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Exdirector de Alma Mater rompe silencio sobre su despido: “A ti debimos botarte hace mucho tiempo”

Ante su petición de explicaciones, funcionarios de la UJC y la Editora Abril expusieron que “la decisión, aprobada el 20 de abril, era producto de continuos errores en el trabajo editorial de la revista”, dijo el periodista Armando Franco Senén.

Equipo que trabajaba en la revista Alma Mater © Facebook / Armando Franco Senén
Equipo que trabajaba en la revista Alma Mater Foto © Facebook / Armando Franco Senén

Este artículo es de hace 1 año

Armando Franco Senén, exdirector de la revista universitaria cubana Alma Mater destituido de su puesto a finales de abril, reveló arbitrariedades y amenazas, y desmontó los argumentos oficiales sobre su despido.

“A ti debimos botarte hace mucho tiempo, no hay nada más que hablar, te estamos haciendo el favor de liberarte. Puedes hacer lo que quieras, es una decisión nuestra”, contó Franco que fueron las palabras de Nislay Molina, Ideológica del Comité Nacional de la UJC, en la reunión en la que se le comunicó la decisión.

En una extensa publicación de Facebook, el periodista cubano explicó, además de las causas de su destitución, las razones de sus colegas para el abandono masivo de la redacción de la revista, y declaró que se decidió a hablar ahora para quedar bien consigo mismo y con los lectores de Alma Mater (AM).

Contó que el pasado 26 de abril fue citado para una reunión dirigida por la funcionaria de la UJC y Asael Alonso Tirado, director de la Editora Abril, para notificarle su cesantía como director de AM “por decisión de la Comisión de Cuadros de la UJC”.

“Ante mi petición de explicaciones, ambos expusieron que ‘la decisión, aprobada el 20 de abril, era producto de continuos errores en el trabajo editorial de la revista’. Sobre la mesa estuvo todo el tiempo un documento que ambos consultaron indistintamente para listar esos ‘errores’”, relató Franco, quien se reservó detalles de los trabajos periodísticos en cuestión, a los que consideró “probablemente los mejores resultados periodísticos de AM durante mi dirección”.

Para el exdirector, los argumentos de sus superiores carecían de sentido e intento razonar con ellos, pero la funcionaria de la organización política lo interrumpió de forma grosera y amenazante mientras que el director de la Editora ratificaba el fallo de la funcionaria, recordándole advertencias que le hiciera y “con notable intención de librar responsabilidades”, observó.

De acuerdo con su testimonio, “la funcionaria de la UJC informó la decisión tomada al Consejo de Dirección y desestimó los argumentos de algunos de los presentes en contra de la medida porque, una vez más, ‘se trata de una decisión tomada, solo vinimos a informar’”, dijo citando a la dirigente.

La decisión de “arriba” causó malestar en el equipo de la revista que, a excepción de dos personas, renunciaron a sus puestos de trabajo.

“La negativa a conversar con el equipo, la inconformidad con la ‘liberación’ y la falta de explicaciones para esta, provocaron que algunos miembros de la revista solicitaran su baja. No existieron presiones ni condicionamientos. En cada caso, fue una decisión personal. Un periodista y la secretaria de la redacción decidieron mantenerse. El resto, todos jóvenes, buscan hoy otros destinos laborales”, aclaró.

También cuestionó a las organizaciones partidistas y estudiantiles por su pobre utilidad ante lo que a todas luces ha sido una decisión arbitraria, y su falta de representatividad para con su membresía.

En cuanto a la postura de la UJC, Franco desmintió las declaraciones iniciales de la primera secretaria de la organización comunista, Aylin Álvarez; a saber: que la cesación de Franco como director de Alma Mater se trataba de un proceso natural de renovación de cuadros, que no obedecía a una expulsión y que pudieran existir errores que catalizaron su democión.

“De los argumentos expuestos en dicho post, lo único exacto es lo referido a que los cargos directivos de los medios de la Editora Abril son competencia del Comité Nacional de la UJC y de su Comisión de Cuadros. El resto de las aclaraciones no son ciertas ni coincidentes con lo sucedido en mi caso”, refutó el joven.

El periodista desmontó los argumentos de que la decisión de su salida de la revista era parte de “un proceso natural de renovación”. Primero porque, asegura, solo le quedaban cinco meses en el puesto, en tanto su sustitución debía ocurrir en noviembre.

Advirtió que hizo entrega de 25 canales de difusión de contenidos de la revista al subdirector de la Editora Abril, Yunyer Feliciano, y libró de culpas a su equipo por las ausencias informativas. “Tras la nota de mi liberación, lo publicado y sobre todo, lo no publicado ante las emergencias informativas de los últimos días, no son responsabilidad del anterior equipo”, aclaró.

No obstante, y gestiones mediante que involucraron a la propia Aylin Álvarez y a Rogelio Polanco, jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del PCC, acordaron una reunión con quienes habían informado al joven de su despido. Finalmente, la reunión se realizó pero sin la presencia de quienes aportaron elementos en contra de su gestión como director. Asimismo, la UJC dijo que se cometieron "acciones inadecuadas" con el joven, aunque las declaraciones vinieron tras el descontento generalizado por la decisión.

El sinsabor por la falta de elementos para decidir sobre su prestigio y situación laboral, viene atizado por el silencio de la jefatura de la FEU, organización a quien AM dedicara el peso de su contenido, en especial, sobre temas de la vida estudiantil, y porque precisamente fueron sus miembros, los jóvenes estudiantes universitarios, una voz clave en el descontento con la salida de Franco de la dirección de la revista.

A lo anterior se suma la intención del PCC por hacerle creer que su salida de AM se debía a una promoción profesional y no a un despido, como si la funcionaria de la UJC no hubiera revelado que hace tiempo querían deshacerse de él, y que las publicaciones de Alma Mater molestaban a algunos con poder.

De momento, muchos de los periodistas del equipo de Franco están desempleados, mientras el otrora director ha captado que el periodismo que él quiere hacer no tiene cabida en la Cuba regida por los funcionarios que lo apartaron de la institucionalidad cubana y los que hoy evaden asumir sus responsabilidades.

AM no fue mejor ni peor durante estos casi tres años. No pretendió serlo. Intentamos hacer periodismo y respetamos el criterio que tenga cada lector de nuestro trabajo. Nos gustaría que las próximas etapas de AM sean mucho mejores que la lograda por nuestro equipo”, dijo y lamentó el estado actual de la revista.

“Intentamos entender cómo y por qué llegamos a este punto; cuáles son los siguientes pasos para cada uno de nosotros. De hecho, parte de nuestro equipo colaboró voluntariamente en la cobertura de algunos medios al fatídico suceso del Hotel Saratoga.

“En los próximos días, semanas, meses, cada uno escogerá su camino dentro o fuera del periodismo cubano. Yo solo aspiro a volver a creer, a encontrar razones para seguir intentando”, sentenció.

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