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Escalofriante testimonio de médico de la CIA enviado a Cuba a investigar "Síndrome de La Habana"

"Esto no puede estar pasando. Me senté en el borde de la cama durante un minuto, y las cosas se ponían cada vez peor", recordó el galeno en su primera entrevista pública.

Embajada de Estados Unidos en La Habana © Captura de video / CNN
Embajada de Estados Unidos en La Habana Foto © Captura de video / CNN

Este artículo es de hace 1 año

Un médico de la CIA enviado a Cuba en 2017 para investigar los misteriosos incidentes de salud que afectaban al personal de la Embajada estadounidense, conocidos como “Síndrome de La Habana”, reveló detalles sobre su desafortunada experiencia en un escalofriante testimonio transmitido este domingo por CNN.

Entrevistado para un Informe Especial de la cadena estadounidense, el doctor afirmó que resultó afectado por el mismo conjunto de síntomas debilitantes descritos por el personal al que investigaba. El médico, que no reveló su identidad, fue una de las primeras personas enviadas a La Habana para investigar lo que científicamente se conoce como "incidentes sanitarios anómalos".

Según describió, al principio no le preocupaba demasiado su propia seguridad, pero en su primera noche en Cuba se despertó poco antes de las 5 de la mañana con un fuerte dolor en el oído derecho, náuseas y un terrible dolor de cabeza.

"Esto no puede estar pasando. Me senté en el borde de la cama durante un minuto, y las cosas se ponían cada vez peor", recordó el galeno en su primera entrevista pública. "Estaba realmente incrédulo. Y empecé a pensar, ¿es esto un sueño? No tenía ni idea".

Titulado “Conmoción cerebral inmaculada: la verdad sobre el síndrome de La Habana”, el especial de CNN reveló el tratamiento dado al misterioso asunto por la comunidad de inteligencia estadounidense, y las discrepancias entre distintas administraciones a la hora de investigar los incidentes y compensar a los damnificados.

Según relató, el médico se metió en el baño y se sentó con los auriculares puestos durante 45 minutos, ya que en un primer momento se sospechaba que podría tratarse de algún tipo de ataque sónico. Sin embargo, los síntomas no disminuyeron y su equilibrio, orientación capacidad de concentración y coordinación de movimientos fueron menguando a lo largo de su estancia, hasta el día de hoy, que todavía sufre de mareos, náuseas y otras sintomatologías.

“Me encontraba en un estado de niebla: náuseas, desorientación y dificultades para realizar tareas básicas como contar dinero o mostrar la tarjeta de identificación al personal de seguridad”, dijo este domingo en la televisión. "Ciertamente aprendí sobre la condición más de lo que quería aprender", le confesó al presentador.

Mientras un grupo de la comunidad de inteligencia estadounidense considera que los episodios que han afectado a docenas de funcionarios estadounidenses en todo el mundo podrían haber sido causados por "energía electromagnética pulsada" emitida por una fuente externa, otro pone en duda que Rusia o terceros países estén detrás de estos incidentes.

En resumen, tras años de investigación, la comunidad de inteligencia no está más cerca de determinar quién o qué está causando estas lesiones, o incluso si todas las aproximadamente dos docenas de casos sin resolver son causadas por el mismo actor o mecanismo.

Según CNN, las víctimas han elogiado ampliamente la gestión del director de la CIA, William Burns, y la administración Biden ha tenido cuidado de evitar cualquier insinuación de que no está tomando en serio a las víctimas. El Congreso aprobó en 2021 una ley que obliga a indemnizar a las víctimas, y algunos de esos pagos ya se hicieron efectivos, dijo a la cadena una fuente familiarizada con el asunto.

Burns, que se mostró incrédulo al inicio de las investigaciones, aseguró en febrero que ya no se puede dudar de los estadounidenses que han denunciado ser víctimas del síndrome. "Sus historias son poderosas, convincentes y, a veces, desgarradoras", señaló.

Más de cinco años después, el médico que viajó a La Habana sigue sufriendo síntomas debilitantes. Todavía tiene problemas de equilibrio y visión que le han hecho casi imposible operar con normalidad.

Además, tiene problemas para leer, salir de excursión o trotar, ya que le provoca náuseas, y le resulta imposible estar entre una multitud en un museo: girar la cabeza a izquierda y derecha para mirar el arte y evitar chocar con otros clientes le provoca mareos y náuseas.

Al igual que la comunidad de inteligencia, el especialista se mantiene en la incertidumbre sobre quién o qué está detrás del extraño fenómeno que investigó cuando viajó a Cuba en la primavera de 2017.

"No hemos identificado ninguna causalidad externa en los incidentes anómalos de salud", declaró recientemente el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, indicando que no hay pruebas para atribuir "síndrome de La Habana" a un actor externo.

Una semana después de estas declaraciones, la Embajada de Estados Unidos en La Habana anunciaba la reanudación de todos los servicios de visado de inmigrante y un aumento del personal en la sede diplomática para 2023.

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