El luchador profesional japonés Antonio Inoki, que en junio de 1976 enfrentó en inusual combate al mítico púgil Muhammad Ali, ha fallecido a los 79 años a causa de una insuficiencia cardíaca.
Leyenda de la lucha libre nipona, fundador de la empresa New Japan Pro-Wrestling y miembro del Salón de la Fama de la WWE, Inoki también incursionó en la política, fundó el partido "Deportes y Paz", conquistó un escaño en la cámara alta japonesa en 1989 y en 1990 viajó a Irak para tomar parte en la negociación de varios compatriotas secuestrados.
Su combate contra Ali, que concluyó en tablas, se concibió originalmente como una pelea de lucha libre profesional de resultado predeterminado, pero el séquito de Ali -quien unos meses después debería enfrentar por tercera vez a Ken Norton- temió por la integridad física de "The Greatest" y forzó un cambio de reglamento para evitar proyecciones violentas.
La batalla, en verdad, decepcionó a la multitud reunida en el Nippon Budokan, pues Inoki se pasó casi todo el tiempo en la lona conectando patadas bajas, y de esa guisa Ali apenas alcanzó a golpearlo en seis oportunidades a lo largo de los 15 asaltos de la farsa. Pasado el tiempo, el propio Ali comentaría que era imposible "derribar a alguien que siempre está en el suelo".
No obstante, las patadas del "Pelícano" -como lo bautizara Ali debido a su pronunciada mandíbula- hicieron notable daño a su oponente, pues las botas que empleó provocaron numerosos cortes en las piernas. Tanto fue así, que al regresar a Estados Unidos el boxeador nacido en Louisville pasó dos semanas hospitalizado para sanar de la infección en sus extremidades inferiores.
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