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Joven camagüeyano denuncia amenazas y coacciones de la Seguridad del Estado tras participar en protestas del 11J

El universitario grabó y compartió en redes sociales impactantes imágenes de las protestas y terminó citado a mediados de diciembre para una entrevista con la Seguridad del Estado, en la que le amenazaron con una condena de cuatro años de privación de libertad e intentaron reclutarle.

Jesús Javier Basulto Abelarde e imágenes grabadas por él durante la protesta © Captura de video Facebook / La Hora de Cuba
Jesús Javier Basulto Abelarde e imágenes grabadas por él durante la protesta Foto © Captura de video Facebook / La Hora de Cuba

Este artículo es de hace 1 año

Jesús Javier Basulto Abelarde, joven camagüeyano de 23 años, denunció las amenazas y coacciones de la Seguridad del Estado (SE) sobre su persona, tras participar en las históricas protestas del 11J en Cuba.

El universitario, que grabó y compartió en redes sociales impactantes imágenes de las protestas, terminó citado a mediados de diciembre para una entrevista con la SE en la que le amenazaron con una condena de cuatro años de privación de libertad por la difusión de los videos que testimoniaban la violenta acción de los represores.

Además, extendieron las amenazas a sus padres y su hermana, madre de una niña pequeña, de los que le dijeron que podrían perder sus trabajos si no aceptaba colaborar con ellos. Coaccionado por las amenazas de prisión y de seguridad sobre su familia, el joven accedió a colaborar con los represores como informante, una decisión de la que se arrepintió poco después.

Según relató para La Hora de Cuba, Basulto empezó a sentirse mal y tener problemas de conciencia por la decisión tomada bajo presión. Las noches sin dormir y el dilema moral que le embargaba le llevaron a renunciar a colaborar con la SE y a grabar conversaciones sostenidas con agentes que le seguían presionando.

Católico y recién graduado de la Licenciatura en Turismo, el joven de 23 años fue llevado el 17 de diciembre a la unidad de Garrido de la SE. A su casa vino a buscarlo el agente “Cristian”, uno de los principales represores de las protestas en Camagüey y que según testimonios de manifestantes estuvo presente en muchos de los interrogatorios.

Allí lo interrogó un teniente coronel, alto, flaco y con canas, en presencia además del agente Cristian y la agente “Milena”, que se ocupa de los universitarios en la provincia.

El teniente coronel le dijo que le esperaban 4 años de cárcel por sus publicaciones en redes sociales. Los videos de las directas de Basulto del 11J se volvieron virales y dejaron al descubierto la violencia injustificada del régimen. No solo compartió este contenido, sino los pedidos de libertad para los detenidos en días posteriores a la manifestación.

Al final del interrogatorio, el oficial le propuso que colaborase con la SE, cosa que aceptó firmando un documento para librarse de la condena, adoptando el nombre que utilizaba habitualmente en redes sociales.

El primer trabajo que le mandaron a hacer fue redactar una autobiografía. Luego le encargaron recaudar estados de opinión de amigos y familiares, preocupados por la gestación de una nueva revuelta, así como entre la comunidad universitaria.

“En todo este tiempo me estuve preparando internamente a partir del conocimiento de la libertad. Me estuve formando y no estuve en paz con la decisión de acceder a trabajar con la SE”, reconoció el joven a La Hora de Cuba, medio independiente con el que compartió grabaciones de conversaciones con oficiales de la SE.

Además de los represores de la SE, Basulto recibió amenazas del Rector de la Universidad de Camagüey y diputado a la Asamblea Nacional, Santiago Lajes Choy, al que muchos testimonios señalan como cómplice de la SE que permite interrogatorios, amenazas y expulsiones en el centro de altos estudios que dirige.

El relato de Basulto sobre los hechos ocurridos el 11J refuerza la percepción de la sociedad civil cubana que ha visto cómo fue y es sistemáticamente reprimida cada vez que alza la voz o muestra su inconformidad con el régimen cubano.

El 11J, el joven se levantó en la mañana y vio en medios independientes y redes sociales las noticias de las primeras protestas ciudadanas en Cuba. Entonces, cogió su bicicleta y se fue a las inmediaciones del Casino.

Allí se fue fraguando una marcha hasta la estación de policía de Avellaneda que fue cortada por represores uniformados y vestidos de civil. Rodeados de policías, los manifestantes corearon el himno nacional y dijeron consignas. Hubo enfrentamientos verbales con la policía, nunca físicos, afirmó.

Sin embargo, en un momento, los represores empujaron a un anciano que cayó al pavimento (hay registro en video), lo cual desató el enfrentamiento entre civiles y policías. Basulto fue testigo de la violencia de los represores, que golpearon cobardemente a ancianos, mujeres y jóvenes, de lo cual dio testimonio a través de sus redes.

Tras haber sido presa del miedo por las amenazas y coacciones, y movido por su conciencia, Basulto decidió desligarse completamente del intento de reclutamiento de la SE. La Hora de Cuba compartió la grabación en la que comunica a la agente Milena su renuncia a seguir colaborando con ellos. En el audio se le escucha decir a la represora que eso no depende de ella, sino de sus superiores.

Días después, Basulto fue citado el 28 de febrero en dependencias de Inmigración para una entrevista con el agente “Lázaro” y Milena. Un fragmento de grabación que será divulgada próximamente por el medio independiente recoge las palabras de Lázaro comunicando al joven que renunciar al MININT no es un acto voluntario.

“Ya tú perteneces al MININT. Perteneces a nosotros”, se escucha decir al oficial de la policía política cubana.

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