A Israel Yara Viñales le deben pagar desde el año 2016 una cifra que supera los 5 mil pesos como resultado de una indemnización, sin embargo, cada vez que llega a la Caja de Resarcimiento de Camagüey ha recibido como respuestas mentiras y justificaciones.
Tiene 80 años y trasladarse desde Piedrecitas hasta la capital provincial no le es nada fácil pues los 58 kilómetros que le separan de la ciudad deben ser recorridos en medios de transporte que salen en horas de la madrugada, cuenta el periódico oficialista Juventud Rebelde en su columna Acuse de recibo.
“Quien los atiende allí les dice que uno de los acusados está laborando, y sobre el otro, hay que ver al jefe de sector para que lo sitúen a trabajar, cuando en realidad los dos están presos”, cuenta la publicación cubana citando la misiva enviada por Israel.
A este cubano lo que le preocupa es que con su avanzada edad y tanto “peloteo” no pueda recuperar su dinero, el cual le corresponde según el dictamen de la sala 2da. del Tribunal Provincial de Camagüey, en la causa 33 de 2016.
“¿No hay en la práctica mecanismos coercitivos que obliguen a cumplir? ¿Se puede burlar la sentencia de un tribunal? ¿Qué hace al respecto la Caja de Resarcimiento que, por cierto, cuando el acusado paga, le retiene al beneficiario un porciento de la indemnización?” se pregunta el responsable de la columna periodística.
El caso de Israel no es el único que se reporta en el país. Según una entrevista realizada hace pocos meses en la emisora CMHW, de Santa Clara, se mencionó que “pueden tardar años” en resarcirse los daños económicos de aquellas personas que necesitan les sea reintegrada una determinada cantidad de dinero como resultado de un proceso judicial que ha fallado a su favor. “La pagan en infinita cantidad de cuotas”, aseguraron.
Otros casos por su parte denuncian que la cantidad de dinero que les debe ser resarcida no cubre los gastos ni los daños provocados. Así ocurre con Ytteb Sladys Domínguez Font, de 36 años, quien sufrió serios daños en un accidente de tránsito y solo recibió 75 dólares como compensación, sin contar los descuentos que le pudieron hacer en la Caja de Resarcimiento de Santiago de Cuba.
Al momento de hacer a denuncia la joven dijo que “ni siquiera se va a cobrar al instante, porque dicha caja pasan los años y no tiene dinero”.
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