Se llama Manuel Ignacio Montero Maso, es de La Habana y está preso en México desde agosto pasado. Su esposa, también cubana, Indiana Corvo, ha explicado a CiberCuba las circunstancias en las que ambos fueron detenidos, torturados y, en el caso de su marido, encarcelado. Los dos estaban en México, a la espera de cruzar a Estados Unidos. "Han acabado con nuestro sueño y con nuestra vida", dijo en una entrevista concedida a este portal.
Cuenta Indiana Corvo que su marido fue arrestado cuando se dirigía hacia una nueva casa que habían alquilado a raíz de la subida de la renta en el sitio en el que estaban viviendo junto a otras personas. Cada uno tenía asignada una habitación. El caso es que uno de los habitantes de la vivienda fue secuestrado y a Manuel Ignacio Montero lo acusan de ser el responsable, pese a que hay un vídeo del rapto en el que se ve perfectamente que ni él ni su mujer aparecen en la grabación.
De camino a la nueva casa de alquiler, la Policía mexicana paró el camión de mudanzas y se llevó preso al cubano Manuel Ignacio Montero. En direccion a la Estación, el cubano iba esposado y durante el trayecto recibió golpes y vejaciones que continuaron durante el interrogatorio. Le llegaron, incluso, a colocar bolsas negras en la cara para someterlo a la asfixia.
Pese a tener tres testigos a su favor, Manuel Ignacio Montero sigue encarcelado en Toluca (Estado de México), el mismo sitio donde fue detenido el cubano Néstor Damián Gámez que lleva más de un año entre rejas y que denuncia que le han fabricado "dos carpetas" (acusaciones falsas) una de abuso sexual a su ex mujer y otra, de extorsión a una de las juezas que lleva su caso.
Una vez detenido Manuel Ignacio Montero, también arrestaron a su mujer, que delante del marido fue manoseada en los pechos y la vagina por los agentes mexicanos. Mientras estos policías abusaban sexualmente de ella, le decían a su esposo, que presenció la agresión, que la iban a violar.
Indiana Corvo fue puesta en libertad al día siguiente y ella regresó más tarde a la comisaría a llevarle comida a su marido. En ese momento, la subieron a un vehículo y la deportaron a Tabasco, a 767 kilómetros de donde estaba su marido, que fue presentado ante el juez, mientras ella estaba siendo expulsada.
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Como defensa, Manuel Ignacio Montero tuvo un abogado de oficio que le recomendó acogerse a su derecho a no declarar. Entre una cosa y la otra, el joven cubano lleva tres meses preso y el caso sigue abierto. El secuestrado no ha aparecido y el inocente sigue en la cárcel.
A la pregunta de si los cubanos están seguros en Toluca, Indiana Corvo no tuvo dudas. "No estamos seguros en ninguna parte de México. Están acabando con nuestras vidas", concluyó.
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