Lo que comenzó como un compromiso con la Revolución, terminó para María en miseria y abandono a los 80 años.
Su historia fue documentada por Food Monitor Program, una organización independiente que monitorea y denuncia la (in)seguridad alimentaria en Cuba, y refleja el colapso del sistema de protección social que afecta hoy a miles de ancianos en la isla.
Hija de un obrero azucarero y una campesina, María nació en el centro del país y se formó en una escuelita rural antes de 1959.
A los 15 años, subió a la Sierra Maestra como alfabetizadora, enfrentando no solo la dureza del entorno, sino también el machismo de una época que la miraba con sospecha por andar sola, en pantalones, y entre hombres.
La Revolución prometió que los maestros voluntarios podrían estudiar la carrera que quisieran, pero no lo cumplió, y fue así que María terminó en Magisterio por necesidad, no por vocación.
Durante más de tres décadas, dio clases en primarias, secundarias y escuelas vocacionales, hasta que un cáncer de mama la obligó a jubilarse a finales de los años 80 con una pensión mínima de 130 pesos cubanos.
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El Período Especial la golpeó con fuerza: su hermano, alcohólico y desempleado tras el cierre del central azucarero donde trabajaba, se suicidó con alcohol de madera.
María, ya enferma, comenzó a ganarse unos pesos como acompañante de un vecino ciego con licencia de merolico, vendiendo estropajos y bisutería cerca del hospital oftalmológico Pando Ferrer.
Pero los años, la falta de ingresos y la indiferencia estatal la empujaron más abajo: terminó buscando comida y objetos reciclables en los latones de basura de barrios como El Vedado o Miramar.
Se convirtió en “buza”, y con el tiempo, el olor, el estigma y el hacinamiento del albergue estatal la expulsaron del todo.
Hoy arrastra por La Habana un saco viejo, donde guarda lo que encuentra entre la basura y los cartones que le sirven de cama.
Esta historia, compartida pocos días después de que la exministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó, asegura por televisión que en Cuba no hay mendigos, solo “disfrazados” que no quieren pagar impuestos, pone en evidencia un régimen que ha olvidado a sus hijos.
Con una pensión que apenas alcanza los 1,528 CUP —y que, según el Gobierno, pronto llegará a 3,000—, María no puede alimentarse ni con lo más básico.
Lo que recibe no es ayuda, dice, es un derecho que siempre le negaron. Ya no espera milagros ni cambios, solo le queda resistir, día tras día, como tantos otros que también lo han perdido todo.
La situación de los adultos mayores en Cuba refleja una crisis sistémica que va mucho más allá de casos aislados. Una anciana en Cienfuegos, que sobrevive pescando y durmiendo en un colchón roto frente al mar, reveló que no puede comprar ni pan con la pensión que recibe, lo que la obliga a comer arroz sin sal y esperar por la caridad de algún vecino.
Desde Santiago de Cuba, otra abuela denunció los apagones, la escasez y el abandono estatal que la obligan a recoger leña para cocinar, mientras sus medicamentos escasean y el dinero no le alcanza para el arroz, aunque pase horas en cola.
En sus palabras, “ni cuando Batista pasamos tanta hambre”, dejando en claro el deterioro actual del sistema de asistencia social.
El abandono no distingue trayectoria profesional. Un científico octogenario que trabajó durante décadas en el desarrollo de tecnologías cubanas, hoy vende café por la calle para poder sobrevivir.
A pesar de haber sido creador de productos utilizados en hospitales, nunca recibió una pensión digna.
Juan Bautista, maestro y compositor retirado, también forma parte de esta generación olvidada. Después de enseñar Ciencias Naturales por 40 años y componer música para escuelas, vive ahora rebuscando cartones en los basureros, sin apoyo familiar ni estatal.
Preguntas frecuentes sobre la situación de los jubilados en Cuba
¿Por qué los jubilados en Cuba, como María, viven en condiciones de pobreza extrema?
Los jubilados en Cuba enfrentan una situación de pobreza extrema debido a pensiones insuficientes y al colapso del sistema de protección social. A pesar de haber trabajado durante décadas, muchos reciben pensiones mínimas que no cubren las necesidades básicas. La inflación desbordada y la falta de servicios básicos como electricidad y gas agravan aún más su situación, obligándolos a buscar sustento en la calle o depender de la caridad de vecinos.
¿Cómo afecta la crisis económica actual a la población anciana en Cuba?
La crisis económica en Cuba ha llevado a que muchos ancianos vivan en condiciones de inseguridad alimentaria y falta de recursos básicos. La escasez de alimentos y medicinas, junto con el colapso de los servicios públicos, ha dejado a muchos adultos mayores en situaciones de extrema vulnerabilidad. Sin ingresos suficientes y con un sistema estatal que no proporciona el apoyo necesario, los ancianos se ven obligados a recurrir a métodos de supervivencia extrema.
¿Qué papel juega el gobierno cubano en la situación de los jubilados?
El gobierno cubano ha fallado en proporcionar una red de protección efectiva para los jubilados, dejándolos en una situación de abandono. A pesar de las promesas de protección social, la realidad es que las pensiones no son suficientes para cubrir las necesidades básicas. Las declaraciones oficiales que minimizan el problema no se sostienen ante la evidencia del colapso del sistema de seguridad social y la falta de soluciones estructurales para garantizar una vida digna a los ancianos.
¿Cómo se compara la situación actual en Cuba con el Período Especial de los años 90?
La situación actual en Cuba es considerada por algunos observadores como más grave que el Período Especial de los años 90. Según el observatorio independiente Food Monitor Program, la crisis actual es más intensa y profunda debido al deterioro acumulado de las condiciones de vida, la inflación desbordada, y la falta de reformas reales por parte del gobierno. La inseguridad alimentaria, el colapso de los servicios públicos y la inflación han llevado a un deterioro más extendido de las condiciones básicas de vida en la isla.
¿Qué alternativas tienen los jubilados cubanos para sobrevivir ante la falta de apoyo estatal?
Ante la falta de apoyo estatal, muchos jubilados cubanos recurren a la venta ambulante, la mendicidad o la ayuda de vecinos para sobrevivir. Algunos se ven obligados a buscar comida o materiales reciclables en la basura, mientras que otros intentan trabajar en lo que pueden, a pesar de su avanzada edad y salud deteriorada. La dependencia de la caridad y la solidaridad comunitaria se ha vuelto una realidad diaria para muchos ancianos en Cuba.
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