APP GRATIS

Emotiva historia migratoria de una madre cubana y su hijo tras sobrevivir 12 horas encerrados en un camión

La madre cubana y su hijo estuvieron a punto de perder la vida asfixiados en un camión lleno de migrantes.

Madre cubana junto a su hijo de 7 años © Facebook/Adisney Armas
Madre cubana junto a su hijo de 7 años Foto © Facebook/Adisney Armas

La emotiva historia de una madre cubana de 30 años y de su hijo de 9 ha sido compartida por la prensa de Florida como recordatorio de las dificultades que enfrentan los migrantes en la búsqueda de una vida mejor.

La cubana, natural de Camagüey e identificada como Adisney Armas, acaba de recibir una ayuda de parte de la fundación Season of Sharing para instalarse junto a su hijo Julio César en la ciudad de Bradenton, luego de un año marcado por muchas dificultades, pero también por la perseverancia y la resiliencia de la mujer y del menor.

Su historia, relatada por el Sarasota Herald-Tribune, es un testimonio de valentía y esperanza.

Todo comenzó en 2019 cuando su madre y su hermana decidieron que era hora de irse de Cuba. Una vez en Florida, solicitarían asilo y enviarían a buscarla a ella y a Julio César un año después. Al menos esa era la idea. Sin embargo, esos planes se vieron interrumpidos por la llegada de la pandemia en 2020.

Tras mucha espera y un empeoramiento de la situación económica en Cuba, la mujer y su hijo se sumaron a inicios de enero de 2023 -hace justo un año- a los miles de cubanos que tomaron un avión hacia Nicaragua con vistas embarcarse en una ruta migratoria terrestre hasta la frontera sur de Estados Unidos.

Con la promesa de reunirse con su madre y hermana en Florida, emprendieron un peligroso viaje que incluyó vuelos, autobuses, pequeñas embarcaciones y 12 horas encerrados en camión en México.

Adisney, consciente de los riesgos de asfixia, cuenta que en cuanto se subió al vehículo en territorio mexicano se posicionó debajo de un pequeño agujero en el techo para asegurarse de que tanto ella como su hijo tuvieran acceso al poco aire.

A pesar de la angustia, lo consiguieron.

El siguiente paso era atravesar el río. Sin embargo, tras cruzar de forma exitosa el río Bravo hacia territorio estadounidense con su bolso a la espalda y abrazando fuerte a su hijo, todo se derrumbó cuando fueron devueltos a México.

Durante los siguientes cuatro días, Adisney cuenta que ella y su hijo se movieron entre varios campamentos en el lado mexicano de la frontera. En ese momento ya estaba desesperaba, pero apunta que su pequeño se mantuvo fuerte y no se quejó.

Alertada allí sobre el nuevo programa de parole humanitario, iniciado ese mismo mes de enero por la administración Biden, Adisney llenó un formulario en su teléfono y se le permitió regresar a la frontera para una entrevista con funcionarios de inmigración estadounidenses.

Posteriormente, le dieron una fecha de audiencia para febrero de 2025 y le permitieron entrar junto a su hijo.

Tras reencontrase en el Aeropuerto Internacional de Tampa con su madre y su hermana, el resto de 2023 transcurrió con otros desafíos y muchos ajustes vitales.

Vivió inicialmente con su madre y hermana en un pequeño apartamento, donde luchó por adaptarse a su nueva vida, aprender inglés y encontrar trabajo.

Su perseverancia dio sus frutos cuando obtuvo un permiso de trabajo y encontró empleo en Goodwill Manasota.

Julio César se matriculó en la escuela en Bradenton, donde inició su propia batalla por aprender un nuevo idioma y conocer nuevos amigos.

La convivencia con la familia dejó de ser viable cuando el pequeño apartamento se llenó con otros familiares recién llegados Cuba. Llegaron a ser seis adultos y el niño.

A esa realidad se sumó que reconectó con un exnovio, residente ahora en Texas, quien decidió venir a vivir con ella en Florida.

Fuen entonces cuando Adisney recurrió a Natalie Caukwell, directora del programa Jobs Plus Language de Goodwill, en busca de ayuda para encontrar un lugar donde vivir.

A pesar de la crisis de vivienda, con la ayuda de amigos Adisney encontró un apartamento de dos habitaciones en Bradenton que ella y su novio podían permitirse: solo ellos dos y Julio César. Habían ahorrado lo suficiente para el depósito pero no les quedaba nada para el primer mes de alquiler.

Fue entonces cuando la cubana con ayuda de Natalie Caukwell recurrió a Season of Sharing para recibir una ayuda de casi $1,700, para cubrir el alquiler de febrero. Una vez que Adisney se gradúe de sus clases de idiomas, podrá ascender a un puesto superior en su empleo y podrá seguir .

Adisney ya está planificando el futuro. Según las disposiciones de inmigración reservadas para los cubanos que tienen residencia acelerada, ella está en el proceso de completar su documentación para obtener una Green Card.

A largo plazo le gustaría estudiar para ser higienista dental.

A pesar de toda la angustia y los malos momentos de los últimos años, la madre camagüeyana cree que valió la pena.

“Siempre creí que por mi hijo, si hacía sacrificios hoy…vería la recompensa mañana”, concluye satisfecha.

¿Qué opinas?

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

 +1 786 3965 689


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada