La feminista cubana Sandra Álvarez aseguró que los vínculos amorosos entre menores y adultos no deben existir porque es “una relación de poder asimétrica”.
Durante su participación en el programa Las Mañanas de CiberCuba (LMC) dedicado a analizar las denuncias de abuso sexual contra el músico cubano Fernando Bécquer y las líneas rojas de la violencia de género, la activista recordó este tipo de relación mediante lo que muchas mujeres vivieron en las becas en Cuba, “donde era muy común ver a profesores con niñas de 15, 16 y 17 años”.
“Lo que pasa que eso es una relación de poder totalmente asimétrica, porque es un hombre que tiene determinado poder, porque es el profesor que te da la nota, que te da la clase todos los días, tiene un poder sobre ti, y tus padres te dejaron en esa escuela para ser educada y esa persona tiene la responsabilidad y la asumió ante un ministerio, y de pronto esa persona tiene una relación con una menor de edad”, ejemplificó la activista por los derechos de las mujeres.
Igual comentó que cuando era estudiante en la Escuela Vocacional Lenin “era como medio popular la menor que era enredada por un profesor y, sin embargo, no sabíamos que estábamos legitimando esa relación asimétrica, y cuando esa muchacha le dijo que no, ese profesor la suspendió, la llevó a revalorización y nunca más sacó buena nota en esa asignatura”.
“Es lo mismo que pasa cuando un hombre tiene 45 años y una muchacha de 15 ó 16 años. Tienen una posición en la vida completamente diferente”, sostuvo sobre este tema.
Asimismo aseguró que el país donde ahora reside [Alemania] es prácticamente imposible que una menor de 16 años pueda tener una relación con una persona de 40 años.
Afirmó que las personas adultas tienen que tener relaciones con personas adultas, “tiene que ser así por la diferencia de madurez emocional, por las implicaciones que puede tener esa relación sobre un posible embarazo o no", entre otras razones.
Sobre este tema, recién trascendió el fin del matrimonio infantil en la isla, tras la publicación de la versión 23 del anteproyecto del Código de las Familias.
En esta última versión se establece, en su artículo 200, que "la capacidad de las personas para formalizar matrimonio se alcanza a los 18 años de edad", y no permite ninguna excepción.
De esta manera Cuba se convierte en uno de los pocos países de América Latina y el Caribe, junto con Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá, Trinidad y Tobago o Costa Rica, que no aprueba bajo ninguna circunstancia que los menores contraigan matrimonio.
Esta nueva propuesta es el resultado del procesamiento y análisis de más de 500 opiniones recogidas durante consultas especializadas, que tuvieron lugar entre el 29 de septiembre y el 15 octubre en 47 instituciones y organizaciones sociales y academias del país.
Igual esta postura en la isla es un logro del activismo feminista independiente desde que la plataforma Yo Sí Te Creo en Cuba promoviera una campaña desde 2020, bajo el nombre "Fin al matrimonio infantil", la cual compartió constantemente datos reveladores sobre el tema, a nivel nacional, regional y global, y exigió al Estado cubano que aboliera su legalización.
Según esta campaña, en Cuba, en 2019, más de 900 niñas entre 14 y 17 años contrajeron matrimonio, mientras que entre 2010 y 2015, los nacimientos de madres menores de 15 años oscilaron entre 361 a 393.
La UNICEF considera el matrimonio infantil, formal o informal, como una grave violación de los derechos de las niñas, ya que deviene como una forma más generalizada de abuso sexual y explotación de menores.
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