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Cubanos valoran 2022 y avizoran el nuevo año (I)

CiberCuba convocó a cubanos de diferentes ámbitos para valorar el año recién concluido y avanzar cómo creen será 2023. Por la abundancia de testimonios, hemos dividido las opiniones en partes.

Mujer por el piso; alegoría cubana © Shannon Rose Riley
Mujer por el piso; alegoría cubana Foto © Shannon Rose Riley

Este artículo es de hace 1 año

Cuba debe vibrar bonito otra vez. Iramis Torres, influencer experta en música popular cubana. Reside en Estados Unidos.

2022 fue un torbellino de desesperación, carencias, represión política y policial, tristezas, inflación económica e incompetencia de un gobierno que tiene a Cuba sumida en un vaivén de corrupción,angustias e incertidumbre.

El cubano amanece soñando con un pan o un medicamento y. en miles de hogares, se duerme sin luz y sin pan...

Para 2023 espero un despertar de la sociedad civil, cuando los cubanos luchen con fuerza por defender sus derechos humanos y rompan con la continuidad de estigmas y lemas obsoletos y -a través de la denuncia social, alcen sus voces con dignidad y sus brazos con amor por la paz y el bienestar de sus familias.

Cuba debe vibrar bonito otra vez.

Cuba estará del lado de la libertad. Jacobo Machover. Profesor universitario, escritor y opositor. Reside en Francia.

El año pasado lo recordaré como el de la guerra desatada por nuestra antigua potencia tutelar, la Unión Soviética (perdón, quise decir Rusia), contra un pueblo libre, el de Ucrania, que logró zafarse de ella en 1991, después del grato paréntesis abierto por Mijaíl Gorbachov, muerto seguramente de tristeza hace pocos meses.

El régimen castrista sigue apoyando al terrorista hijo de Putin en todos los foros internacionales. Y, para colmo, el “presidente” Díaz-Canel fue a Moscú a inaugurar una esperpéntica estatua de Fidel Castro. Esa actitud ominosa del poder castrista es imperdonable. Cuba, un día que espero cercano, estará del lado de los combatientes por la libertad, ya no más del lado de las impresentables tiranías.

Imperdonable también es la represión que no cesa, desde los inicios de la revolución, hasta la actualidad, con las penas demenciales de prisión impuestas a nuestros valerosos artistas del Movimiento San Isidro y a los manifestantes del 11 de julio de 2021.

A pesar de la desgracia, siento una cercanía muy profunda entre la isla y el exilio por nuestros intercambios en las redes. Un exilio que va creciendo en proporciones otrora inimaginables, por la escasez de todo, la miseria generalizada y el caos provocado por la estupidez gubernamental. Nuestro pueblo, desde hace décadas, se ha vuelto un pueblo errante.

Sin embargo, sigo soñando siempre, como los judíos con Jerusalén: “El año próximo en La Habana”.

Apartheid capitalista de la nomenklatura y establishment opositor. María C. Werlau, directora ejecutiva de Archivo Cuba. Reside en Estados Unidos.

2022 fue un año fatídico para el pueblo cubano: incrementó la represión y el costo en vidas del éxodo masivo y en las espeluznantes mazamorras; se exacerbaron la escasez, pobreza, inflación y baja productividad. El país caía a pedazos con escenografía propia de apagones, derrumbes, miseria y suciedad, más el aporte de rayos, fuegos y tormentas que parecían castigos divinos.

El apartheid a favor del capitalismo controlado de la nomenklatura, los extranjeros y los enchufados a la diáspora demostró contrastes cada vez más sórdidos. Sin embargo, el establishment opositor siguió autocastrado y el hartazgo popular se manifestó mayormente en cacerolazos de resonancia controlada. A la casta enguayaberada no le fue nada mal. A pesar de crecientes y aparentes sabotajes, potenció un éxodo migratorio masivo sin precedente —fábrica de moneda dura— y, con su gigantesco aparato de inteligencia, propaganda e influencia, logró consolidar la impunidad internacional y coronar a la dictadura cubana como Estado mendigo y traficante de seres humanos. Consiguió que la Casa Blanca de Biden relajara presiones, aportando recursos, y vio como el castro-chavismo obtuvo importantes triunfos en Colombia y Brasil junto con afianzadas alianzas en México y Bolivia.

2023 se vislumbra con más miseria y sufrimiento para el pueblo. La élite gobernante continuará empecinada en el poder a toda costa y ocupada con su piñata, repartiéndose los negocios disfrazados de MYPMES. Seguirá en contubernio con habilitadores internacionales que intentan darle cariz de “reforma” o “transición” al capitalismo-depredador-estalinista de creciente corte mafioso al estilo Rusia de Putín. Se acelerará la “haitianización” del país en bancarrota y cada día habrá menos para repartir con mayor destrucción. Mermarán aún más los cuantiosos bufetes de los hoteles de cinco estrellas y la “inversión” extranjera sólo existirá en reciclados memorandos de intención.

Internacionalmente, ni los malvados aliados ni la izquierda regional podrán salvar a la fracasada tiranía cubana. No llegará el desenlace a menos que ocurra un imprevisto o que el régimen implosione, víctima de pugnas internas; la muerte de Raúl Castro y/o Ramiro Valdés aumentarían las posibilidades. Pero, el régimen sucumbirá, creo que es inevitable no importa qué modalidades o nombres adopte ¡ojalá ocurra con los más cubanos posibles, con Dios y amor en el corazón!

La revolución está agotada, pero Estados Unidos sigue cercándonos. Alfredo Estévez, ingeniero agrónomo. Reside en Cuba.

El año pasado fue durísimo. La producción agroalimentaria disminuyó y los precios por las nubes, producto de decisiones económicas erróneas. El paradigma de la revolución está agotado y no apreciamos un cambio sustancial, pero Estados Unidos ha seguido cercándonos y saboteando inversiones y negociaciones internacionales; provocando que Cuba tenga que pagar más caros el petróleo, los alimentos y renunciar a la importación de abonos y pesticidas.

2023 será igual o peor que el año pasado porque no se aprecia un plan para avanzar, solo resistir y asi llevamos muchos años. Nunca me iré de Cuba porque tengo más de una razón para agradecer a la revolución, pero no debemos limitarnos a combatir el bloqueo externo, sino también derribar el interno, que nos hace tanto o más daño que el americano. ¿Por qué un cubano no puede ser dueño verdadero de la tierra? Es un cubano que vive aquí, que sufre limitaciones de todo tipo y quiere progresar y que la patria florezca.

Ley de Amnistía y Despenalización del Disenso. Elena Larrinaga de Luis, dirigente opositora. Reside en España.

2022 fue un año extraordinariamente difícil para el pueblo cubano. El distanciamiento familiar al que están sometidas muchas familias, no solo duele, sino que ocasiona estrés crónico y un sufrimiento que no se aborda psicológicamente.

La crisis generalizada, la escalada represiva – avalada por un nuevo código penal más restrictivo - con cientos de presos en las cárceles simplemente por ejercer su derecho a la libertad de expresión - y la emigración masiva por falta de un futuro, debería de instar a las autoridades, a hacer balance y a reflexionar objetiva y honradamente sobre logros y fracasos.

En 2023, espero un nuevo amanecer para Cuba; y por ello, frente a quienes rechazan el perdón, porque consideran que no tiene ningún papel en la política, he liderado una propuesta de Ley de Amnistía y Despenalización del Disenso, porque, además de una virtud personal, el perdón puede ser también una herramienta política para recomponer la esfera pública en la sociedad cubana, rota por la dictadura. No se trata de olvidar, sino de evitar recordar con ánimo de perjuicio.

La inflación afecta a las remesas y puede haber levantamiento interno. Danilo Pompa, empresario. Reside en Argentina.

2022 fue un año muy funesto en Cuba, con la represión, inxilio y éxodo a los máximos niveles; dividiendo, aún más, a la familia cubana, que sufre una economía muy maltrecha; con alta inflación; como ocurre en muchos países, haciendo más complicado el envío de remesas.

2023 será más de lo mismo. Éxodo mayor, más represión, más desilusión y mayor envejecimiento en Cuba; también veremos un empeoramiento de la política estadounidense hacia Cuba, donde crecerán las enfermedades porque la Salud Pública ya no funciona. Eso que el poder llaman continuidad.

Los cubanos seguirán protestando y los dictadores empleando mano dura; aunque no descarto un levantamiento interno, proveniente de un sector del poder; y seguirán las críticas de países democráticos de América Latina, Europa y Estados Unidos.

La Cuba con libertad radical sólo la anhelamos unos pocos de manera real y contundente. Zoé Valdés, escritora. Reside en Francia.

El año 2022 fue un año oscuro para Europa y en general para el mundo, la guerra en Ucrania, después de la pandemia del Partido Comunista de China, han sido dos factores determinantes para empeorar la situación mundial; todo muy bien planificado con los mediocres que dominan el mundo hoy. España va directo al castrocomunismo; ya está en el chavismo, pero puede ir a peor.

En cuanto a Cuba: un caso perdido. La Cuba con libertad radical sólo la anhelamos unos pocos de manera real y contundente sin beneficiarnos por ninguna vía de modo personal. Lo siento mucho por los valientes del 11J del 2021 encarcelados, por los presos políticos, por Yandier García Labrada, del MCL, en celda aislada, al que Amnistía Internacional no ha querido reconocer como preso de conciencia porque es un campesino y no un "artivista" (ni artistas ni activistas), y también me apeno por la poca oposición, de verdad, que queda.

El 2023 apenas comienza con el fallecimiento del último Papa sacramental, Benedicto XVI, fiel al credo de la Iglesia y a Jesucristo, dejándonos con un Papa de la teología de la liberación adicto a todo lo excremental del planeta más terrenal y podrido que pudiéramos imaginar. Se avecina un 2023 muy parecido a los anteriores años desde que la tecnología condenó a la imaginación a las tinieblas. Pero no hay que perder la fe y la esperanza, sólo la justicia divina y la creación podría salvar a los que todavía resisten. Como ven, soy optimista a mi manera, la edad me lo va permitiendo.

Desgobierno cubano como putas precoces y año nuevo será otra entelequia. Pedro M. González Reinoso (Pedry). Intelectual, reside en Cuba.

Soy teatraste, por eso… ¿El año viejo? De nada sirven apologías ni lamentaciones en resumen: el desgobierno cubano ha conseguido un logro irrefutable, por fin se ha desnudado completamente, tras demasiados años travistiéndose en balde (… y paleta). Siempre se le salían en escena los costurones. Y lo sabían.

Por ello, en 2022 han hecho como las putas precoces que perdieron súbitamente el pudor; de un arrebato de contentura se encueraron en masa. Total, si los trapos de ocasión debieron agrandarse continuamente por un esquilmado sastre de palacio que con el guardarropa repleto, pidió “la liberación”. Por supuesto que ni se la dieron: lo trasladaron a rehacer el Conjunto de Danza Voluminosa que Castillo dejó a la bartola con su partida, y la de su entero cuerpo de baile, muerto de inopia. Pero todos callados, ergo bonitos

¿El año nuevo? Otra entelequia. Continuará la misma puesta en escena, hasta donde el auditórium aguante, con el empirismo grosero --y grotesco-- de actores improvisados que se solazan risueños en la creciente apatía ciudadana. Tirar la toalla no es un recurso típico de las tablas, sino de los rings del boxeo. Más como no peligran las “buenas vidas y saludes” de tan analfacebollones contrincantes, quienes se matan por unas migajas de los cada vez más exiguos privilegios de las artes, pues nos tocará esperar a que, como rumiaba la Carilda “el milagro aparezca en [la otra] acera”. Porque penitenciarías y hoteluchos se harán chachá en la emulación socioslistos. ¡Ojalá me equivoque!, mascando, como ando, catibía.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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