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Entrevista con Alberto Luberta Martínez: “Mi sueño es realizar una serie de ficción sobre la pelota en Cuba”,

"Me considero un heredero de las ideas de mi padre. Su programa Alegrías de Sobremesa sobrepasó épocas, generaciones, ideales, creencias religiosas" cuenta el director y guionista Alberto Luberta Martínez.

Alberto Luberta Martínez © Televisión cubana
Alberto Luberta Martínez Foto © Televisión cubana

Este artículo es de hace 3 años

Hace unas semanas concluyó la puesta en pantalla de la novela Entrega que, sin duda alguna, removió los cimientos de la sociedad cubana que se vio reflejada en muchos de sus personajes.

Hacía años que ese espacio no atraía el interés mayoritario de la teleaudiencia y uno de los protagonistas del éxito fue Alberto Luberta Martínez, Albertico, director de la propuesta.

Ante mí un esbelto hombre, trigueño, apuesto, ojos penetrantes, canas interesantes. Nada fácil de atrapar ha sido el hijo de dos grandes de la Radio Cubana, Alberto Luberta y Caridad Martínez, el mismo que tantos comentarios favorables ha despertado… ¡pero al fin lo logré!

Así, ambos cuidándonos de este malévolo coronavirus, pudimos conversar durante un buen rato; no sin antes felicitarlo por su reciente reconocimiento al recibir la condición de Artista de Mérito del ICRT.

Me colma de regocijo completar la triada de esa condición, pues mi papá y mi mamá lo habían ganado anteriormente. Estar o tratar de estar a su altura es algo importante para mí.

Soy de Mariano, nací, me crié y vivo en este populoso municipio capitalino; fíjate que vine al mundo en Maternidad Obrera en diciembre de 1974. Orgulloso de mis padres, Alberto Luberta, conocido por escribir por décadas el muy escuchado programa radial Alegrías de Sobremesa y Caridad Martínez, no menos afamada directora de la emisora Radio Progreso. Somos seis hermanos, aunque solo dos de madre y padre.

Para acabarte las relaciones personales me casé hace 23 años con mi hermosa Dunia, ingeniera hidráulica, aunque ahora trabaja como cuentapropista, con quien tuve a Aldo, 19 años, y Alberto 16.

¿Alguno sigue los pasos a ti y a tus padres?

Sí, el mayor estudia en la ENA con vistas a matricular en la Facultad de Artes de los Medios de Comunicación (FAMCA); al menor le gustan los deportes y la informática.

Comencemos por tus recientes éxitos en la pequeña pantalla: Entrega y Lucha contra Bandidos( LCB).

Cronológicamente hablando primero fue LCB. En la televisión sabes que comencé con los policíacos Tras la Huella y UNO, una serie muy bien recibida por la teleaudiencia cubana que estuvo protagonizada por Carlos Luis González, Yuny Bolaños, Tomás Cao, Alain Aranda y Tamara Morales.

Cuando concluyó UNO en el 2014, el guionista e investigador Eduardo Vázquez me propone Lucha contra bandidos, que significó un proceso largo y complejo. No puedes imaginar cuánto, hasta que el proyecto vio la luz en marzo de 2017 en su primera temporada que se desarrollaba en el Escambray.

Tú además de dirigirlo, escribiste.

Sí, el guion fue de Eduardo Vázquez y mío con el apoyo en dos episodios de Yaima Sotolongo. Fueron quince capítulos históricos en esa primera temporada. La segunda comencé a escribirla junto a Eduardo, pero como se demoraba el proceso de aprobación (a pesar del éxito de la primera), acepté el proyecto de la telenovela Entrega.

¿Es Entrega la razón por la que no intervienes en la segunda temporada de LCB?

De alguna manera sí. Eduardo siguió escribiendo solo LCB. Yo pedí que atrasaran un poco el proceso para esperar a que yo terminara, al menos, el rodaje de la novela, pero bueno, la decisión fue otra y Roly Peña fue designado como director de esa segunda temporada. Pero no pasa nada, eso es parte de la vida y de nuestro trabajo. Ellos lo hicieron y fue nuevamente muy exitosa.

¿Qué me dices de tu Entrega, de la cual aún se habla positivamente? ¿A qué atribuyes el rotundo éxito de la puesta en pantalla?

Chica, me satisface el número de personas que me han felicitado, que se me siguen acercando para hablarme favorablemente de la propuesta. Desde que leí el guion advierto que no es el típico melodrama y me propuse conquistar a ese gran público menos habitual al espacio de la novela cubana e, incluso, al que nunca la había seguido. Estoy contento pero la máxima conquista está por llegar, ese es mi lema.

Los 72 capítulos de Entrega se transmitieron desde el 23 de septiembre hasta el 6 de marzo. Como te dije, el libreto de Amilcar Salatti me enganchó y formamos un muy unido colectivo de dirección entre los que sobresalen mi codirectora Loysis Inclán, Osvaldo Doimeadiós como director de actores y Yoan Palomino, director de fotografía.

Contamos con actores y actrices talentosos y experimentados como Verónica Lynn, Manuel Porto, Nancy González, Carlos Gonzalvo, Jorge Martínez, Fernando Hechavarría, Tahimí Alvariño, Jorge Treto y jóvenes que impresionaron como Ray Cruz (el profe Manuel), Keny Cobo (la sorda) y Amaury Millán (Alaín, hermano de Manuel).

¡Y Albertico Luberta como director general, por supuesto!

Albertico, esa forma de ser tuya, impetuosa, buscando el éxito siempre, sin perder la fe, con la sonrisa en el rostro… ¿De quién la heredaste?

Me considero un heredero de las ideas de mi padre, siempre creando, siempre sonriendo. Fue Alberto Luberta un verdadero soñador, pero cubanísimo. Su programa Alegrías de Sobremesa sobrepasó épocas, generaciones, ideales, creencias religiosas. Fue algo que unió verdaderamente a la familia cubana por 52 años.

Para mí fue, es y seguirá siendo un ejemplo a seguir. Cuando yo estaba en la secundaria él trasladó su puesto de trabajo para la casa y nunca faltó el guion del programa que nos hacía reír y pensar. Bajo cualquier circunstancia pipo escribía Alegrías.

Y, por supuesto mami también fue determinante. Su sabiduría, su forma de hacer, de educar siempre. Tengo a los dos en un alto pedestal.

¿Cuántas anécdotas tendrás en mente y corazón de todas esas experiencias?

Muchacha…¡si te contara! En los años 90, ya sabes, en medio del Período Especial, mis padres a veces venían a pie desde Radio Progreso hasta la casa ¿te ubicas? Desde el Vedado hasta Marianao y por el puente del Parque Almendares pasa un cortejo fúnebre y mi mamá dice: Siempre hay uno peor, a lo que pipo enseguida, con esa chispa que lo caracterizaba, ripostó: 'Por lo menos él tiene transporte. Jajá. Por ahí saca cuenta'.

Tus padres pertenecen a la familia de la radio. Por eso, tus primeros pasos no fueron en la tele, fueron en la radio. Con tales padres me imagino que de niño no saldrías de Radio Progreso.

Te equivocas. Mima, como todas las madres, no se cansaba de pasearme por oficinas y estudios como si yo fuera una muestra museable… ¡y me cansé! No fue hasta los 19 años que regresé.

¿Por qué a esa edad?

Ah, eso tiene su historia. A los 13 años yo escribí mi primer guion –bueno, una pequeña historia con forma de libreto de radio, más bien– sin embargo, siempre adoré las Matemáticas y al graduarme de la Enseñanza Media Superior decidí optar por Ingeniería Mecánica en la CUJAE.

No obstante, en mi año de Servicio Militar Obligatorio, en una aburrida guardia me pongo a escribir un guion para un programa que ¡asómbrate! aún se mantiene en el aire, Francamente, y que fue dirigido por mi mamá muchos años.

Ese programa ya existía, yo escribí un guion dirigido a orientar a los adolescentes. Estamos hablando de mayo de 1993, época muy difícil, en medio del período especial. Muchos habían abandonado los centros de trabajo, otros optaron por irse a buscar nuevos horizontes y fue así que ese guion fue aceptado… Jajá, no había guionistas. Ese libreto fue grabado en septiembre del 93, estudiando yo en la CUJAE.

¿Te graduaste de ingeniero?

¡Qué va niña! Me fui al terminar el primer semestre y Progreso se convirtió en mi segunda casa. Y eso que aquel guion no tenía nada del otro mundo, ahora lo leo y me avergüenzo. Claro, reconozco que gracias a aquella monótona guardia, mi vida dio un giro hacia lo que soy hoy día, un hombre realizado.

Hace poco, me contactó por Facebook (para hablarme de que le había gustado Entrega) una muchacha que estudiaba conmigo en la CUJAE, de la que yo realmente ni me acordaba y me dijo: 'no sabes cuánto me alegro de que no te hayas graduado de ingeniero'.

¿Qué escribiste al entrar en la popular emisora?

No, entré a estudiar en dos cursos: musicalización y guionista. Mi profesor de guion fue el ya desaparecido Enrique Domínguez Sosa y el de musicalización Iván Pérez, nuestro padre supremo.

¿Padre supremo?

Sí, éramos un piquete de muchachos entre los 19 y 20 años que trabajábamos mucho y aún agradecemos las enseñanzas de Iván. A propósito de un premio recibido por mí por la primera temporada televisiva de Lucha contra Bandidos, me le acerqué y le dije: “maestro, esto es suyo también”.

¿Te demoraste mucho en ocupar una plaza?

En septiembre del siguiente año (1994), cuando causa baja un musicalizador, comienzo mis andares, te confieso que más verde que un plátano. Fiesta Guajira fue mi primer programa en Progreso.

Claro, la historia no empieza ahí: yo había escrito un guion de Alegrías de Sobremesa que le muestro a Isabel Aida Rodríguez, una tremendísima asesora y directora de Radio, que me dio un gran consejo: “no seas la continuación de tu padre, haz tu propio camino”… Y eso ha sido proverbial en mi vida.

¿Nunca te han propuesto, una vez fallecido Luberta, escribir Alegrías de Sobremesa?

Mira, cuando pipo murió, yo escribo el guion del último programa y Raúl Guanche, efectista por muchos años del popular espacio, me dijo que el programa se acababa porque yo quería, porque mi guion era como el de mi padre.

Entonces ¿por qué no proseguir?

Sencillo: ¡no es lo mismo escribir un guión que 365!

Muy cierto. Volvamos a tus primeros años en la Radio.

Como te dije me contrataron para el espacio campesino en 1994 y ya en el 95, en septiembre, matriculé en la FAMCA. En el 2000 me gradué en la especialidad de sonido aunque mis aspiraciones se encaminaban a la dirección.

¿Qué te aportó la Facultad?

La FAMCA me dio la teoría que complementó la práctica, algo que siempre es importante. No puedo dejar de mencionarte que en esos cinco años de carrera gané el concurso Margarita Xirgu de teatro radiofónico, que convocaba Radio Exterior de España.

Además, junto a otros jóvenes creadores, pedimos un estudio prestado donde realizábamos programas creados por nosotros, para lo cual contamos con el apoyo de actores profesionales como Norma Reina, Ketty Rodríguez, Jorge Rivera y como siempre, con el consultor mayor, Iván Pérez.

No obstante, al graduarme seguí como musicalizador lo que no me impedía escribir y dirigir por mi cuenta.

¿Cuándo fue el salto a la televisión?

En 2006 me llega la información de que la Casa Productora de Telenovelas estaba buscando proyectos; así presento uno, que finalmente no cuajó pero sí tuvo repercusiones posteriores.

¿Qué pasó?

Pues en ese propio 2006, mi hermano Aldo se va para Paraguay y deja vacía una plaza de dirección en la emisora; Néstor Camino y yo llevábamos ya unos años dirigiendo cuentos y teatros por nuestra cuenta, a partir del apoyo de la jefa de transmisiones Rosalina Gutiérrez y de los actores, como te dije antes. Cuentos y teatros que finalmente se transmitían, que habían tenido resultado, teníamos ya determinada experiencia y todo el mundo estaba convencido de que nos darían la programación de Aldo, pero eso no pasó.

Me disgusté, pedí la baja y me fui a un curso de guiones televisivos que organizaba la Casa Productora y a donde fui invitado a raíz de aquel proyecto que no fue aceptado.

Paralelamente me instan a escribir guiones para el espacio Tras la Huella, teniendo en cuenta mi experiencia en programas policíacos en la radio.

Fíjate, tal vez lo que conté de la programación de Aldo fue solo el detonante y el salto a la televisión, en realidad, era algo que en el fondo ya quería hacer de todas formas.

¿Es a partir de ahí que ya enrumbas definitivamente para la tele?

Sí, pues en 2007, la Casa Productora quería realizar un proyecto de tele novela escrita entre cuatro guionistas, uno de los cuales era yo, y que vio la luz casi una década después. Fue la novela En tiempos de amar, protagonizada por Maikel Amalia Reyes y Carlos Solar. Quiero significar que la asesora Vilma Montesinos fue vital en que yo fuera seleccionado para ser uno de los escritores.

¿Y cuándo empiezas en los Tras la Huella?

Un año después hablo con Chucho Cabrera, quien además de ser un virtuoso del Switcher, era el director general de Tras la Huella y había sido el decano de la FAMCA en los años en los que estudié, y le dije que quería incorporarme a su equipo como director, codirector, más allá de guionista.

¿Cuál fue su respuesta?

Él me preguntó que si quería hacerlo para mejorar mis funciones como guionista o porque quería ser director, a lo que le contesté sin vacilar: "porque quiero ser director".

Así fue que comencé a codirigir junto a Willy Franco hasta que un día Chucho me dio la oportunidad de hacerlo con él. La obra fue la serie Próximo Vuelo de Tras la Huella.

¿Qué funciones realiza un codirector?

Un codirector puede dirigir escenas, participa en el casting, aunque siempre la voz suprema es la del director. En Próximo Vuelo yo dirigía y él supervisaba en la primera fase del rodaje pero sufrí un accidente, tuve que alejarme dos semanas y al regresar nos reestructuramos y él dirigió una mitad de las grabaciones con una parte del equipo y yo la otra. Chucho siempre me dio mucha confianza.

En el 2010 soy convocado a dirigir en solitario la serie de cuatro capítulos Abismo de Tras la Huella. En este programa permanecí cuatro años hasta que me encargaron otro policíaco, UNO, que se extendió por tres temporadas. Además de escribir, dirigí la primera temporada junto a Roly Peña, a quien agradezco mucho también la oportunidad.

Algo que me parece bien contarte es que cuando empecé a dirigir Tras la Huella en 2009, estando en la serie Próximo Vuelo, Iván Perez, del que tanto te he hablado, interpretaba un personaje. Al salir al aire viene Iván muy contento a agradecerme porque, después de tantos años trabajando en el medio era la primera vez que lo conocía tanta gente en la calle…Y le respondí: "¿no cree que yo tendré siempre mucho más que agradecerle a usted?"

Un sinfín de anécdotas anima la vida de Albertico Luberta. ¿Qué le guarda el futuro a este joven realizador capitalino?

¡Trabajar! Tengo, en espera que todo vuelva a la normalidad, una comedia de situaciones de doce capítulos, escrita por Amilar Salatti que se llama Al habla con los muertos. Esperemos que esta pandemia que aún nos afecta finalice y podamos recuperar nuestras vidas.

¿Tienes algún sueño en cuanto a realización se refiere?

Pues sí, ya te hablé de eso hace mucho tiempo, y es realizar una serie de ficción sobre la pelota en Cuba. ¿Te imaginas recrear el jonrón de Agustín Marquetti, el tubey de Enriquito Díaz? Yo guardo los audios de esas grandes hazañas por Eddy Martin y Héctor Rodríguez en mi teléfono. ¡Fueron los momentos más grandes para mí!

Mi pasión por el béisbol es extraordinaria desde niño, pero mi sueño de ser pelotero cedió su paso al de realizador.

Pregunta final ¿radio o televisión?

La radio fue la gran escuela pero lo mío… ¡lo mío es la televisión!

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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