me abra nuevos horizontes. Ésa es la respuesta.

“Por eso quiero mostrar al mundo nuestro arte español con cordón umbilical cubano, poner bien en alto el nombre de la cultura cubana.

“Ahora en enero del ya cercano 2019 regresamos a New York con el espectáculo Más que flamenco, de una hora y media de duración.

“Piezas multipremiadas como El mito, trabajo investigativo sobre el lenguaje expresivo y musical que tienen nuestros pies. O sea, no se ven los bailarines, éstos son tapados con una cortina, solamente se ven los pies y lo que son capaces de trasmitir.

“Son 13 pares de pies ofreciendo un arte inimaginable, obra inspirada en la teoría filosófica del mito de la caverna de Platón. También integran ese programa las conocidas Amaranto y la Pena Negra.”

Chica, me has dejado entusiasmada, tendré que venir a un ensayo para poder valorar en todo su esplendor lo que quieres decir, lo que sí estoy segura niña, ¡es que eres grande!

Y precisamente, de grandes quiero hablar. ¿Tus paradigmas?

“Antonio Gades, Eva YerbaBuena, Rocío Molina y de la danza clásica José Manuel Carreño, Carlos Acosta y, por supuesto, Alicia Alonso, mi mayor inspiración.”

Al comenzar nuestra conversación, antes de entrar de lleno en la entrevista, te referías a las diferencias y similitudes entre el deporte y el arte danzario y no quiero olvidar el punto, sabes que lo mío es el deporte.

“¡Te digo que me hubiera encantado practicar gimnasia rítmica, pero a la vez amo el ciclismo (proporciona fuerza a mis cuadriceps) y el atletismo (corro mucho). Le doy mucha importancia al entrenamiento de mi cuerpo en gimnasios.

“Mira, nosotros sobre todo los varones, entrenamos pesas, ¿Qué vez en una competencia de halterofilia? el esfuerzo del pesista, se le salen las venas. Ah, el bailarín levanta a su compañera que puede hasta pesar más que él, es un esfuerzo, pero lo tiene que hacer con gracia, suavemente, como si levantara una flor. El bailarín tiene que realizar una proyección escénica que no denote esfuerzo alguno, el pesista, todo lo contrario. ¡Ésa es una gran diferencia y los dos practicamos pesas!

“Me encanta entrenar como una atleta de alto rendimiento. Lo amo.”

¿Cuándo el público cubano podrá ver a Irene Rodríguez y su compañía?

“Ya muy pronto. Los días 10 y 11 de noviembre en el Gran Teatro, un espectáculo que estamos preparando con mucho amor y que tendrá de todo.”

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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