Ni los pingüinos se salvan de los aranceles de Trump: Este es el motivo

Desde Australia y Noruega hasta Francia, las reacciones al listado de aranceles de Trump se han movido entre la sorpresa diplomática y el desconcierto logístico.

Donald Trump (i) y Pingüinos (d) © X/The White House - Flickr / Baron Reznik
Donald Trump (i) y Pingüinos (d) Foto © X/The White House - Flickr / Baron Reznik

Vídeos relacionados:

En una maniobra que ha desconcertado a expertos y gobiernos por igual, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha incluido territorios deshabitados, sin actividad económica y habitados exclusivamente por fauna silvestre, en su nueva lista global de aranceles.

Entre los afectados están las remotas Islas Heard y McDonald, bajo soberanía australiana, conocidas por su valor ecológico y por estar pobladas únicamente por pingüinos, focas y aves marinas.


Lo más leído hoy:


La medida de Trump, dada a conocer este miércoles, forma parte de un renovado discurso proteccionista con el que busca reposicionar a Estados Unidos en el comercio internacional.

Pingüinos en la lista negra: las Islas Heard y McDonald, objetivo de aranceles

Una de las decisiones más llamativas es la inclusión de las Islas Heard y McDonald, un remoto archipiélago subantártico bajo soberanía australiana, sin población humana ni actividad económica reconocida.

Estas islas, declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad, son hábitat de miles de pingüinos, focas y aves marinas.

No cuentan con infraestructuras, no realizan exportaciones y sus visitas están estrictamente reguladas por razones ecológicas.

A pesar de ello, el Gobierno de Trump decidió imponer un arancel del 10 % a sus supuestas exportaciones.

“Debido al extremo aislamiento de las islas Heard y McDonald, junto con las persistentes condiciones climáticas y marítimas severas, las actividades humanas en la región han sido, y siguen siendo, limitadas”, afirma el portal oficial del Gobierno australiano sobre estos territorios.

La medida también afecta a otras posesiones exteriores de Australia, como las Islas Cocos (Keeling), la Isla de Navidad y la Isla Norfolk.

Esta última, con poco más de 2,000 habitantes, recibió un arancel del 29 %, una cifra mayor que la aplicada a la propia Australia continental.

Empresarios de territorios afectados como la Isla Norfolk calificaron la decisión de “inexplicable”. Richard Cottle, propietario de una empresa de hormigón, declaró que “fue un simple error”. Otro empresario, dedicado al control de plagas, aseguró que la única importación conocida desde EE.UU. es “cebo para roedores”.

Según la Cámara de Comercio de Norfolk, en 2019 la isla fue el 223.º exportador mundial, con ventas de harina de soja y semillas por valor de 1,7 millones de dólares estadounidenses. Sin embargo, en los últimos años no se ha identificado actividad comercial significativa hacia EE.UU.

"No estoy del todo seguro de que la Isla Norfolk sea un competidor comercial"

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, reaccionó con desconcierto.

“No estoy del todo seguro de que la Isla Norfolk, en este sentido, sea un competidor comercial de la gigantesca economía de Estados Unidos”, dijo ante la prensa australiana.

Y añadió que la medida “ejemplifica que ningún lugar del mundo está exento de esto”.

Según datos oficiales, en 2023 la Isla Norfolk exportó productos por valor de 655,000 dólares a Estados Unidos, incluidos 413.000 en calzado de cuero.

Sin embargo, un portavoz del administrador local declaró a SBS News que no tienen “exportaciones conocidas” al mercado estadounidense.

“El turismo es la principal industria de la Isla Norfolk y el principal motor de la actividad económica. Estamos desconcertados”, afirmó.

Noruega, también afectada: Aranceles a un territorio militar y a Svalbard

Noruega no quedó fuera del impacto de la política arancelaria.

El territorio ártico de Jan Mayen, una isla volcánica deshabitada salvo por personal militar y científico temporal, fue gravado con un arancel del 10 %, al igual que el archipiélago de Svalbard.

En este último, cuya economía actual se centra en el turismo, viven cerca de 3,000 personas.

Noruega continental, por su parte, se enfrenta a un arancel del 15 %. El primer ministro Jonas Gahr Støre calificó la medida de “mala noticia”.

Según datos oficiales, alrededor del 8 % de las exportaciones noruegas tienen como destino Estados Unidos.

Un territorio militar británico también en la lista

El Territorio Británico del Océano Índico, donde se ubica la base militar de Diego García, también fue blanco de aranceles del 10 %.

Este territorio está habitado exclusivamente por unos 3,000 militares británicos y estadounidenses y contratistas. Tampoco se conocen exportaciones desde este enclave.

Contraste geopolítico: Sin aranceles a Rusia, Cuba ni Corea del Norte

Una de las críticas más contundentes a la medida ha sido la ausencia de países con relaciones tensas o sancionadas por Washington. Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Cuba no fueron incluidos en la lista.

“Ya enfrentan sanciones que impiden cualquier comercio significativo”, justificó la Casa Blanca. Sin embargo, en 2024, Estados Unidos importó más bienes de Rusia (3,000 millones de dólares) que de Ucrania (1,200 millones), país al que sí se le impusieron aranceles punitivos del 10 %, según datos del Censo estadounidense.

Esta decisión ha levantado sospechas de un enfoque selectivo y político más que técnico en la política comercial.

“Trump no impone aranceles a Rusia, pero sí a islas de pingüinos”, resumió un medio europeo.

Otros territorios impactados: Tokelau, Gibraltar y Reunión

La lista incluye también a territorios pequeños y no independientes como Tokelau (1,600 habitantes), dependiente de Nueva Zelanda; Gibraltar, territorio británico reclamado por España; y Reunión, departamento francés de ultramar con casi 900,000 habitantes, que recibió un arancel del 37 %.

El caso de Reunión ha sido uno de los más polémicos por el desproporcionado impacto arancelario. Sin una explicación clara, la decisión afecta a una región plenamente integrada en el territorio europeo y con vínculos comerciales formales con Francia y la Unión Europea.

Conclusión: ¿Retórica o real impacto?

Aunque muchas de las decisiones carecen de efecto práctico, el gesto ha sido interpretado como una maniobra simbólica.

Analistas coinciden en que se trata de una forma de fortalecer el discurso nacionalista y proteccionista de Trump sin enfrentarse directamente a potencias económicas con las que EE. UU. mantiene relaciones estratégicas.

Desde Australia y Noruega hasta Francia, las reacciones se han movido entre la sorpresa diplomática y el desconcierto logístico.

Mientras tanto, pingüinos, focas y aves marinas de las Islas Heard y McDonald permanecen ajenos a su nueva condición de actores simbólicos en la guerra comercial más insólita del siglo.

COMENTAR

Archivado en:

Redacción de CiberCuba

Equipo de periodistas comprometidos con informar sobre la actualidad cubana y temas de interés global. En CiberCuba trabajamos para ofrecer noticias veraces y análisis críticos.


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.com

+1 786 3965 689

Este artículo ha sido generado o editado con la ayuda de inteligencia artificial. Ha sido revisado por un periodista antes de su publicación.


Siguiente artículo:

No hay más noticias que mostrar, visitar Portada