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Buscaba una nueva vida tras la muerte de su esposa y de sus padres: La historia de un desaparecido en Surfside

Rosenberg, de 52 años, llevaba apenas un mes viviendo en el condominio cuando ocurrió el derrumbe que lo sepultó junto a su hija y su yerno.

Champlain Towers South © Wikipedia
Champlain Towers South Foto © Wikipedia

Este artículo es de hace 2 años

Harry Rosenberg, uno de los más recientes inquilinos del edificio que colapsó hace una semana, es uno de los desparecidos en la tragedia. Sus amigos y compañeros de la sinagoga Shul of Bal Harbour, no tienen noticias de él, y al dolor provocado por la incertidumbre de su paradero se une el de una triste historia personal que lo trajo a vivir de Nueva York a Miami Beach, en busca de paz.

La de Rosenberg es una de las tantas historias personales de víctimas y sobrevivientes del derrumbe parcial del edificio Champlain Towers South de Miami Beach que empiezan a salir a la luz, revelando la magnitud de una catástrofe que engulló la felicidad, los dramas y los recuerdos de un centenar de familias.

Rosenberg, de 52 años, llevaba apenas un mes viviendo en el condominio cuando ocurrió el derrumbe que lo sepultó junto a su hija y su yerno. Después de meses viviendo de alquiler en pequeños apartamentos, se había decidido a comprar uno en el segundo piso del Champlain Towers South. Era la forma que había encontrado para aliviar los dramáticos incidentes que habían marcado su vida en los últimos tres años.

Viudo reciente, Rosenberg perdió a su esposa el verano pasado luego de tres años batallando contra un tumor cerebral. “Pasó tres años cuidándola… Puso su vida en suspenso”, dijo Maurice Wachsmann, amigo de Rosenberg durante más de tres años.

Al dolor por la pérdida de su esposa, Rosenberg añadió el que le provocó, meses después, la pérdida de sus padres por coronavirus. Según Bloomberg.com, su padre murió de COVID-19 en enero y, semanas después, su madre murió por el mismo motivo. "Fue extremadamente difícil", expresó Wachsmann. "Hizo todo por sus padres. La familia primero, antes que todo".

Llevando la carga de tanto dolor acumulado en un año infausto, Rosenberg decidió cambiar de aires y bajarse a Miami para rehacer su vida. Un amigo de la sinagoga recordó que recientemente le había dicho que su nuevo condominio frente a la playa en Florida le ofrecía el cambio de escenario que estaba buscando.

El apartamento en Surfside iba a ser el sitio para las reuniones familiares, para las visitas de su hija y su yerno, y otros miembros de la familia. Precisamente su hija y su yerno habían llegado desde Nueva Jersey a visitarlo y estaban con él en el apartamento cuando el edificio se vino abajo. Por el momento, permanecen desaparecidos.

“Vino a Florida para respirar un poco”, dijo el rabino Sholom D. Lipskar, fundador de la sinagoga a la que se unió Rosenberg. “Me dijo: 'Es el próximo capítulo de mi vida'. Pasó por el infierno. Sus padres fallecieron. Su esposa falleció”, dijo por su parte Steve Eisenber, quien asiste a la sinagoga Shul of Bal Harbour y recuerda haber hablado con Rosenberg allí la semana pasada.

Malky Weisz, de 27 años y su esposo Benny Weisz, de 32, hija y yerno de Rosenberg estaban con él la noche del miércoles poco antes del derrumbe del edificio. Rosenberg, descrito como un hombre de familia y judío practicante, había viajado a Nueva York la semana anterior a la tragedia para la ceremonia de nombramiento de su segundo nieto y se apresuró a regresar a Miami para prepararse para la visita de su hija y su yerno.

En el corto tiempo que pasó en Florida, la gente de la comunidad ya lo conocía, según reseña el diario Bloomberg.com. Ahora, los compañeros de la sinagoga y su familia esperan con ansiedad noticias de la escena. En la pila de escombros, familiares y amigos han visto desde lejos un vestigio de su vida en Surfside: un sofá blanco.

Este miércoles la cifra de fallecidos ascendía a 16, mientras se desconoce el paradero de más de 140 personas. Las historias de vida que ahora empiezan a conocerse sobre todos ellos dan la idea de que los desaparecidos del Champlain Towers South eran un grupo diverso, con personas provenientes de diferentes países, generaciones, culturas y religiones.

Sepultados por los escombros quedaron los miembros de una familia colombiana estaba en Miami para vacunarse contra el coronavirus, un hombre que estaba de visita en Florida para asistir al funeral de un viejo amigo que murió tras infectarse en la pandemia, o una mujer que también decidió buscar un nuevo comienzo en Florida tras enfermarse y recuperarse del COVID-19.

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