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La visita del presidente español a Cuba: ¿Una oportunidad para apaciguar deuda millonaria?

Rocio Monasterio cataloga el encuentro entre Pedro Sánchez y Díaz-Canel como algo incoherente y vergonzoso para una hispanocubana

Recibió Díaz-Canel al Presidente del Gobierno de España © Reunión de jefes de Estado / Periódico Granma
Recibió Díaz-Canel al Presidente del Gobierno de España Foto © Reunión de jefes de Estado / Periódico Granma

Este artículo es de hace 5 años

Inaceptable, ha sido la calificación otorgada por la analista y polítologa cubano-española, Rocío Monasterio al encuentro efectuado entre el presidente español Pedro Sánchez y el jefe de Consejo de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel.

En una entrevista para Diario Las Américas, Monasterio argumentó que “se supone que han abierto un canal de diálogo para hablar de derechos humanos; pero de nada sirve firmar ese acuerdo si tienen presos políticos como Eduardo Cardet, que todos conocemos en España y sigue en prisión después de la visita de Sánchez”.

La visita oficial, marcaría la primera ocasión en 32 años que un presidente español viaja a la Isla. El encuentro se avizoraba desde su anuncio en septiembre.

Durante dos días, Sánchez transitó por las calles de La Habana, junto a Díaz-Canel y entabló diversas conversaciones con empresarios cubanos y españoles. No obstante, no se reunió con grupos de la oposición al gobierno cubano. Por lo cual fue altamente criticado por la oposición.

El arribo del presidente ibérico a la capital cubana estuvo acompañada de una delegación de empresarios españoles,lo cual significa, “supuestamente”, un una nueva etapa de acercamiento entre las relaciones comerciales y diplomáticas entre la isla y España. El objetivo era “recuperar el tiempo perdido dando normalidad a la relación bilateral”, marca El Tiempo.

Lo cierto, es que la isla en estos momentos se encuentra desprovista de aliados económicos, ahora que ya no cuenta con el apoyo de países latinoamericanos como era el caso de: Venezuela, Brasil o Argentina; y ,desesperadamente, necesita de la inversión de los empresarios ibéricos para contrarrestar los suplicios económicos.

"Díaz-Canel solo hace de un aparente aperturista por razones e intereses de Cuba por sobrevivir porque ya Venezuela no puede dotar a Cuba de todo lo que antes lo dotaba, y tienen que tejer nuevas alianzas, pero no hay un cambio real en la isla".

"Solo basta ver los presos políticos que tiene el régimen y que los cubanos siguen sin poder votar y sin tener democracia. Mientras que no haya eso, cualquier visita a Cuba, y cualquier alianza, no es más que apuntalar a un régimen que tiene a su pueblo oprimido y sin libertad, y eso es lo que ha hecho Sánchez", afirma Rocío Monasterio.

España es actualmente, el segundo exportador en Cuba, luego de China, con 900 millones de euros manejados por aproximadamente 250 empresas radicadas en la isla.

La meta que buscaba alcanzar el gobierno cubano con la visita, era poder apaciguar la estrepitosa deuda de 300 millones de euros que aún mantiene con los empresarios españoles. Incoherente la realización de negociaciones cuando aún esta deuda no ha sido pagada y existen evidencias históricas de incumplimientos por parte del régimen castrista de acuerdos económicos.

Para Rocío “llevar empresas españolas a Cuba representa un riesgo jurídico altísimo y un riesgo de impagos que lo hemos visto otras veces. Realmente la justificación que dan de que eso sirve para ayudar al pueblo cubano no es cierta. En Cuba hay un régimen que esclaviza, que cuando hace negocio con empresas lo que le toca a los cubanos es solo el 5%”.

La analista resumió la visita como una vía del presidente europeo socialista de acercarse más a la izquierda latinoamericana, lo cual de por sí, es un peligro eminente para la integridad de su país. Una visión tétrica cuando se observa la realidad de países latinoamericanas con gobiernos de izquierda, como Nicaragua.

“Esto es algo incoherente y es vergonzoso para una hispanocubana como yo ver que tengo un presidente que todavía no entiende que lo fundamental en un gobernante es defender la democracia y la libertad, y hacer ese tipo de visitas es hacer exactamente lo contrario a lo que a muchos españoles nos gustaría ver de nuestro presidente”, concluyó Monasterio para Diario Las Américas.

Por último, en carácter de gesto simbólico, el gobierno español prestó a la isla una silla que perteneció al general independentista cubano Antonio Maceo. “La silla de Maceo simboliza también el encuentro y el vínculo renovado entre países hermanados por una historia común y lazos tan profundos como los que nos unen”, dijo Sánchez.

Aunque para otros el encuentro podría calificarse de exitoso, la importancia de la visita del mandatario español fue mermada. A pesar, de su relevancia para la economía del país, la noticia no llegó a primera plana de ninguno de los medios oficiales cubanos y fue sepultada bajo las disímiles notas dedicadas a la vida de Fidel Castro.

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