El pasado 28 de diciembre, Oniel Bebeshito no solo marcó un hito en su carrera al llenar el Pitbull Stadium de Miami, sino que también rindió un emotivo homenaje al fallecido reguetonero El Taiger, una figura icónica del género urbano cubano. El tributo se convirtió en uno de los momentos más destacados de la noche, dejando una profunda impresión en los miles de seguidores presentes.
Desde el inicio de su presentación, Bebeshito dejó claro que El Taiger estaría presente en espíritu. Al salir a la tarima, el cantante lució una capa con estampado de tigre, una referencia directa al fallecido reguetonero y un gesto de respeto hacia su legado.
Más tarde, Bebeshito detuvo el espectáculo para pedir un minuto de silencio, en honor a El Taiger. “Lo más fácil sería hacer una bulla, pero vamos a hacer lo siguiente: los cubanos que estamos aquí hoy vamos a mirar hacia arriba y vamos a hacer un minuto de silencio", dijo el cantante, mientras sostenía el muñeco que El Taiger solía llevar consigo.
"Para mí siempre fue un placer compartir las canciones que tuve con José. Todo el cariño que le tuve. Entonces, hermano, donde quiera que estés hoy vas a escuchar esto que te está haciendo Miami", expresó Bebeshito. Mientras hablaba, en las pantallas se proyectaba una imagen de José Manuel Carvajal, el nombre real de El Taiger. Acto seguido, Bebeshito interpretó "El Punto", un tema que más tarde cantó junto a Charly y Johayron, generando ovaciones del público.
Además de estos momentos conmovedores, otro punto alto del tributo fue cuando sonó la icónica canción "El Sano", de El Taiger. Bailarines subieron al escenario y se movieron al ritmo del tema, recordando la energía y el carisma que caracterizaban al reguetonero.
El homenaje de Oniel Bebeshito no solo fue un acto conmovedor, sino también un recordatorio de la unidad dentro del género urbano cubano, donde los artistas honran y celebran el legado de quienes marcaron su camino. La noche del 28 de diciembre será recordada no solo por el éxito de Bebeshito, sino también por la manera en que la música cubana rindió homenaje a uno de sus grandes exponentes, demostrando que el arte trasciende el tiempo y mantiene vivos a quienes dejaron una huella imborrable.
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