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Cubana responde a Frei Betto por decir que de Cuba se van "los contaminados por el capitalismo"

"Soy una contaminada, de eso no tengo duda".

Frei Betto en el Aula Magna de la UH en imagen del 2015 © AIN / Abel Padrón Padilla vía Cubadebate
Frei Betto en el Aula Magna de la UH en imagen del 2015 Foto © AIN / Abel Padrón Padilla vía Cubadebate

Este artículo es de hace 5 años

La actriz cubana radicada en Madrid, Massiel Rubio Hernández, publicó este miércoles en su perfil de Facebook una respuesta, ante la declaración emitida por el fraile brasileño, Frei Betto. En un reciente artículo publicado en el Granma, el brasileño aseguró que de Cuba se iban "los contaminados por la propaganda del consumismo capitalista".

Facebook / Massiel Rubio Hernández

En la misiva dedicada al 60 aniversario de la revolución, Frei Betto elogió al sistema de educación y salud de la Isla, y a sus proyectos “internacionalistas”:

"¿El pueblo cubano ya conquistó el paraíso? Lejos de eso. Cuba es una nación pobre, pero decente. A pesar del bloqueo y de todos los problemas que conlleva, su pueblo es feliz", afirmó.

Esta no es la primera vez que un simpatizante o un mandatario del régimen comunista escribe un mensaje de odio dirigido a los cubanos en el exterior. Hace una semana atrás, Miguel Díaz-Canel, llamó "mal nacidos por error" a los cubanos que, según él, eran enemigos del país.

Con las recientes declaraciones emitidas por la actriz en Facebook, Massiel se une al grupo de jóvenes cubanos que han decidido enfrentar las ofensivas palabras emitidas por figuras públicas de la Isla.

A continuación reproducimos el contenido completo de su respuesta:

SOY UNA CONTAMINADA, DE ESO NO TENGO DUDA

(En respuesta al artículo de Frei Betto para el periódico Granma)

Ok, vayamos por partes, como Jack, El Destripador.

Hemos sido llamados vendepatrias, gusanos, malnacidos y ahora contaminados...

Yo puedo asegurar que los primeros tres calificativos no me sirven, jamás he vendido a la Patria, al contrario, he dado mi opinión honesta sobre todo aquello que creo injusto en mi país, me pregunto yo por aquellos que solo crean y permiten la injusticia desde puestos de poder cómo les podríamos llamar.

Nunca he sido gusana, puesto que no me he arrastrado para mantener favoritismos, ni casa, ni carro, ni empresa, ni viajecitos al extranjero, a mí no me tocaban, tampoco acepté nunca un puesto que me condicionara a mentir o hacer la vista gorda, yo he sido siempre una incómoda, todos lo saben.

Menos aún malnacida, eso ni se discute, ninguna persona es malnacida, ni los que terminan siendo buenos, ni los que terminan manipulando en función de sus intereses, de eso mejor no hablar.

Sin embargo, reconozco que soy una contaminada:

- He sido contaminada por el sueño hecho polvo de mi abuelo, un hombre honestísimo como pocos, que trabajó para Ramón Castro y nunca pidió nada por semejante cargo, que vivió toda su vida en una casa que se caía a trozos construida con sus propias manos, que nunca conoció otro lugar que no fuera Cuba, que cobraba 250 pesos de retiro después de más de 60 años de trabajo, y que en sus últimos años, ya senil, miraba a la televisión cuando salía el comandante y le entraba una rabieta extraña y no paraba de decir hijoeputa ni aunque lo sedáramos.

-He sido contaminada por la desesperanza de mi madre, cansada de creer y trabajar, cansada de tener miedo a que la metieran presa por comprar carne de res, por comer langosta o por vender ropa regalada por sus amigos extranjeros, cansada de que todo menos la miseria fuera ilegal.

-He sido contaminada por la desilusión de mi padre, hombre cultísimo que tuvo un sueño que se desmoronó y quien terminó emigrando con una niña pequeña, mi hermana, y no pudimos vernos por 10 años.

- He sido contaminada por la grosería espontánea y la vulgaridad oficial que pulula en mi país en cualquier contexto y esfera.

- He sido contaminada por la desesperación de aquellos que se lanzan al mar, a las fronteras, a vender todo lo que tienen para escapar cuando se han sentido, como todos, ahogados.

- He sido contaminada por los límites, el hasta aquí, el no se puede, el no te toca, el no te metas en esto.

- He sido contaminada por la desidia de mis alumnos, por su idea de fluir porque hacer otra cosa no tenía ningún sentido.

- He sido contaminada por la mentira, por vivir en una burbuja en la que no sabía nunca qué sucedía, por un único punto de vista que solo tenía confrontación con algunos amigos que se atrevían a bloquear el silencio.

- He sido contaminada por el silencio, por el habla bajito, por el cierra la puerta, por el no escribas esto que no se publicará.

- He sido contaminada por la idea de que todo lo decidieran por mí, porque no me permitieran llegar a la mayoría de edad, y porque cualquier batalla propia requiriera previa consulta con los poderes.

- He sido contaminada por el encierro, el conformismo, la retórica, los slogan, las consignas, las organizaciones de masa que intentan que seamos eso, masa.

- He sido contaminada por la inseguridad, el terror al futuro en la mirada de los ancianos que caminan como zombies por la ciudad con su pan duro bajo el brazo.

- He sido contaminada por la suciedad, la falta de perspectivas, la ciudad que se desmorona, los perros abandonados, las tiendas vacías.

- He sido contaminada por la risa errática, autómata, que no comprende, no entiende, por los mecanismos de defensa para combatir lo terrible.

- He sido contaminada por la tristeza.

Fui una contaminada, es cierto, una contaminada que un día se cansó y se fue, y esto, poco a poco:

ha hecho que me limpie de la ceguera impuesta, y eso que yo nunca fui de las conformes, de las ciegas ingenuas, pero aún así, hay cosas que solo se aclaran con la libertad

ha hecho que vuelva a construir y creer en los sueños

que pueda abrazar a los míos

que no crea en ídolos impuestos

que tenga esperanza en el futuro

que no tenga miedo a la vejez

que no tenga que hablar bajito

que pueda escribir y leer lo que quiera

que mi opinión se construya desde múltiples puntos de vista

que guste de los sitios limpios donde te atienden con una sonrisa, incluso siendo el sitio más barato de la ciudad

que mi trabajo me permita comer bien, muy bien, y vestirme con la ropa que yo compro y escojo, no con la que me regalan

ha hecho que derrumbara los límites, los mares, los horizontes

y finalmente, eso, emigrar, ser, como ellos dicen, una vendepatria, una gusana, una malnacida, ha hecho que no tenga que quedarme callada para hablar hoy por los contaminados de adentro, aquellos que no entenderán estas palabras porque no tienen puntos de comparación, aquellos que necesitan despojar al poder de vendepatrias, gusanos y malnacidos reales.

Yo digo BASTA.

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