APP GRATIS

La historia de un hombre analfabeto que logró pasar el examen de la ciudadanía en EE.UU.

La Coalición por los Derechos de los Inmigrantes (CHIRLA) lo ayudó a prepararse para el examen.

Banderas norteamericanas © kadena.af.mil
Banderas norteamericanas Foto © kadena.af.mil

Este artículo es de hace 5 años

El pasado martes un salvadoreño que no sabe leer ni escribir cumplió un viejo sueño: ser ciudadano norteamericano.

Israel Meléndez, de 75 años, se aprendió de memoria los aspectos más importantes de la historia y el sistema político de Estados Unidos.

“Fue bastante difícil porque no sé leer, no sé escribir. Todo se me olvidaba y apenas el día siguiente venía recordando (lo que le preguntaban)”, reveló a Univisión Noticias.

Su proceso comenzó en 2017. El pasado 21 de diciembre se presentó a un primer examen, pero no lo pasó.

“Me costó, había cosas que no sabía. Me hicieron preguntas que no sabía. Me quedé ahí pensando: ‘¿qué será?, ¿qué será?’. No sabía los nombres, nada. Fallé varias veces, me hicieron preguntas que yo no había oído”, recordó.

Israel no se dio por vencido. Con la ayuda de la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes (CHIRLA), que llegó incluso a pagarle los 725 dólares que cuesta el examen de ciudadanía, volvió a estudiar las 100 preguntas. Y esta vez superó la prueba.

Bethzy García, representante del grupo, afirmó que su caso debe ser visto como un modelo a seguir por otros que atraviesan situaciones similares. “Es un ejemplo de perseverancia, de que no se debe permitir que las cosas en contra eviten que se logre un sueño”, añadió.

“Lo pasé yo, pasé la ciudadanía y voy a juramentar. Alguien que sabe leer, escribir y hasta habla inglés, dice: ‘no voy, me van a sacar de aquí’. Yo les digo: ‘anda, no tengas miedo, ¿qué te pueden hacer?’”, aconsejó el feliz ciudadano norteamericano.

Meléndez llegó a Estados Unidos en 1980, y durante los últimos años ha afrontado muchas vicisitudes. Tras jubilarse, comenzó a tener problemas en una pierna que lo obligaron a caminar apoyado en un bastón. También le fallan la visión y el oído. Como su pensión no le alcanzaba para pagar el alquiler de su apartamento, el dueño lo echó a la calle. Desde entonces duerme en su auto.

A pesar de eso, con la nueva condición se siente optimista. Asegura que ahora podrá “andar libremente” y viajar a su pueblo, a donde no ha ido en mucho tiempo, a ver a sus cuatro hijos.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada