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Documental: La dura historia del pelotero cubano Pedro José "Cheíto" Rodríguez

Cheíto fue separado en 1985 del equipo Cuba durante más tres años, tras descubrírsele 81 dólares en su equipaje.

Pedro José "Cheíto" Rodríguez © Emilio Cachan/ Facebook
Pedro José "Cheíto" Rodríguez Foto © Emilio Cachan/ Facebook

Este artículo es de hace 3 años

Tras la muerte este sábado del legendario pelotero cubano Pedro José "Cheíto" Rodríguez, en su natal Cienfuegos, no han faltado las expresiones espontáneas de homenaje a quien fuera uno de los mejores jonroneros de la historia del béisbol nacional.

También las autoridades del INDER ofrecieron sus condolencias a familiares y amigos, un gesto que para muchos pretende borrar la terrible injusticia que las autoridades cubanas cometieron con el jugador cuando estaba en la cumbre de su carrera.

"El Cheíto de que ahora hablan en la televisión no debe ser el mismo que yo conocí. O sea, a este parece que nunca le arruinaron la carrera por unos dólares de mierda. Al que yo admiraba, sí", afirmó en su muro de Facebook el periodista de CiberCuba Michel Contreras, quien lo entrevistó en 2017.

Cheíto, fallecido a los 64 años por una insuficiencia renal, fue separado en 1985 de la selección nacional durante más tres años, al ser acusado de tenencia ilegal de divisas. Su crimen: tener 81 dólares que le había regalado un jugador venezolano.

Su historia fue contada en el documental Los que faltaron (2008), del realizador cubano Erik Mendilahaxon, que da detalles de la triste historia del recién fallecido pelotero, y que está disponible íntegramente en la cuenta de YouTube del usuario 'Fernando Rodríguez Alvarez Béisbol y otros deportes'.

Según narró el propio Cheíto en el material, aquel dinero fue un regalo que le hizo un jugador venezolano.

"Por tener yo los dólares en mi poder fue la sanción, no me preguntaron de dónde salió, ni quién me los había dado, ni nada. Simplemente ese fue el motivo", explicó.

"Fue un golpe duro, no pensé que pudiera ocurrir eso, porque no fue una cosa premeditada ni nada por el estilo. Fue un regalo y nunca pensé que pudiera tener esas consecuencias", recordó.

"Bueno, como se dijo, fue una indisciplina. Está bien, me sancionaron, pero coño, ahí está el quid de la cosa, que la sanción creo que fue muy severa: tres años sin jugar. La infracción no era para nada de eso, ni para suspenderme un año, con una conversación se pudiera hacer resuelto eso. Yo fui un atleta que llevaba ya 12 años en el equipo nacional, era para que tuvieran un poquito más de consideración los dirigentes que estaban en ese momento en el béisbol. Me sancionaron y bien sancionado", cuestionó.

Con evidente dolor, Cheíto recordó que el INDER en la provincia no le dio ninguna ayuda, por el contrario, no querían dejarlo jugar ni siquiera en los eventos de los trabajadores que se realizaban a nivel territorial, lo cual le trajo consecuencias económicas a su familia. Prácticamente no lo dejaban acercarse al estadio local.

"Parecía que yo había matado a alguien", detalló.

Más de tres años después lo llamaron para que volviera al terreno. Según relató su esposa Milagros Román en el documental, él no quería regresar, solo lo hizo porque ella insistió.

El estelar jonronero retornó al deporte activo en noviembre de 1988 y se retiró en 1991. En ese periodo participó en tres campañas, en las que conectó diez cuadrangulares.

"Tres años perdidos era demasiado, tuve problemas físicos, problemas de la vista, ya dejé de ser Pedro José", lamentó el deportista.

Mucho tiempo después de aquellos sucesos, cuando Cheíto ejercía como entrenador en su provincia, el estelar jonronero reiteró a la televisión nacional lo injustos que habían sido con él.

"Tres largos años fuera del béisbol, creo que se hubieran podido tomar otras medidas, mucho más educativas y no esa tan severa. Al tercer año fue cuando vine a jugar, creo que no fue de tanta envergadura la falta cometida para estar tres años fuera del béisbol", afirmó.

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