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Dos jóvenes manifestantes del 11J cruzan el río Bravo

“Somos de Santiago de Cuba. Los cubanos estamos pagando pasajes a 4,000 y 5,000 dólares. En Cuba no hay libertad de expresión, violan nuestros derechos humanos. Desde el 11 de julio, que la juventud se tiró para la calle hay miles de jóvenes cubanos presos”, refirió uno de ellos.

Los jóvenes cubanos manifestantes del 11J cruzan el río Bravo © Captura de video / Telemundo 51
Los jóvenes cubanos manifestantes del 11J cruzan el río Bravo Foto © Captura de video / Telemundo 51

Este artículo es de hace 1 año

Dos jóvenes cubanos, manifestantes de las históricas protestas del 11J, cruzaron este sábado el río Bravo con la intención de alcanzar territorio estadounidense, una vía para la migración irregular por la que se han aventurado decenas de miles de compatriotas suyos en lo constituye un éxodo masivo que refleja la crisis migratoria que atraviesa Cuba.

“Mientras estaba en vivo, estos dos jóvenes cubanos cruzaron el Río Bravo detrás de mí. Son dos luchadores de las protestas del 11J. Tienen familia en Miami…”, informó el periodista cubano Yusnaby Pérez en sus redes sociales, tras viajar a la frontera a reportar para Telemundo 51 la crítica situación de migración irregular que se vive en la frontera suroeste de Estados Unidos.

Jairo y Javier son los nombres de los dos jóvenes cubanos que participaron en las protestas antigubernamentales acontecidas en Cuba el 11 de julio. Preguntados por los motivos que los llevaron a manifestarse y finalmente abandonar la isla, uno de los jóvenes contestó que huían de Cuba porque “no hay libertad de expresión” y el gobierno ejerce mucha “presión sobre los jóvenes”.

“¿De dónde vienen ustedes?”, le preguntó el periodista. “De Santiago de Cuba, pagando pasajes a 4,000 y 5,000 dólares estamos los cubanos, porque no hay libertad de expresión, violan nuestros derechos humanos. Desde el 11 de julio, que la juventud se tiró para la calle hay miles de jóvenes cubanos presos”, refirió uno de los jóvenes santiagueros.

Minutos antes de ser detenidos por la Patrulla Fronteriza, el periodista pudo conversar con los jóvenes e interesarse por sus emociones y estado de ánimo tras haber conseguido atravesar la corriente del río Bravo.

“Me siento contento después de tanto tiempo de tensión. Saber que voy a llegar al país de la libertad, que voy a poder luchar y trabajar… Estoy… que ahora mismo no me lo creo. Después de todo lo que hemos pasado y la necesidad…”, dijo uno de los jóvenes. “No es fácil todo lo que hemos pasado… Salir de Cuba así… allí hasta nos querían meter preso”, añadió el otro joven visiblemente emocionado.

“La familia está rezando por nosotros hace dos meses”, dijo el primero cuando Pérez le preguntó por sus familiares. “En esta travesía hemos gastado más de 12,000 dólares cada uno. Teníamos un carrito y lo vendimos y con eso hemos tratado de salir adelante”, añadió.

Solidarios con todos los “miles de migrantes que están pasando trabajo”, el joven pidió que las autoridades estadounidenses dejen de aplicar o levanten el Título 42, que autoriza a las llamadas “expulsiones en caliente”. Su petición llega luego de que un juez federal impidiera a la administración Biden levantar el Título 42.

“Quiten el Título 42 para que miles de migrantes que están pasando necesidades, y muchas mujeres que están siendo violadas y maltratadas, puedan cuanto antes tener la posibilidad de pedir asilo en este país”, reclamó el cubano, uno de los 145,000 que han llegado a territorio estadounidense en los últimos 15 meses, según cifras oficiales.

La historia de los dos jóvenes santiagueros que se manifestaron en el histórico estallido del 11J en Cuba se suma a la larga lista de dramas que sufren las familias cubanas cuyos miembros se ven obligados a largarse del país, empujados por la falta de derechos y libertades, de igualdad de oportunidades, o simplemente por la miseria y la desesperanza.

Entre las historias humanas del trágico éxodo que desangra el país, haciendo mella especialmente entre su población más joven, este sábado también trascendió la de Marta, una anciana cubana de 82 años que cruzó el río Bravo con su nieto, de quien tuvo que sujetarse fuertemente para no ser arrastrada por la corriente.

“Tuvimos muchas dificultades, pero al fin llegamos”, dijo la anciana en declaraciones al reportero de Telemundo 51. “Cuando me encontraron yo creí que me iba a morir. Estaba deshidratada y ellos hasta me cargaron y me montaron en su carro. Me dieron agua, me pusieron agua en el cuello y todo para que me sintiera mejor. Me atendieron muy bien”, añadió la abuela migrante, estampa viva de la crisis sistémica de Cuba.

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