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Como siempre es un placer conversar con la versátil artista cubana Camila Arteche, quien lo mismo protagoniza un podcast, que canta, baila, actúa o conduce un espectáculo.
La bella habanera se halla feliz, complacida con su reciente participación en la puesta en escena de la primera parte de Califas Trilogy, de Roger Q. Mason, toda una odisea teatral que desafía el género, el tiempo y la identidad de California.
En este caso, la Arteche tomó parte en “California Story”, que inaugura la ambiciosa trilogía, con un desempeño actoral que le exigió hablar en perfecto inglés.
CiberCuba se viste de largo al recibir a esta cubana pletórica de ritmo, color y sabor. ¿Cómo te fue en una obra puramente estadounidense?, ¿qué papeles interpretaste (sé que fue más de uno); cómo llegaste a la obra?
A la obra llegué porque el año pasado yo filmé una serie en República Dominicana, que era una producción entre Hollywood y Singapur (serie que aún no ha salido).
La directora de casting, que vive en Los Ángeles, me llamó para hacer el casting para esta obra de teatro y así fui escogida. Así es como llego a “California Story”.
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Entonces, digamos que me mudé para Los Ángeles haciendo una fructífera temporada con 16 shows, cinco días de la semana. Ha sido muy desgastante porque es una obra muy demandante, muy agotadora emocional y físicamente. Pero es una obra hermosa, dirigida por Michael Álvarez y escrita por Roger Mason.
¿Quién la produce, de qué trata la obra?
Es una producción de Outside in Theatre, que es una productora de teatro muy reconocida en Los Ángeles. Es una obra que de alguna manera cuenta la historia o parte de la historia de California, del último gobernador mexicano que tuvo California, que se llamó Pío Pico.
De hecho, hay muchas calles y lugares que todavía llevan el nombre de él.
Es una historia fascinante de exclusión, que habla del sueño americano desde sus inicios. Es una historia de poder, de personas que pertenecen a las minorías; en este caso, toca especialmente a mis personajes.
¿Cuáles fueron esos personajes?
Yo interpreto a María Isadora Pico, hermana de este gobernador y que se casó con un hombre que luego fue muy poderoso en California.
O sea, es una historia real, una obra histórica completamente, pero que al mismo tiempo es futurista porque entrelaza aquella época, 1800, con el 2051, cuando supuestamente viene el Apocalipsis y el mundo es agua completamente.
Entonces, en ese 2051 interpreto a otro personaje que se llama Mujer Mexicana, que es como una extensión de Isadora.
Interesante el tema... ¿y el personaje, qué representó para ti?
Para mí, como mujer, como latina, representa muchísimo haber representado estos personajes. Una, porque cuentan una parte histórica muy importante, no solamente para la cultura mexicana, sino para la cultura latina en general.
Y otra, porque la obra tiene un recorrido muy especial de lo que ha atravesado la mujer a lo largo de los años. Entonces para mí es muy, muy importante, y siento que ha sido un privilegio y un gran honor estar interpretando esto; además, haciéndolo con muchísimo respeto, porque literalmente estoy representando toda una cultura, de la cual he tenido que aprender muchísimo también.
Imagino el esfuerzo que has tenido que hacer, una obra totalmente en inglés.
En efecto. La obra me ha demandado mucho porque he tenido no solamente que hacerla completamente en inglés, sino que muchas partes son en un inglés de época.
A ello añade que en esta obra de Los Ángeles hay coreografía, se baila, muchas performances de danza contemporánea; tuve que aprender a montar patines. ¡En fin!, una obra demandante.
¿Cómo te fue con tus compañeros en Califas Trilogy?
De mis compañeros tengo que contarte que son una cosa increíble. Somos siete actores en escena: Peter Mendoza, quien interpreta a Pío Pico, actor chicano, reconocido en el teatro de aquí; David Santos, quien es muy conocido en muchas series e interpreta a otro hermano, Andrés Pico, que fue muy importante en la historia también.
Sawyer Shine, que es quien representa a mi esposo; otro excelente artista, joven y talentoso. Me ha encantado trabajar con él, es muy simpático.
También intervienen otras tres actrices que son una bestialidad: Morgan Danielle Day, Gracie Cartier y Aphrodite Armstrong. Las llaman las Legendary Children (las niñas legendarias), que vienen a ser como esa voz de la conciencia, como estos personajes que cuentan la historia desde otro punto de vista.
¿Qué es el teatro para ti?
El teatro para mí ha sido mi escuela durante mucho tiempo. Fue lo primero que aprendí, fue lo primero que hice también cuando empecé a actuar, cuando mi mamá me llevó a un grupo de teatro de niños.
Fue lo primero que hice actuando a nivel profesional y fue lo primero que estudié, porque en la escuela lo que te dan es actuación para teatro. Estar cerquita del público y sentirle la energía, eso es muy especial. Es cierto que cada medio tiene lo suyo; para mí todos, todos son fascinantes.
Cuando a mí me preguntan: “¿Cuál es tu favorito?”. Te puedo decir que el cine, pero todos tienen algo muy especial.
¿Quién es Camila Arteche? Tus primeros pasos, ¿tu familia te apoyó siempre?
Mi abuela, mi madre, mi padre, mi familia entera me apoyó desde siempre, Juli, y es muy lindo porque en mi familia, aunque no hay ningún otro actor, sí existe esa vibra que proporciona el arte.
Tengo un primo que es escritor; mi padre era un bailador tremendo, escribía precioso; mi madre es una bailadora que le hubiera encantado ser bailarina profesional.
Esa chispa y esa pasión por el arte en mi casa siempre estuvo. Mi mamá es una amante de la música y de la lectura también, tremenda; entonces eso siempre estuvo en mi casa, pero la que llegó a ser artista profesional he sido yo.
Y debo mucho a mi familia porque siempre me he sentido apoyada, desde el día uno, o sea, desde chiquita mi mamá y mi papá llevándome a mis clases de teatro, a mis clases de danza, a mis clases de inglés, a mis clases de todo.
Pasé por todo, y uno no se daba cuenta en aquel momento, pero ahora miro hacia atrás y me pongo a pensar todo lo que mi mamá tuvo que atravesar y mi papá para llevarme a esas clases, a esos programas de radio…
Yo hacía un programa de radio, en vivo, desde los ocho años. Todos los domingos me tenía que levantar a las seis de la mañana porque el programa empezaba a las ocho y yo tenía que estar a las siete en el Vedado, para ensayar y salir al aire.
Tienes que darte cuenta lo mucho que me tenía que gustar para yo, tan chiquita, aguantar ese “tren”, como decimos los cubanos.
En todo ese proceso de años, mi abuela ha sido un talismán; mi abuela lo es todo para mí. Cuando yo hacía novelas en Cuba, a mí nunca me ha gustado que me lean los guiones, o sea, yo soy muy discreta con eso. Nadie sabe de qué va lo que yo estoy haciendo hasta que aparece, hasta que no sale en televisión o hasta que no van al teatro y lo ven. Nunca hablo de lo que yo estoy haciendo en el momento; sin embargo, mi abuela se escondía de mí y leía los guiones de las novelas.
¡Oye, podían ser 88 guiones de ciento y tantas páginas cada uno!, que ella los leía minuciosamente.
Tanto es así que cuando salían al aire las novelas, mi abuela ya sabía lo que iba a pasar y sabía todo porque ya se había leído el guion escondida de mí.
A mi abuela yo la llevaba a muchas grabaciones que tuve en Cuba. Cuando filmé la película El acompañante, me la llevé par de veces a la grabación.
Cuando yo hacía una novela, al menos una vez en los ocho meses de grabación, mi abuela se iba a pasar todo el día conmigo… ¡y la gente la amaba!
Todos los equipos siempre se portaron hermosos con ella. Cuando filmé “Bailando en Cuba”, mi abuela iba conmigo a cada grabación. Eran cinco o seis horas que yo tenía que estar antes de empezar el programa, y ella las pasaba ahí conmigo, en maquillaje, con la jodedera de los técnicos, sentada en el teatro.
Tienes experiencia en varios medios. Ya me dijiste que el cine era el que más te atraía, pero en los demás, ¿cómo te sientes mejor, por ejemplo, conduciendo un “Bailando en Cuba” o actuando?
Para mí eso no depende del medio, depende de la calidad humana de los equipos de trabajo y de la calidad del producto también, ¿no? Entonces, “Bailando en Cuba” fue una experiencia muy hermosa a nivel de conducción para mí, muy retadora, donde crecí y aprendí mucho; era la primera vez que hacía eso en televisión, pues ya yo llevaba muchos años haciéndolo en cabaret.
Estuve cinco años de mi vida siendo la presentadora de Tropicana, estuve en la Macumba, en el Havana Café, en el Copa Room, en La Maison…, o sea, yo hice mucho cabaret como presentadora y eso fue una gran escuela también.
Yo amo el cine y todas las películas que he hecho, sin distinción de ninguna, todas.
Y la televisión me abrió muchas puertas, me abrió la popularidad en Cuba, o sea, las novelas. Acabadita de graduar hice mi primera novela, o sea, me gradué haciendo mi primera novela; le tengo mucho que agradecer a la televisión también.
La serie de la que te hablé al inicio de esta entrevista, es para televisión, pero no para la televisión lineal; es para la televisión como se usa ahora, digital, con las plataformas y tal.
O sea, “he andado muchos caminos”, pero todos tienen algo, por lo que, te reitero, para mí depende de la calidad de los equipos y de cómo yo me siento a nivel humano, ¿sabes? No del medio en sí.
Hablando de cine, obtuviste entre otros, el premio de la Asociación de Cronistas del espectáculo de Nueva York en la categoría de mejor actriz de reparto en el filme El acompañante, con el personaje de Lisandra. ¿Será un comienzo en el séptimo arte o prefieres el teatro y la televisión?
Ese es un premio que recibí hace mucho. El acompañante fue una de las primeras películas que hice en mi vida, y después han venido muchas otras, gracias a Dios. Sí, a mí el séptimo arte es de los medios que más me apasiona, me gusta muchísimo.
En Miami he hecho muchos cortometrajes también, de gente muy talentosa y que han ganado muchos premios. Incluso he incursionado como productora en cortometrajes en el cine en Miami. Eso ha sido otra faceta muy hermosa que he vivido.
Más allá de actriz o conductora, eres una “mujer orquesta”. Me pregunto: ¿qué le faltaría por hacer a Camila Arteche?
Estados Unidos me ha dado más oportunidades, obviamente, me ha proporcionado más retos, más expansión, porque he tenido que conducirme en otro idioma, actuar con otros acentos, aprender nuevas habilidades, tener más exposición, digamos, en los proyectos y en las cosas que he hecho.
¿Qué me faltaría por hacer? Yo quiero actuar siempre. Esta, gracias a Dios, es una profesión que tú, mientras tengas tu mente bien, ¿sabes?, ¡la podrías hacer toda la vida!
Entonces, yo lo que quiero es seguir trabajando en proyectos que me muevan un montón y que estén alineados a lo que soy y a lo que quiero decir como ser humano también. Eso es lo que no diría que me falta, es lo que quiero seguir haciendo.
¿Cómo anda la Camila Arteche sentimental?
Bueno, yo estoy sentimentalmente muy feliz. Esta última temporada, digamos, de mi vida, me pasé mucho, mucho tiempo para elegir. Por decirlo de alguna manera, porque creo que todas las personas del mundo tenemos la posibilidad de elegir a nuestra pareja, que nadie nos obliga.
Quizás en algunos casos sí, pero no es la mayoría. Entonces, me tardé mucho en elegir una persona. Estaba muy clara de lo que yo quería y de cómo quería que fuera mi vida, especialmente mi vida en pareja.
Y fue así que llegó… ¡la horma para mis zapatos!, creo, hasta ahora, hasta el día de hoy. En el mundo, lo único que no cambia es justamente el cambio, entonces hasta el día de hoy ha sido así.
Lo único que puedo decir es que amigos cercanos fueron promotores de que ese encuentro de almas sucediera. No voy a decir más nada, pero sí: con eso bien, viviendo el presente, sobre todo.
Los dos tenemos modos de pensar en cuanto a la vida muy similares y cuando no, pues la verdad, estamos aprendiendo mucho del otro, que al final también es la idea, y con mucho respeto y con muchísimo amor, que también es la idea.
¿Te gustaría volver a actuar en Cuba?
Si me gustaría actuar en Cuba nuevamente, me gustaría por la gente, porque cada vez que voy a visitar a mi madre y a mi abuela, la gente en la calle, en Cuba, me trata con un amor tan grande y son tan especiales conmigo, a pesar de la cantidad de años que hace que me fui.
¡Y cómo me recuerdan! Sé que eso es gracias a las redes también, tener la posibilidad de que puedan seguir viendo trabajos míos allá.
Me gustaría en ese sentido ir a trabajar a Cuba, por la gente, ¡por mi gente! Me gustaría por eso, ¡no por otra cosa!, pero por la gente ¡sí!
Una última pregunta: ¿te gustaría hacer “Cecilia Valdés”?
¡Sííííííííííí...! Claro que sí.
Me despido de Carmila Arteche, para mí la actriz que mejor podría interpretar el antológico personaje de Cirilo Villaverde. Mírenla y díganme si no es la “Cecilia Valdés” de estos tiempos.
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