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A 31 años de la masacre de Tiananmen: Cuando los tanques aplastaron el ansia de libertad

Aún hoy no se conoce el número cierto de las personas que murieron ese día, algunos expertos estiman que fueron cientos y otros alegan que perecieron varios miles.

Ciudadano chino se enfrenta a los tanques del Ejército en la plaza de Tiananment © Jeff Widener (AP)
Ciudadano chino se enfrenta a los tanques del Ejército en la plaza de Tiananment Foto © Jeff Widener (AP)

Este artículo es de hace 3 años

Este jueves 4 de junio se cumplen 31 años de la masacre de la plaza de Tiananmen, en Pekín, un acontecimiento que mostró al mundo sin tapujos el rostro más descarnado del comunismo.

Ese día, los tanques del gobierno chino fueron sacados a las calles para reprimir a como diera lugar a miles de manifestantes, en su mayoría estudiantes, que pedían que el régimen se abriera a la democracia y que fueron aniquilados sin piedad.

En Hong Kong, donde tradicionalmente se realiza una vigilia para recordar a las víctimas, este año la pandemia del coronavirus obligó a las autoridades a prohibir cualquier reunión de más de ocho personas, por lo que los ciudadanos decidieron rendir homenaje encendiendo una vela en el lugar donde se encontraran.

Según un reporte de la emisora alemana Deutsche Welle, unos cien manifestantes entraron por la noche en el Victoria Park del centro de la ciudad para recordar la fecha, y pese a la prohibición de la policía, quitaron las barreras instaladas y se concentraron con velas en la mano.

Por su parte Taiwán, país que China reclama como parte de su territorio, instó al gobierno comunista a reconocer el crimen cometido hace más de tres décadas.

“En todo el mundo, cada año tiene 365 días. Pero en China, uno de estos días es olvidado de forma deliberada cada año”, señaló la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, en su cuenta de Twitter.

La noche de los tanques

En la noche del 3 al 4 de junio de 1989 quedaron sepultadas para siempre las esperanzas de una sociedad china abierta a la democracia.

Los estudiantes, conocedores de que los países de Europa del Este comenzaban a liberarse del yugo socialista, reclamaban a su gobierno una mayor apertura política, a tono con las reformas económicas iniciadas años atrás.

Pero la respuesta del presidente Deng Xiaoping, quien temía que el proceso se le fuera de las manos y acabara por desbancar del poder al Partido Comunista Chino (PCCh), fue emitir una ley marcial y enviar al Ejército Popular de Liberación a aniquilar las manifestaciones.

Aún hoy no se conoce el número cierto de las personas que murieron bajo los tanques y las balas de más de 200 mil efectivos; algunos expertos estiman que fueron cientos y otros alegan que perecieron varios miles.

Aunque siempre se habla de la plaza de Tiananmen, lo cierto es que las protestas desbordaron las fronteras de Pekín y se extendieron por todo el país, donde fueron igualmente reprimidas.

Gracias a que en ese momento se celebraba en la capital china un encuentro entre el expresidente soviético Mikhail Gorbachev con líderes locales, numerosos fotógrafos internacionales pudieron captar de primera mano las imágenes de los jóvenes enfrentándose a los vehículos militares.

Según relató el periodista y disidente chino Liu Binyan en su artículo denominado "La larga marcha lejos de Mao: la descomunización de China", publicado por la Universidad de Nueva York, con los militares Deng logró suprimir el movimiento pro democracia así preservó el régimen comunista.

“La masacre y la purga posterior dañaron al activismo en favor de la democracia, pero el propio prestigio de Deng y sus reformas económicas también fueron heridos”, precisó.

Las demandas por mayores libertades no surgieron en 1989, venían desde finales de los años 70, cuando comenzó el proceso de reformas económicas, una década que concluyó con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.

Tal y como explicó Liu Binyan, las reformas económicas de Deng Xiaoping habían mejorado las condiciones de vida de la gente, pero también aumentaron las posibilidades de los miembros del régimen de afianzar sus abusos de poder y por tanto la corrupción creció.

“… la liberalización económica también trajo consigo demandas de liberalización ideológica y política”, subrayó el experto.

En abril de 1989, dos meses antes de los hechos de Tiananment, se produjeron levantamientos en las calles y varios líderes estudiantiles llegaron incluso a presentar siete demandas ante las autoridades, un preámbulo de las manifestaciones que dos meses más tarde fueron abatidas.

Tras la masacre del 4 de junio, se alzaron las voces de condena en muchos países, a excepción de los aliados de China, como Cuba.

En julio de ese año el Congreso de Estados Unidos aprobó varias sanciones, entre las que se incluía la prohibición de la venta de armas y equipos destinados a las fuerzas de seguridad, medidas que años después quitarían los presidentes Bill Clinton y George W. Bush.

En China, la masacre de Tiananmen no detuvo las reformas económicas, cuyo impulso durante estos 31 años ha traído como resultado un enorme crecimiento, que hoy coloca al gigante asiático entre las principales potencias del mundo.

A la par de ese desarrollo, el régimen despótico se ha mantenido en el tiempo, contrario a lo sucedido en países que en su día alardearon de ser ideológicamente invencibles, como la Unión Soviética o la Alemania Democrática.

Hoy en día, abordar el tema de Tiananmen continúa siendo motivo de censura en Internet por parte del gobierno de Xi Jinping, cuyo gobierno solo permite determinadas protestas a sus ciudadanos.

Noah Feldman, profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Harvard, recordó, citado por Infobae, que el partido comunista chino sigue temiendo a las grandes marchas de protesta organizadas y que “el espectro de Tiananmen sigue presente”.

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