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“El nuevo servicio de ferrocarril ha tenido un mal comienzo”, opinan cubanos

"Yo no confío en que se respeten los horarios e itinerarios y que no se conviertan esos trenes en espacios para arbitrariedades, violaciones e ilegalidades, donde empleados y funcionarios se aprovechen de la situación del transporte y quieran enriquecerse a costa de los más necesitados"

Ttren con formación de los nuevos coches chinos llega a Holguín © ACN / Juan Pablo Carreras
Ttren con formación de los nuevos coches chinos llega a Holguín Foto © ACN / Juan Pablo Carreras

Este artículo es de hace 4 años

Para la mayoría de los cubanos, el hecho de que el primero de los viajes en trenes chinos iniciados el último fin de semana haya ido con retraso es un “mal comienzo” para un servicio anunciado con todo bombo y platillos.

En palabras de María del Carmen, “esa es la señal de que, con o sin coches nuevos, el personal seguirá siendo el mismo. Yo no confío en que se respeten los horarios e itinerarios y que no se conviertan esos trenes en espacios para arbitrariedades, violaciones e ilegalidades, donde empleados y funcionarios se aprovechen de la situación del transporte y quieran enriquecerse a costa de los más necesitados.

“Es necesario mejorar la seguridad en las vías férreas para evitar accidentes. Hay que inspeccionar frecuentemente las vías y automatizarlas, así como reducir la posibilidad de que los animales estén en ella.

“¿Cuánto no nos hubiéramos ahorrado si hubiéramos invertido en el transporte ferroviario hace 50 años? Hemos preferido, sin embargo, comprar ómnibus y trenes por montos millonarios. Ahora hay que hacer que un servicio tan significativo no vuelva a decaer”, denuncia.

Tal como han indicado fuentes oficiales del sector ferroviario, el itinerario Habana-Santiago de Cuba (inaugurado el pasado 13 de julio) tendrá una salida cada dos días, mientras que los trenes con destino a Guantánamo (desde este 15 de julio), y Bayamo y Manzanillo (desde este 16) lo harán cada tres. A eso se suma la ruta Habana-Holguín, suspendida desde 2005 y reiniciada el último domingo.

De acuerdo con lo que expresa Yoendris, quien viajará por tren hasta Santiago de Cuba la semana próxima, “espero que sepan que ahora sí se acabaron los viajes en aviones y ómnibus. Como el de trenes es un servicio súper esperado, las agencias de viaje tendrán que hacer maravillas para resolver el notable aumento de afluencia de público en sus oficinas.

“Si sin estas nuevas ofertas habitualmente las colas para reservar se extendían por varias horas y en ocasiones llegaba la hora de cerrar y uno no había logrado comprar su pasaje, ahora habrá que pasar días para hacerlo. Creo que la calidad del servicio de transportación se seguirá viendo opacada por la insatisfacción ocasionada por la reservación de pasajes. No solo no hay agencias suficientes, sino que no poseen el personal y los equipos necesarios para atender a todo el que desea viajar.

“Hay que mantener la calidad del servicio de trenes porque lo bueno nos dura poco. Vamos abandonándolo todo hasta que se convierte en un desastre. Los propios ómnibus nacionales antes eran una maravilla y hoy salen atrasados, llevan pasajeros de pie, paran constantemente para recoger y bajar pasajeros y luego aumentan la velocidad para recuperar el tiempo perdido”, acota.

La madre de Yoendris, de 58 años, afirma que “es insoportable estar unas 15 horas metida en una lata, pero no tenemos más opciones. Si en ómnibus es pesado, en tren, peor. Sin dudas, debería haber un expreso que parara solo en Camagüey y Santa Clara. Así serían solo unas 12 horas de viaje y estarían conectadas las tres capitales provinciales más importantes del país.

“Hay que pensar en un tren que vaya lo más rápido posible y que libere la demanda que tienen los ómnibus. Hacer todas las paradas previstas por las autoridades solo conseguirá que el viaje parezca infinito, la odisea del nunca llegar. Por supuesto, como el tiempo es oro ese debería ser ese servicio más caro. Tuvimos la suerte de poder reservar antes de que todas las capacidades del nuevo ferrocarril se llenaran para los próximos meses”, refiere.

El informático Dariel, de 35 años, opina que “tienen que acelerar el sistema de reservaciones vía teléfono celular y acabar de permitir que los usuarios saquen los pasajes a través de una aplicación o una página web. ¿Saben todas las colas que nos evitaríamos? Eso sí es comercio electrónico.

“A ver si de una vez se empieza a usar correctamente el Sistema de Gestión y Control de Flotas (GPS) y optimizan la aplicación que sigue la ruta de los trenes porque ahora es mismo es muy poco funcional. Sería bueno que la mantuvieran al día y que incluyera las capacidades disponibles. Ojalá no le pase como a otras aplicaciones hechas por el gobierno, que no tienen utilidad y que siempre están desactualizadas. Eso sería positivo para todos los viajeros porque les ahorraría tiempo y dinero. Ya es hora de que nos pongamos a tono con el mundo. Parece que todavía estamos en la prehistoria”, puntualiza el experto en programación.

A tenor con lo que señala Senelio Ceballos en Cubadebate: “Comprando, comprando y comprando, sin invertir, meteremos a nuestros nietos en deudas externas, que no las brincará ni el chivo Pepe de mi Florencia natal. ¿No ven eso? Para mí está clarito: alegrías hoy, mañana dolor, tristeza para nuestros nietos, coches viejos rotos y deudas enormes. No olviden que ese método lo estamos aplicando desde la era de CCCP- Cuba.

“¿Cuántos ministros han pasado por ese cargo en 40 o 50 años? ¿Qué hemos resuelto? Putin nos condonó deudas externas, pero China no condona a nadie. Solo creando empresas mixtas para producir nuestros propios vagones, mini tractores, mini coches, mini camionetas, podremos salvar la situación”, resalta.

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