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Sancti Spíritus aporta cerca del 30 % del pescado de agua dulce que se captura en Cuba y en 2024, superó las 3,000 toneladas, pero el alimento apenas se ve en la red minorista o en las mesas de sus habitantes, igual que ocurre en el resto del país.
Mientras la población se pregunta por qué no se vende pescado con regularidad, o se esfuma en cuanto llega, las autoridades afirman que sí se distribuye, pero la demanda es tan alta que se agota de inmediato.
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“En otros tiempos, el ciudadano podía comprar en establecimientos estatales huevos, carne de pollo, de cerdo, productos lácteos y otros que ya no los hay, están muy escasos, o a precios que no todas las personas pueden adquirir”, admitió Erich Pérez Márquez, director de la Empresa Pesquera Sancti Spíritus (Pescaspir), citado por el diario oficial Granma.
Sin embargo, el funcionario aseguró que las ofertas de Pescaspir se venden en 15 pescaderías fijas y una móvil y “se acaban rápidamente, porque la gente compra todo lo que sacamos y más. Ahí sobreviene la impresión de que los volúmenes son inferiores”.
Pescaspir procesó en 2024 unas 2,108 toneladas, 450 más que en 2023. La inversión en la industria superó los 10 millones de pesos en los últimos cuatro años.
Según Pérez, esto ha permitido diversificar la producción y “extenderla” con casi 20 derivados como croquetas, hamburguesas, picadillo o embutidos, para llegar a más familias.
Sin embargo, Granma reconoció que una cantidad de esa producción se destina a otras provincias, como parte de un “balance nacional” que busca compensar la alta demanda de alimentos en el país.
La pesca furtiva también reduce la disponibilidad de producto, justificó el diario. Según el reporte, se han realizado operativos y se reforzó la vigilancia en los embalses para frenarla, pero esas capturas, las cuales calificó de robo, práctica ilegal y delito, persiste y encarece el precio del pescado en el mercado informal.
“Aunque al final lo capturado (robado) por pescadores furtivos vaya a parar a alguna olla familiar, no es lo mismo. En primer lugar, esa oculta e ilegal praxis afecta los niveles productivos, de procesamiento y diversificación de la empresa. En segundo lugar: ¿A qué precio «aterriza» el producto en el bolsillo de quien lo compra? ¡Ni hablar!”, cuestionó el artículo, que obvia referirse a la crisis alimentaria en el país, que ha llevado a muchos cubanos a buscar alternativas para satisfacer sus necesidades de alimentos esenciales.
En cambio, sí mencionó que Pescaspir cuenta con una línea de productos exportables, si bien aún no exporta “todo lo que potencialmente es posible”.
¿Privilegio o política fallida?
“Comer pescado en Cuba es un privilegio de pocos, una isla rodeada de mar ¿y para qué? En Guantánamo se come algo gracias a los vendedores de Caimanera, aunque los precios no son tan altos pocas personas lo compran”, refirió Marco, en uno de los comentarios a la publicación.
El problema no es solo el acceso, también hay frustración con el modelo de distribución. ¿Cómo puede una isla no garantizar pescado para su gente?, se preguntaron algunos.
En 2023, el gobierno afirmó que “Cuba es un país que está rodeado de mar, pero las aguas no poseen los niveles de pescado que se necesitan para cubrir la demanda de la población, para satisfacer esta demanda creciente”.
El sector de la pesca en Cuba, al igual que los de la construcción de viviendas, la producción azucarera, la agricultura y otros, incumple sus planes de producción debido a múltiples factores, entre los cuales el gobierno menciona el déficit de recursos, energía, embarcaciones y equipos, y la pesca furtiva, mientras que prioriza las exportaciones y el turismo sobre el consumo interno.
En los comentarios al reporte de Granma también surgieron propuestas como incentivar el cultivo de peces en jaulas ubicadas en ríos o arroyos, usar tanques de agua dulce en zonas rurales, o aplicar prácticas exitosas de países como Brasil o China.
Pescadores espirituanos se quejan de que no se está sembrando suficiente alevín, pero la empresa sostiene que, desde hace dos años, ha superado la meta prevista para 2030 con más de 40 millones de alevines sembrados, lo que permite autoabastecerse, apoyar a otras provincias y aumentar la tasa de supervivencia.
En noviembre de 2022 trascendió que, a pesar de mantenerse colocando alevines, había “menos especies en los acuatorios”, sobre todo en la presa Zaza, y que el sector de la acuicultura en Sancti Spíritus incumplía el plan de captura de pescado en embalses del territorio.
Pescaspir promueve encadenamientos con productores agrícolas para usar residuos en la elaboración de pienso animal. También se estudia una estrategia conjunta entre las dos empresas pesqueras del territorio (dulce y salada) y una mipyme estatal que podría abastecer de forma más coordinada a la red de pescaderías.
Desde el gobierno central, el vicepresidente Salvador Valdés Mesa llamó a buscar variantes para exportar, generar divisas y mejorar las condiciones del sector. Pero en la calle, la gente sigue esperando pescado, más que planes.
“Al parecer tenemos un mar de adorno”, escribió Pedro Antonio. “Podemos recuperar este sector que está tan deprimido y aportar a la soberanía alimentaria y hasta exportar mucho más (…), pero necesitamos romper esquemas, potenciar la ciencia, cambiar la mentalidad, dejar los miedos, las justificaciones”.
Preguntas frecuentes sobre la disponibilidad de pescado en Cuba
¿Por qué es tan difícil encontrar pescado en las mesas de los cubanos?
A pesar de la significativa producción de pescado en Sancti Spíritus, el producto apenas llega a los consumidores debido a la alta demanda y la insuficiente distribución en la red minorista. La producción se agota rápidamente en las pocas pescaderías disponibles, y parte de esta se destina a otras provincias como parte de un balance nacional. Además, la pesca furtiva y la priorización de exportaciones contribuyen a la escasez.
¿Qué medidas se están tomando para mejorar la disponibilidad de pescado en Cuba?
Se han realizado inversiones para diversificar la producción de pescado en derivados como croquetas y hamburguesas con el objetivo de llegar a más familias. En Sancti Spíritus, se promueven encadenamientos productivos con productores agrícolas para mejorar la alimentación de los peces, y se estudia una estrategia conjunta para abastecer mejor las pescaderías.
¿Cómo afecta la política de exportación de productos pesqueros a la población cubana?
La política de exportación de productos pesqueros, como la langosta, limita el acceso de la población cubana a estos alimentos. Aunque genera ingresos esenciales para el país, esta práctica deja a los cubanos sin acceso a productos del mar, generando frustración y descontento. La preferencia por las exportaciones también refleja una estrategia económica que prioriza ingresos sobre el abastecimiento interno.
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