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Un parque de Santa Clara cerrado por la policía desde las protestas del 11J

"He amanecido escuchando viejas canciones de barricada desde un altoparlante situado detrás de las cintas amarillas de mi parque, y consignas obsoletas y añejos discursos. Palabras caducas con las que se pretende enfrentar los nuevos problemas del país", dijo el escritor escritor Lorenzo Lunar, vecino del lugar.

Parque del Carmen en Santa Clara © La Piedra Lunar/ Facebook
Parque del Carmen en Santa Clara Foto © La Piedra Lunar/ Facebook

Este artículo es de hace 2 años

El Parque del Carmen, en Santa Clara, lleva cerrado al público desde las multitudinarias protestas contra el gobierno que ocurrieron el pasado 11 de julio.

El reconocido escritor Lorenzo Lunar, residente del lugar, compartió en sus redes sociales una foto del lugar, delimitado con cintas amarillas de la policía. De acuerdo con su relato, además de las cintas siempre hay dos o tres oficiales en función de vigilancia que incluso de la han pedido la identificación a él y a otros vecinos.

"Así hemos vivido en estos días, nadie se acostumbra a ese paisaje. Están ahí recordándonos que hay un grupo que piensa diferente al gobierno y que quiere cambiar cosas", expresó.

Lunar, uno de los más importantes representantes de la novela policial cubana, reveló que alguien lo llamó por teléfono para pedirle que el 5 de agosto fuera a un acto político del gobierno, "para ocupar el espacio que hay que negarle a 'la subversión'". El escritor se negó y explicó sus razones.

"Esta mañana he amanecido escuchando viejas canciones de barricada desde un altoparlante situado detrás de las cintas amarillas de mi parque, y consignas obsoletas y añejos discursos. Palabras caducas con las que se pretende enfrentar los nuevos problemas del país", subrayó.

En opinión del intelectual, esos actos no solucionan la confrontación existente.

"Es necesaria una mesa en la que se siente el gobierno junto a una sociedad civil renovada, más inclusiva y plural. Un diálogo en el que todos los cubanos busquen soluciones, aún cuando corran el riesgo de equivocarse como lo han hecho en más de una ocasión las autoridades del país. Equivocarse puede ser un derecho, no un privilegio del gobierno. Corregir esos errores es responsabilidad de cada uno. Cuba es de todos los cubanos", aseguró.

Desde las manifestaciones antigubernamentales, el gobierno se ha adueñado de los parques y las plazas del país, y ha ubicado en ellos a trabajadores de entidades estatales para que vigilen y eviten posibles protestas.

En Ciego de Ávila, el personal de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado tuvo que sentarse en un parque para estar al tanto de cualquier posible intento de sedición.

En la capital, la periodista Lorena Cantó, corresponsal de la agencia española EFE, divulgó un video tomado en un parque en La Habana Vieja, el cual estaba tomado por empleados estatales o miembros de grupos de respuesta rápida, para contrarrestar una concentración de madres de presos.

"Ni rastro de manifestantes, pero sí muchas personas sentadas en los bancos con actitud expectante", comentó la reportera.

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