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Maels Rodríguez: "No podemos seguir politizando el deporte. En Cuba no acaban de usar otro prisma"

"Hay que abrir las puertas a todos, porque todos somos cubanos, ¿es tan difícil entender esto?", dice en esta entrevista.

Maels Rodríguez © Cortesía del entrevistado
Maels Rodríguez Foto © Cortesía del entrevistado

Este artículo es de hace 1 año

Uno de los lanzadores cubanos que encabezan la lista de los más supersónicos, el único en protagonizar un juego perfecto, que fuera millonario pues hubiese hecho historia en la MLB, es nuestro entrevistado de hoy, Maels Rodríguez.

Conozco al espirituano-villaclareño desde su adolescencia y siempre nos unió el afecto y el cariño. Su mamá Olga Lidia, una preciosa mujer fallecida prematuramente, confiaba en que yo hiciera, algún día, un documental sobre la vida de su niño pues confiaba en su grandeza.

Lamentablemente no pude cumplir su deseo.

Pero aquí estamos para que Maels nos hable algo de su vida, la cual transcurre felizmente en el Southwest de Miami junto a su familia.

Maels Rodríguez junto a su familia / Cortesía CiberCuba

Estoy super feliz, tengo una niña de cinco años, Mía, y un varoncito de cuatro, Maels Junior. Mía es muy fuerte y parece que va a ser atleta; al niño le encanta la pelota, siempre está en la Academia. Mi esposa, Yanislei Rondón, es mi gran compañera. Me comprende, somos felices. Ella integró el equipo nacional de nado sincronizado; o sea, somos deportistas los dos.

Con el mismo rostro sonriente y dulce de siempre, con unas llamativas canas enmarcándolo comenzamos nuestra charla. ¿Qué haces en este momento? Sé de tu academia, de su extensión a México, a República Dominicana…

No sabes la enorme satisfacción que siento con esta entrevista. ¡Me haces recordar tantas cosas!… Bueno, pues sí tengo una academia, la Maels Rodríguez 100 MPH Club, cuya matrícula oscila entre los 130 y 140 niños.

Junto a niños de su academia / Cortesía CiberCuba

Somos seis entrenadores, todos cubanos: Jorge González, de Pinar del Río; Ricardo González, de Placetas; Karel Rojas, también de Villa Clara; el espirituano Víctor Ramos “Vitico” que tú lo conoces; Asiel Horta. ¡Tremendo team! Hemos impartido conferencias en México y Dominicana.

Con Yuly y Vitico / Cortesía CiberCuba

Soy solicitado para preparar lanzadores cubanos, dominicanos, venezolanos. Déjame explicarte que además de niños, admitimos peloteros firmados por organizaciones de la pelota élite como los Tampa Bay, Chicago White Socks, los Arizona Diamondbacks, los Ángeles de Anaheim.

Con Luis Dany Morales / Cortesía CiberCuba

Son pitchers de mucha proyección. Ahora mismo trabajé con Norge Carlos Vera, el hijo del estelarísimo Norge Luis Vera, un gran prospecto de los White Socks. Por aquí han pasado, entre otros, Luis Dany Morales que milita en los Atléticos de Oakland, más de 100 millas; el matancero Sandy Gastón de Tampa, también por encima de las 100 millas, un verdadero fenómeno.

Willy Gastón, quien estuvo con los Azulejos de Toronto; Yadier Álvarez, los Dodgers de Los Ángeles. Yoan López, terminó con los Mets y ahora va para Japón. También uno que entrenó aquí cuando tenía 10 años y es un lanzador de gran proyección, Víctor Mederos, perteneciente a la organización del Anaheim así como Maikel Alfonso y Andy Rodríguez, ambos en Texas.

Con Víctor Mederos / Cortesía CiberCuba

¿Cuándo te fuiste, por qué vía?

Me fui en 2003, vía marítima, en bote. Por supuesto, que tenía sueños de poder pitchear en la Gran Carpa; de hecho, fui firmado por los Arizona Diamondbacks pero seguía con las molestias en mi brazo de lanzar y nunca pude actuar. Permanecí todo el tiempo en el Complejo de Grandes Ligas, tratando de recuperarme.

Salí de Cuba después de establecer mi valía, fui más allá de lo que cualquiera hubiese hecho en seis años y mi quimera era ser grande en la MLB. En aquella pelota cubana había calidad; mucha diría yo, para ya me quedaba chiquita. Yo quería convertirme en un Roger Clemens, seguir la carrera del Duque, Liván, Contreras, Rolando Arrojo, René Arocha.

Salí de Cuba después de establecer mi valía, fui más allá de lo que cualquiera hubiese hecho en seis años y mi quimera era ser grande en la MLB

Además, me fui de Cuba porque quería pensar con mi cabeza, defender mis ideas, escapar de los dogmas. No me gustan que decidan por mí.

No pudiste recuperarte de tu lesión. ¿Cuándo te diste por vencido? No calculo tu frustración.

Mi frustración fue aplastante. Yo reunía todas las condiciones para ser un grande. Mi sueño era representar a Cuba en la Gran Carpa. De hecho, firmé con Arizona, los cuales me recibieron con los brazos abiertos, siempre confiando en mi total recuperación.

Fui sometido a tres operaciones y pasó el tiempo. Ya con 33 años decidí cambiar mi rumbo hacia entrenador. Este país te da muchas oportunidades, no se cierran las puertas. Pasé un curso de fisioterapia y rehabilitación para adentrarme en el funcionamiento del cuerpo humano y poder realizar un entrenamiento acorde a las condiciones físicas del individuo.

Aprendí a confeccionar planes de entrenamiento, busqué en los libros la teoría y aprendí a ponerla en práctica, incorporé la biomecánica. Poco a poco me convertí en un entrenador y así sobrevino la academia y con ella, amplié mis conocimientos.

Gracias a Dios, la Academia ha salido adelante y no hacemos solo pitchers; hay otras áreas pues como te dije somos seis técnicos. Estoy contento, realizado. Si una puerta se cierra otra se abre. Mi frustración se ha convertido en algo positivo porque ayudo a otros a lograr mi sueño: jugar al máximo nivel en la MLB.

¿Consideras que el sobreuso de tu brazo provocó que la lesión fuera irreversible?

Estoy casi seguro de que sí, trabajaba mucho; cada vez me exigía más porque más exigían de mí. No era solamente mi velocidad, mantenida entre 95 y 100 millas, también estaba la inexperiencia de tratar de dar un espectáculo cada vez que subía al box.

En 2002, después de 20 años, los gallos espirituanos pudimos clasificar a un play off; aquella final de siete juegos contra Holguín. Más de 40 entradas lancé yo en la postemporada, un trabajo agotador sin contar más de 200 en la etapa regular.

El no tener en cuenta mi edad, el uso excesivo del brazo… todo eso provocó lo que lamentablemente ocurrió. El “champeonismo” que tanto daño nos ha hecho, me pasó la cuenta. Para mí lo importante era el HOY, costase lo que costase. El mañana y lo que te pudiera pasar, eran otra historia.

No quiero reclamar nada ni hacer sentir mal a nadie, pero a veces nos olvidamos del ser humano, aunque sí quiero aclarar que en varias oportunidades el propio Lourdes, mánager de Sancti Spíritus y los entrenadores trataban de frenar mi ímpetu, trataban de preservarme. Es justo decirlo. Lo que yo era joven y pensé que el mundo era mío.

Todos no reaccionamos igual a una lesión; todas las lesiones no son iguales ¡en fin! En mis seis años disfruté e hice disfrutar. Con eso me quedo.

Con Lourdes Gurriel / Cortesía CiberCuba

¿Dónde diste tus primeros pasos? Recuerdos de tu mamá en aquella hermosa infancia adolescencia.

Yo nací en un pequeño poblado de Villa Clara, Cacique, que pertenecía a Placetas. Entre Cacique y Báez, otro pueblito, cursé mis estudios primarios y competí en municipales y la provincial. Integré la preselección nacional en la categoría 11-12 años pero ¿quién te dice? que en la 13-14 me dejan fuera porque según la comisión de Villa Clara yo no reunía las condiciones.

Ahí decidiste cambiar de provincia.

Claro. Fíjate si hice bien que ya con 15 años hago el equipo al Mundial de Londrina, Brasil, año 1995, que casualmente tú estabas con nosotros y nos hiciste un documental. Allí ganamos con el jonrón de Joan Carlos Pedroso. ¡Inolvidable! Y eso que no tenía condiciones.

A partir de ahí fui a los eventos internacionales a los que asistía el CUBA juvenil hasta que en 1997 debuté en Series Nacionales con Sancti Spíritus que fue la provincia que me acogió y confió en mis potencialidades.

Mi mamá siempre me apoyó, ella gozaba viéndome lanzar. Fue una pena que se me fuera tan pronto.

1997 marca una época preciosa de nuestro béisbol. Tuviste la oportunidad de compartir terreno con grandes como Omar Linares, Pedro Luis Lazo, Norge Luis Vera… Incluso, fuiste el último pitcher que enfrentó Omar.

¡Lindos esos tiempos! La calidad estaba concentrada en la Isla. Prácticamente, todos estaban y se gozaba de una pelota de altos kilates. Para mí jugar con aquellos monstruos fue un verdadero honor. Pienso que muchos hubiesen hecho carrera en Grandes Ligas sin muchas dificultades; si pudiera precisar, el 90% de ellos lo hubiera hecho.

Llegar al equipo nacional y que 6, 7 y hasta 10 lanzadores marcaran 95 millas. Sólo hay que recordar a Norge Luis Vera, José Ariel Contreras, Pedro Luis Lazo, José Ibar, Lázaro Valle, Ormari Romero, Omar Ajete, Faustino Corrales, Omar Luis. Nunca olvidaré ser el último pitcher al que enfrentó Omar Linares en Series Nacionales.

¿Recuerdas qué bateó?

Sí, claro. Fue un fly entre right-center.

¿Crees que ha descendido el béisbol en Cuba?

¡No! Para nada. Cuba sigue siendo una poderosa fuente beisbolera, lo que los intereses de los jugadores, desde las edades más tempranas, no son los de antes y muchos han emigrado y lo siguen haciendo.

Cuba sigue siendo una poderosa fuente beisbolera, lo que los intereses de los jugadores, desde las edades más tempranas, no son los de antes y muchos han emigrado y lo siguen haciendo

La calidad está en la MLB, si no, fíjate quién decidió el campeonato para los Astros: el tunero Yordan Álvarez. Yo vivo orgulloso de todos ellos, de los Gurriel, de Pito Abreu, Arrozarena, Yoan López, Aroldis Chapman… ¡de todos! Ya son muchos distribuidos por la Gran Carpa.

Con Aroldis Chapman / Cortesía CiberCuba

El miércoles 22 de diciembre de 1999 se recoge en la historia de la pelota cubana pues por primera y única vez hasta el momento, un lanzador propinó un juego perfecto. Ese pitcher es nuestro entrevistado de hoy y el victimario fue el equipo Las Tunas en choque desarrollado en el estadio José Antonio Huelga. ¿Qué recuerdas de esa hazaña 23 años después?

Esa noche nunca la olvidaré. El juego perfecto se le anota al serpentinero pero es una labor colectiva y es un verdadero sueño. Mis compañeros jugaron una pelota excepcional; no dieron espacio a un error, todo fue perfecto.

Los tuneros se caracterizaban por batear: Pedroso, Osmani Urrutia, Danel Castro, Civil, Gordo… ¿Para qué? El out 27 fue un rolling, por encima del box que pensé se iba al centerfield pero el torpedero Omar Arrozarena lo impidió poniendo out en primera, que cubría Yunier Mendoza, al emergente Alexander Guillén.

Después, en la parte baja del noveno, el propio Arrozarena dio el hit de oro a un rival que estuvo también a gran altura, Modesto Luis Johnson. Aquello fue inenarrable… ¡En mi estadio, con mi afición! Mis compañeros y yo nos abrazamos y lo más lindo fue la felicitación sincera de los peloteros y el staff de dirección de Las Tunas.

Maels Rodríguez participó en seis Series Nacionales, siempre con el 44 a la espalda y el uniforme de Sancti Spíritus. Su recta de hasta 101 millas y una slider entre los 87 y 92 lo convirtieron en el terror del box: cuando el Cacique lanzaba no había muchas oportunidades.

El 8 de diciembre del 2000 se convierte en el primer lanzador en la historia de las Series Nacionales en lanzar una bola a 100 millas.

Además del juego perfecto, Maels materializó la proeza en la SNB 41, años 2000-2001 de sumar 263 ponches en 178 entradas y un tercio de labor con lo que quebró el entonces añejo récord del zurdo Changa Mederos. De por vida, en 72 aperturas promedió 10 o más ponches y actualmente es el líder en frecuencia de strike outs con 11,1 cada 9 innings de labor.

Por si fuera poco, en la Super Liga del 2002 lanza su segundo partido de 0 hit 0 carrera, único de ese tipo de competencia.

Internacionalmente, Maels ganó el oro en los Panamericanos de Winnipeg 99, cuando cerró con ponche el juego final ante Estados Unidos. Fue subcampeón olímpico de Sydney 2000, donde no permitió carreras en 13 entradas y un tercio, ponchando a 22.

En el juego final frente a Estados Unidos, como relevista, lanzó 4 entradas y dos tercios y ponchó a 7, aunque no pudo impedir el triunfo norteño que contó con un inmenso trabajo de Ben Sheet en la lomita.

En 2002 logra el triunfo por el oro en la Copa Intercontinental de Taipei de China al imponerse en el choque final sobre Corea del Sur, concluyendo con un pcl de 1,42.

¿Qué siente el maravilloso número 44 cuando ve a los cubanos recién llegados, triunfar en la MLB?

Una alegría sin límites, esas nuevas generaciones poniendo el nombre de Cuba bien en alto. Te reitero, los que comentan que el béisbol cubano está en crisis sólo tienen que mirar en las Grandes Ligas, en Japón, en Surcorea, en México, en Taiwán. Además, dentro de la Isla hay mucho talento.

¿Qué opinas de la política de la Federación Cubana de permitir que peloteros que no hayan desertado de delegaciones puedan jugar en el Clásico?

Mira, lo mejor que tiene Estados Unidos es que permite que cada cual tome sus decisiones. Pero, en relación con lo que preguntas, yo no estoy de acuerdo porque si vas a darle la oportunidad a uno tienes que dársela a todos; al final todos somos cubanos, algo que no quieren entender.

No podemos seguir politizando el deporte. En Cuba no acaban de usar otro prisma. Hay muchos cubanos aquí que pueden optar y desean jugar por su patria. Creo que el Duque Hernández puede ser una bandera junto a otros grandes que bien pudieran ofrecer sus conocimientos. ¿Por qué Chapman no puede ser el cerrador de Cuba al Clásico?

¿Te imaginas un equipo CUBA al Clásico con los Gourriel, Pito Abreu, Yasiel Püig, Soler, etc. etc. etc.? Ay Julita, por Dios. Si hay clase en Dominicana, Puerto Rico, Estados Unidos y Japón, los cubanos no nos quedamos detrás.

La juventud cubana que en estos momentos se halla en las organizaciones de la MLB lucharía por el cetro en el Clásico. Seguro estoy. En mi Academia hay seis pitchers con más de 100 millas ¡imagínate! ¿Desde cuándo Cuba no tiene un staff que se acerque a eso? Creo que estos muchachos, junto a los mejores que están en la Serie Nacional, tienen el derecho a vestir la franela cubana ¿o no?

La juventud cubana que en estos momentos se halla en las organizaciones de la MLB lucharía por el cetro en el Clásico. Seguro estoy

Contra, hay que abrir las puertas a todos, porque todos somos cubanos, ¿es tan difícil entender esto?

Esta entrevista me ha hecho recordar al Maels adolescente y valoro mucho su integridad, sus análisis para nada ofensivos; buscando la unidad de los cubanos… ¡Su mamá seguramente estará muy orgullosa!

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos

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