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Memoria del Exilio: Veo-Veo: Todo el cine de enero (I)

Se me ha vuelto una manía con la que creo compensar el NO filmar.

Juan Carlos Cremata. © Cortesía del autor
Juan Carlos Cremata. Foto © Cortesía del autor

Este artículo es de hace 4 años

No paro de ver películas.

Las quinielas de diciembre no me interesan, mas me han avisado de un montón de filmes, todavía más, por ver.

Y la lista de pendientes es mucho mayor que las vistas.

Se me ha vuelto una manía con la que creo compensar el NO filmar.

De esa manera, he disfrutado y recomiendo:

LA ODISEA DE LOS GILES. Buena. Buenísima. La Argentina sumida en la peor crisis financiera de su historia: El Corralito. Grandes actores argentinos. Lo cual suena a redundancia, porque ser argentino es ser buen actor y viceversa. Luis Brandoni, Ricardo Darín, junto a su talentoso hijo Chino, Rita Cortese - la conocí personalmente cuando viví en Buenos Aires y me pareció muy buena persona - seguidos por una corte de personajes que parecen fellinianos, nacidos más al sur. De alguna manera, los argentinos son como los italianos más australes. Como siempre, en medio de las peores tragedias, surgen las comedias más divertidas. Un grupo de personas decididas a tomarse la justicia por sus manos. Excelentes diálogos. Se va en nada. Y deja mucha sensación de vida, plenitud de existencia.

EL CUENTO DE LA COMADREJA. Luis Brandoni, Oscar Martínez, Marcos Mundstock y Graciela Borges, en una comedia de Juan José Campanella, el mismo de EL SECRETO DE TUS OJOS. Excelentes diálogos, buenos chistes y una trama que, quizás, hubiese ganado mucho más, si en lugar de la cansona y pesante Borges, el personaje protagónico lo hubiese interpretado Betiana Blum. Brandoni sigue en talla, a pesar de los años. Es difícil no ver a Mundstock sin relacionarlo con Les Luthiers. Oscar Martínez siempre es eficaz. E irrumpen dos jóvenes con gracia y belleza: Clara Lago y el hijo del gran Guillermo Francella, nombrado Nicolás. Tan bueno como su padre, pero con aún mucha mejor presencia física, gracias a su juventud. Se pasa entretenido y está al alcance de la mano.

THE CONFESSION KILLER. Está en Netflix. Es una serie de solo cinco capítulos, sobre el que fuera considerado el mayor asesino en serie de los Estados Unidos. Otro de los muchos ejemplos de cómo mal funciona el sistema de justicia norteamericana. Una historia que puede parecer increíble, pero fue verdad. ¿O todo fue mentira? ¡Véala y sabrá!

THE EDGE OF DEMOCRACY. En Netflix, también. Sin subtítulos en español aún, pero puede verse con close caption en inglés, o en portugués. Nominada al Oscar este año como Mejor Documental. La historia complicada de la “democracia” brasileña. El proceso contra Lula, el juicio de Dilma, filmado - al lado de los hechos, o personajes mismos - con bastante imparcialidad, aunque con ciertas facilidades, por parte de los entrevistados del Partido de los Trabajadores, para contar con la cercanía de ellos. Algo que no fue favorecido por las partes opositoras e intrigantes. Como todo eso se fue a la mierda. Pues, lo que se impone, es el poder del dinero sobre el de la justicia. En todo el mundo, mientras los presidentes se suceden, los magnates heredan, consolidando su poderío. * La oligarquía determina el rumbo de los acontecimientos. Una historia que no termina y deja las puertas abiertas para comenzar de nuevo.

* ¡De Cuba, ni hablemos!

LUCE. Naomi Watts y Tim Roth son los padres adoptivos de un muchacho traído de la guerra en Eritrea y es un estudiante ejemplar, hasta que saltan las dudas, por una maestra, de que pueda ser un potencial terrorista. Un estudio sobre la confianza que, por defecto, no profundiza, aunque deja la duda sembrada. Un poco complicada, por más que se agradezca el desempeño de los actores. Sobre todo, de Victoria Spencer.

MALEFICIENT: MISTRESS OF EVIL. No entiendo por dónde anda Disney en su afán desmedido de hacer secuelas. La Maléfica de Angelina Jolie - quien funge, también, como productora - de tan flaca, parece anoréxica, Aurora es tan pálida, que uno reclama que le pongan algún antibiótico. Y a Michelle Pfeifer ya se le ve bonita en planos generales, porque cuando le acercan mucho la cámara, se le notan las arrugas hasta en las pupilas. La muy pájara de la Jolie, se reúne con otros pájaros como ellas y forman la que forman. Tremenda pajarería. En ocasiones parece un torpedo. Con el cuento de que los malos son los buenos y viceversa, uno no sabe ya a qué atinar. Igual, es una enorme superproducción, con efectos digitales, planos super estudiados, cuasi reproducidos de un STORY BOARD - especie de esquema dibujado con anterioridad a la filmación - mas, un poco melosa. Es como cuando uno come demasiado dulce y se empacha, se embota. La fantasía, en demasía, empalaga. Para una tarde de domingo, puede resultar entretenida, sobre todo, si uno no quiere pensar.

BOMBSHELL, o EL ESCÁNDALO. Nicole Kidman, Charlize Theron - más divina que nunca - y Margot Robbie. Sobre los escándalos de acusaciones sexuales en la gran cadena de televisión FOX. Intriga y tensión en una trama muy de moda. La Theron está en su mejor momento. Ojos distintos, cara, cuerpo, voz - cambiada por completo - emoción. La Kidman también se destaca en un papel secundario. Basada en el escándalo real que inició todo el movimiento feminista ME TOO. Imperdible. Atrayente. Sagaz.

US, o NOSOTROS con Lupita Nyong´o y Elisabeth Moss. Una película de terror extraña, donde una familia debe enfrentarse con sus propios miedos y sombras. Si no fuera por unos chistes fuera de liga que, a cada rato, se vierten y la encomiable labor de su bellísima protagonista - esa diosa de ébano - el filme pasaría sin penas, ni glorias. Ni asusta tanto, ni se explica el por qué de nada. Repito, ella es diamante. Y brilla.

AD ASTRA, o HACIA LAS ESTRELLAS. No soy muy fanático a la ciencia ficción - no sé por qué, al igual que las historias subacuáticas, me causan una sed tremenda - pero esta es una película interesante. En un futuro distante. Que te hacen cuestionarte si todavía para esa época Brad Pitt* seguirá siendo joven. Y perdurará Donald Sutherland. Cautivante. Atrapa desde los primeros instantes. Con lo malo que está el transporte, el protagonista tiene que ir hasta Neptuno - el planeta, no la calle - a tratar de encontrarse con su padre en una misión contra él. Persecuciones y broncas espaciales y eficaces efectos especiales. Fotografía impresionante. Un espectáculo visual apabullante. Digital en un gran por ciento. Pero, bien pensado y sin tachas. Escenografía, vestuario e iluminación se lucen. Show caro y literalmente, de altura.

* Debió haber sido nominado por este formidable trabajo, en lugar de solo manejar un auto y quitarse la camisa en la de Tarantino.

ELISA Y MARCELA. Está en Netflix. Es la última película de Isabel Coixet, una de las cineastas españolas más conocidas y respetadas. Encuadres estudiados en una fotografía, en blanco y negro, de una belleza sobrecogedora, que hace que las sombras y las luces sean parte significante en lo que cuentan. Íntimamente feminista. Sensible. Contada en detalles sublimes que reflejan, sugieren y exponen mucho más que un todo. El amor de encajes entre dos chicas desafiando las convenciones de la época y la más rancia intolerancia del pensamiento gallego. Otro amor - como tantos otros - imposible. La humanidad no aprende a respetar los afectos privados. Con atrevidas y sensuales escenas de amor lésbico. Un clásico contemporáneo, sin necesidad de mucho ruido, ni premios. Quizás, su mayor reconocimiento sea el albergarse en el alma y cultivar la vista - por ende, el intelecto - de los espectadores. Tierna, pausada - es del ritmo que impone la propia historia - se agradece el no ver casi hombres en pantalla.

EUFORIA. Una emotiva película italiana sobre la relación entre un hermano gay, exitoso en los negocios y otro enfermo terminal. Sincera. Tranquila, aunque profunda en su indagación acerca de los verdaderos valores humanos. Alabanza al amor y al respeto por la diferencia.

DIECISIETE. Otra de hermanos. También en Netflix. Lindísima película española, que ayudaría mucho pasarla en Cuba, ahora, con su absurda negativa de aprobar una ley de protección animal. La importancia del cuidado de animales, en la educación de adolescentes con conflictos de conducta. Atención con el joven protagonista, Biel Montoro. Tronco de actor promete ser. Magistral desempeño. Road movie conmovedora en extremo. Guion fabuloso, con diálogos precisos. Para llorar con ganas. Y con motivos cercanos, reales, vividos. Cine distinto. Humano.

LADY AND THE TRAMP o LA DAMA Y EL VAGABUNDO. Fue una de las películas de muñequitos que siempre perseguí desde niño. Mi madre me habló de ella y solo pude satisfacer mi deseo de verla, ya siendo adulto. Y la adoré. Con la rabia de habérmela perdido, durante tantos años, porque en Cuba, hubo un tiempo, en que hasta los dibujos animados fueron declarados enemigos del pueblo. Ahora regresa con personajes reales, de carne y hueso. No sé cómo lo hacen, pero es perfecto. Ese puede ser su mayor atractivo para los que la adoren. Como su mayor reprobación, en los que la retractan: el reproducir, no solo fielmente, sino, también, en la creación de una atmósfera que es copia del original y al propio tiempo, parece novedosa. A diferencia de EL REY LEÓN, esta está llena de encanto. El mismo fino humor de la primera. Exacta infinita ternura. Ideal, también, para acompañar las campañas de protección animal que tanta falta hace en Cuba y en todas partes. Yo castigaría a los que trabajan en Zoonosis, a tenerse que ver, treinta películas como estas, con animales adorables. Disney sabe muy bien cómo manipularnos. Y lo hace con gracia. Y con todos los hierros. Buen regalo para los niños y para todos aquellos que nos resistimos a dejar de serlo. Para los que les gusten los perros, esta película es una delicia. Espero que para los demás, también. ¡Y no sean tan (malos) animales!

BACURAU. Grande Brasil. Gran película. Peliculón. Premio del Jurado en el Festival de Cannes. Una vez más sorprende, deslumbra, ilumina. La surrealista vida de un pequeño pueblito del nordeste brasileño, que ni siquiera aparece en Google Earth, atrapado en una tragedia y luchando por su supervivencia. Realismo mágico en su estado más puro. Sonia Braga brilla, en medio de un elenco compuesto enteramente por no actores, o absolutamente desconocidos. Udo Kier, también. Drama intenso. Duro.

LA CAMARISTA. Opera prima de la cineasta mexicana Lila Avilés, que logra colocarse como uno de los más interesantes filmes de la nación azteca, durante este año. La desolada y difícil vida de una camarista - en Cuba les llamamos camareras - de uno de los hoteles más lujosos del Distrito Federal. De nuevo una visión desde los que no tienen voz, ni voto y forman parte de la gran mayoría de la población.

HARRIET. Hermosísimo filme basado en la vida de Harriet Tubman, una esclava decidida a todo por alcanzar su libertad. Y que no solo logró su independencia, sino que se dedicó a ayudar a los demás a tenerla. Regresando, una y otra vez, a rescatar esclavos. Una suerte de Robin Hood femenino, afroamericano y real. Incluso, es de las pocas mujeres, en la historia americana, que ha dirigido todo un batallón. Épica. Durante la Guerra Civil. Recuerda a DOCE AÑOS DE ESCLAVITUD, o a LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ, contada desde el punto de vista de los oprimidos. De seguro, su actriz protagonista, Cynthia Erivo - quien, además, canta, compone e interpreta el fabuloso tema STAND UP, de los créditos finales, que también está nominada como mejor tema - será ignorada, en la feria de vanidades que son, en definitiva, los Oscars, pero merece todo tipo de reconocimientos. Sobre todo, el que la mayor cantidad de gente pueda sentirla, al verle. Un monumento a la dignidad humana.

A RAINY DAY IN NEW YORK. La última de Woody Allen. Con un elenco de jóvenes: Timothée Chalamet, Selena Gómez, Elle Fanning, Jude Law, Diego Luna, Liev Schraiber. Trabajar con el singular director es toda una escuela, así como la asunción de un método. Atención: no es solo disfrutar de una nueva historia del director neoyorquino, empero, también, la maravillosa posibilidad de apreciar el desempeño de uno de los grandes directores de fotografía del mundo: Vittorio Storaro. Cada plano, cada encuadre, cada movimiento de cámara, es para detenerse a estudiarlos. Dibuja con la luz y en casi todos los encuadres, parece declararse el atardecer en los rostros de los intérpretes. Amén de que se mantiene lloviendo durante bastante parte del metraje. Simpática comedia sobre una pareja que planifica pasar un fin de semana tranquilos en New York, pero esto no será así. Diálogos chispeantes, chistes agudos. Otro típico Allen, con el que se pasa siempre bien. Especial mención con el monólogo que interpreta la actriz que hace el papel de la madre del protagonista, Cherry Jones. Luego de ver esta cinta, me dieron ganas de conocer una parte de New York que, a pesar de haberla zapateado, muchas veces, desconocía: el reloj Delacorte, cercano al Zoológico en el Parque Central. Cada día entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde, cada media hora, una banda de animales cobra vida interpretando melodías de canciones infantiles. Nunca estuve ahí. Debo ir. ¡A mi madre le hubiera encantado!

(continúa en la próxima crónica)

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Juan Carlos Cremata Malberti

Director de cine y guionista cubano. Se graduó en 1986 de Teatrología y Dramaturgia, en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, posteriormente cursó estudios en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños graduándose en 1990.


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