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Para los inmigrantes cubanos, un aplauso

Los emigrantes cubanos vivimos pensando en nuestras familias en Cuba, ocupándonos de sus problemas y necesidades.

Aeropuerto Internacional José Martí © CiberCuba
Aeropuerto Internacional José Martí Foto © CiberCuba

Este artículo es de hace 4 años

Con los títulos bajo el brazo y las maletas llenas de sueño, así salimos de Cuba millones de cubanos.

Hay muchos buenos profesionales, médicos, enfermeros, ingenieros, maestros, que hoy siguen con los títulos enrollados y guardados mientras trabajan en camiones, fábricas, sirviendo copas detrás de una barra, cocinas, o como cuidadores de ancianos.

Aquí empiezan los sueños a hacerse duros, de concreto y nos comienza a doler el alma. Lo que ganamos apenas nos alcanza para pagar piso, carro, comida, luz y agua. Después llegan los taxes, impuestos de coches, ah, y el dinero que se envía para Cuba, ese nunca falta a fin de mes. A esto se le agrega desde medicamentos, ropa y todo lo que necesiten.

Allí se quedó nuestro pilar, la familia. Cuando llega el fin de año, como zombis celebramos y reímos, pero nuestra risa es amarga pensando en las arrugas en la piel de nuestra madre y en las caras de nuestros hermanos.

Aquí ha sido nuestra gran escuela, nuestra gran lucha. Ya no somos cubanos, ya no somos de ningún sitio, aunque tengamos la nacionalidad. Mueren nuestros seres queridos y muchos no hemos podido viajar a dar el último adiós.

No podemos estar en casi ningún cumpleaños. Se escucha a través del teléfono “cumpleaños feliz”, siempre en las llamadas.

De allá llegan las quejas, “no hay, no hay, no hay....... esto está malísimo”. Desde esta parte solo se escucha: “qué les hace falta, qué necesitan” y nos callamos nuestro dolor, nuestras frustraciones, nuestras enfermedades y seguimos ahí, bastión de toda la familia.

Si tenemos lágrimas nos la tragamos y siempre mostramos la mejor sonrisa. Nos da felicidad hablar con ellos, ayudarles. Nos hacemos responsables de sus problemas y también de los nuestros.

A todos nosotros que hemos sido guerreros, hemos sido estoicos en aguantar los golpes, aguantar un frío que nos cala en los huesos, aguantar muchas veces racismo, e incomprensión, para todos nosotros, un aplauso.

Mary Umpierre

Las declaraciones y opiniones expresadas en esta carta a CiberCuba son de exclusiva responsabilidad de su autor. CiberCuba hace su mejor esfuerzo para verificar la veracidad de la información recibida pero no da garantías sobre la misma.

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