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Gobierno de Cuba apuesta por el maíz híbrido transgénico para alimentar animales

Los productores reportan un aumento del volumen de cosecha desde una tonelada con la semilla tradicional hasta seis toneladas con la transgénica.


Este artículo es de hace 3 años

El Gobierno de Cuba fomenta la introducción del maíz modificado genéticamente para destinarlo al consumo animal, mediante el empleo de una semilla obtenida en laboratorios nacionales, como vía para rescatar la escasa producción de carne en el país.

En un encuentro de científicos y ganaderos con el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se presentó el proyecto de maíz híbrido transgénico, el cual está liderado por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de La Habana.

Mario Pablo Estrada García, director de Investigaciones agropecuarias del CIGB, explicó que en este momento se están cosechando 540 hectáreas del híbrido, que son el resultado de unas 113 hectáreas sembradas en la campaña de invierno anterior.

Para este año, se prevé plantar 170 hectáreas de semilla, que a su vez permitirán la siembra el año próximo de 8 500 hectáreas del grano.

“Es decir, que en un ejercicio teórico, podemos decir que si logramos producir 1 000 hectáreas de semilla hibrida, podríamos estar sembrando 50 mil hectáreas de grano hibrido, lo que significaría, con el rendimiento actual, obtener un cuarto de millón de toneladas de maíz seco”, detalló.

Actualmente la siembra del maíz transgénico en la Isla se desarrolla en grandes extensiones de tierra, en las cuales los productores reportan un incremento de los volúmenes de cosecha por hectárea, desde una tonelada con la semilla tradicional, hasta las seis toneladas con la de maíz transgénico.

Otra de sus ventajas es que posee genes incorporados que lo hacen resistente a enfermedades, como la provocada por la plaga de la palomilla de maíz.

Las autoridades cubanas achacan la baja producción porcina al déficit de comida para los cerdos. Según datos aportados por el Gobierno, entre 2014 y 2019 Cuba destinó mil millones de dólares para la importación de maíz seco para el consumo animal.

Cada año el régimen adquiere en el exterior entre 800 mil y un millón de toneladas del grano, una cifra que se pretende disminuir con el híbrido transgénico.

Campesinos cubanos de la zona de Jarahueca, en el municipio espirituano de Yaguajay, fueron los primeros beneficiados de la tecnología desarrollada por el CIGB.

En Sancti Spíritus, Matanzas y Ciego de Ávila se plantaron más de 500 hectáreas en la campaña de primavera de 2020, año en el que se prevé sembrar unas 8 000 hectáreas de este maíz.

Acerca de los riesgos de estas prácticas en el país, la experta del CIGB recalcó que han podido demostrar la seguridad alimentaria de este maíz.

Según Pilar Téllez, jefa del proyecto de investigación, Cuba ha podido demostrar la seguridad alimentaria de este tipo de cultivo.

“Se hicieron pruebas toxicológicas en el Centro Nacional de Toxicología, en su aspecto genético e incluso para la parte ambiental, que demostraron la inocuidad de estos transgénicos”, dijo.

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