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Memoria del Exilio: 'Himnovaciones' patrias

A propósito del venidero 20 de octubre, Día de la Cultura Nacional, el cineasta Juan Carlos Cremata propone algunos cambios a la letra del Himno Nacional de Cuba.


Este artículo es de hace 5 años

Ya que estamos puestos a enmendar, con parches, la finca, haciendo reformas a la (des)Constitución de la República, y ensillados sobre ese burro, ¿por qué no realizar cambios, también, en la letra del himno nacional, que es más usado, más inútil* y más antiguo?

* Sólo sirve para ponernos serios y circunspectos o saber que ganamos medalla de oro en lides internacionales.

Así se hace un paquete - de dos por uno - con esos asuntos vernáculos.

Qué, incluso, si se incluyeran pequeñas modificaciones al escudo, algún que otro retoque a la bandera - para que sea más inclusiva, en una diversidad de colores, que se lleva mucho, ahora, por las grandes pasarelas - se distribuyeran posturas de tocororos, por núcleo familiar y se decretara que la mariposa animal, no está más autorizada a volar - a no ser que cambie, debidamente, su nombre, en el carnet de identidad, para que así no compita con el de la flor nacional - se armaría una criollísima, “revolucionaria”, clásica y eficaz, oferta de: cinco por uno. *

* Al igual que aquel trueque entre los cinco y Alan Gross. **

** Suena a nombre de combo musical de los setenta.

Pero enfoquémonos, por ahora, en el himno.

Vayamos primero a su letra. *

* Porque es lo primero y con sangre entra.

La inicial estrofa reza: “Al combate corred bayameses…”

Empezamos mal.

¿Por qué sólo los bayameses?

¿Qué bolá con los demás?

¿Dónde está el resto de la población del país?

¿En Varadero?

¿Quién atiende a esas gente por la Juventud?

Aquí tenemos que echar todos parejo. Esto es socialismo a pulso, aunque no le interese a la mayoría.

El que no pueda - por equis o por ye - participar en la contienda, deberá presentar una carta de rebaja de servicio, junto a otra de sus padres, más una constancia, con firma y cuño, de su comité de defensa.

¿Qué hacemos, además, con aquellos que no pueden, ni siquiera, caminar? Nuestra sociedad está muy avejentada.

Todo eso se ha tomado en cuenta, por lo que lo correcto será, entonces, que diga.

Ciudadanos de todo el país, organizadamente, diríjanse hacia la zona de conflicto, por sus propios medios, uno detrás del otro, organizadamente, ayudando a los viejos y limitados físicos y motores, sin hacer tumultos y respetando el orden de llegada.

Pero - como, todo eso, nos ha parecido, un poco extenso - hemos decidido - por una nimiedad - condensarlo en la enérgica expresión:

¡Cómete tol mundo! *

* De la cual puede desencadenarse una breve conga, de inicio, que rescate y resalte - al mismo tiempo - nuestra autóctona sonoridad patrimonial.

Continuamos.

“que la Patria os contempla orgullosa.”

Contemplar es ya muy poco para la acción rápida que precisa todo revolucionario empedernido. Lo adecuado y sugerido es que se enfrente a todo ataque o desviación ideológica que obstaculice el comprometido futuro de todo nuestro pueblo.

Por otra parte, eso de orgullosa suena - un tanto - a rezago del pasado. ¿Por qué no voluntariosa, aguerrida o militante?

Además - ya está claro - que la Patria no puede estar por encima del Partido.

Proponemos, por lo tanto, lo siguiente:

“que el Partido vigila militante.”

Lo anterior, ya fue aprobado por todos los dirigentes, que determinan, deciden y sólo viajan para observar los desastres en las zonas afectadas, por lo que seguimos, combativos y adelante.

“No temáis una muerte gloriosa”

En esta parte, se ha querido modificar, de entrada, el término en el presente subjuntivo del verbo temer, de la segunda persona del plural, empleado en un castellano antiguo, ya pasado de moda, medio arcaico, que casi no se usa y que confunde mucho a la juventud, especialmente, a los niños, a la hora de aprendérsela.

De igual modo, la sola mención del temor no viene ya al caso, en un pueblo mega heroico, que ha conquistado tantas y tantas victorias, a lo largo de estos, largos, muy largos, larguísimos, años, victoriosos, internacionalistas y victorianos, llenos de sacrificio, defensa y gloria.

Y que sigue, a pesar de todo el esfuerzo, quejándose de pasar hambre.

Es así, que, persiguiendo una sonoridad más moderna, combativa - pero, sobre todo nutritiva - proponemos, en ese fragmento, una síntesis, usando el alarido de

“¡Jámate lo que veas por delante!”

Entremos, entonces, en la frase más problemática de la cantata-cabalgata breve*

* Lo cual la convierte - con su continuada repetición - en una cotidiana cantaleta, ¿no?

“que morir por la patria es vivir.”

A ver, Perucho, el problema es que, en los últimos, más de cincuenta, años, hemos tenido continuas estampidas del país, que nos han convertido en una de las poblaciones más nómadas y migratorias del planeta. Por lo que nuestra densidad demográfica se ha dispersado bastante.

¿Tú me entiendes?

Por otro lado, el índice de personas en edad de producir y echar para alante esto, ha ido decreciendo acelerada y considerablemente.

¿Tú me entiendes?

Si el himno sigue alentando a todo el mundo, - de la manera en que lo hace - a que se mueran, ¿quién va a vivir, entonces, para cantarlo después?

¿Tú me entiendes?

¿Nadie?

¿Tú me entiendes?

¿Y quién va a seguírselo enseñando a las nuevas generaciones?

¿Tú me entiendes?

Proponemos, entonces, otras variantes sobre la emblemática oración, como, por ejemplo:

“que partir de la patria es vivir” *

* Lo cual nos vincula a la amplia comunidad de compatriotas que hemos logrado distribuir por todo el orbe y las remesas famliares o recargas telefónicas, pueden seguir llegando sin quejas.

O “que vivir en la patria es morir” *

* Al menos desde 1959 no puede afirmarse lo contrario.

O simplemente - y muy a tono con los ritmos más actuales, que atiborran nuestros míseros tímpanos en la actualidad circundante- repetir en un estribillo de manera seguida y constante: “que vivir, es vivir, es vivir, es vivir, es vivir y es vivir”. Y así sucesivamente*

* Se puede pedir un buen batir de palmas en esta parte, más la participación coral del público, de unas mulatas - o niños - que suban a lucir y menear el culo en escena.

Luego puede atacar el sonido de un disco rayado - de esos que saben abusar los DJ´s - y entrar el featuring de uno, o varios, artistas importantes nacionales. Preferiblemente, que vivan en el extranjero. *

* Qué, con el cobro de los derechos de la presente versión, tendrán el futuro, por entero, garantizado, para el resto de sus descendientes.

Más adelante, entra la frase “en cadenas vivir es vivir” *

* Hay quienes pronuncian “en Cárdenas vivir no es vivir”, lo cual diluicida, fehacientemente, la emigración cuasi masiva, persistente, reciente y creciente, de ese municipio matancero, donde por primera vez, se alzó la enseña nacional. (¿…?¡gulp! ¿El nacionalismo se nos derrama en balsas o en bolsas plásticas de las shoppings?)

Hablando de trapicheo, mercadeo y especulación - algo que parece darse muy comúnmente en nuestro vergel doméstico - ya este segmento transita mejores caminos para su consolidación.

Porque podemos contar con la colaboración, de algunas joyerías solidarias, del municipio cabecera de Hialeah - la ciudad que es pro-grasa, progresa y que amenaza convertirse, muy pronto, en “la capital de todos los cubanos” -, que aportarán la parte más metálica de la oración, en concepto de relumbrantes pendientes, dentaduras del oro más afocante, llaveros espectaculares, “en talla, ni ná, ni ná, collares bien chillones y rutilantes, anillos - tan cheos, como radiantes -, aretes requete resplandecientes, gangarria a granel y lo más brillante del blinblín dorado internacional. *

* ¡Mucha, mucha brilladera, como caracteriza a nuestro folclore y cultura!¡Mucho oropel, aunque sea en lentejuelas! La nación relumbrante, aunque se ahorre, bastante, en kilométricos cortes de energía eléctrica.

Quizás, tengamos que hacer un aparte - en esta parte cantada - y conceder, unos quince minutos, a la publicidad de varios patrocinadores*

* Esto es muy importante para la difusión y profusión de la pieza y el poderla posicionar en el hit parade, colocarla en los Lucas y, ¿quién sabe?, si en los Emmy de los próximos años, pues se ha planteado encargar disimiles versiones a artistas de talla universal, solidarios con nuestro gobierno, tales como Beyoncé, Rihanna, Olga Tañón, Robert de Niro, Oliver Stone, los Rolling Stone, Plácido Domingo y otras estrellas más del montón.

Por lo que convendría enmendar la oración original, sustituyéndola por “con cadenas vivir es vivir” *

* O Ariel Joyerías es la solución.

- “La vida misma” - podría agregar una tercera voz, ronca, antes de calentar, un poco, la pista para empezar a rapear.

Sigue otra partecita un poco dudosa, que muy pocos entienden y repiten malamente* que es la que dice: “en afrenta y oprobio sumido”

* Una inmensa mayoría de los estudiantes de nuevo ingreso a las universidades cubanas, recitan, o murmuran, bastante mal, esta intrincada sección, mientras qué, casi todos, los egresados, lo siguen repitiendo, de igual manera, cuando se incorporan a la vida profesional. Incluso, hay muchísimos, que se han muerto sin saberlo.

¡Eso no vende, puro! ¡Eso no pega! ¡Eso no lo entiende nadie!

Es por eso qué, esa fracción de nuestro Himno Nacional, la queremos someter a una discusión amplia, consensuada y democrática, con el pueblo - llámese masa cárnica,cerelac, o lo que sea - que es, en definitiva, para quien va encaminado todo este magno, grandioso, concienzudo e invencible esfuerzo.

Y como seguiremos, ciega y firmemente, afianzados en la defensa por la construcción de un socialismo próspero y posible - que aún no hemos encontrado -, ante las dudas, o la avalancha de propuestas que, de seguro, surgirán, sugerimos que se concrete todo eso, sencillamente - obviando ese trozo ambiguo - con un juvenil, melódico, pegajoso y universal: “la, la, la, la, la, la, la, lá*”

* Lo cual no precisa de traducción y podrá ser, también, interpretado por los turistas que visitan nuestra nación y no hablan nuestra lengua.

Vamos, seguidito - y sin demora - para las dos estrofas finales*.

* Pues las dieciséis siguientes, del cántico original, fueron dadas de baja - por suerte, porque si no, esto hubiera sido lo de nunca acabar - en un abrupto corte reductor, desde la lejana fecha de 1902. Los mambises, los pobres, sí que se tuvieron que disparar la glosa inédita entera, en su matutinos manigüeros. Y la gente de Bayamo casi se achicharra aprendiéndose la cancioncita, mientras el fuego los consumía. ¿Quién nos entiende?

“Del clarín escuchad el sonido”

Con todo el respeto que merecen nuestros antepasados, la sentencia es algo cacofónica y zoquete.

¿Puede de un cornetín no oírse el alarido?

¿No es eso lo mismo que preguntarse de qué color era el caballo blanco de Maceo?

Lo que se lleva ahora es pedir bien alto y fuerte: ¡Metaleeeeeeees!

Para que entren fuerte las trompetas, los trombones, los cornos y las tubas. *

* “Se me parte la tuba en dos, se me parte la tuba en tres” o “El muerto alante y la gritería atrás”

Y la gente se vuelva loca, y empiece a dar cintura, moviendo la batea, hasta delirar, y hasta bajándole santos, a algunos, para alcanzar un paroxismo ideológico-patriótico-transcultural.

Y se desate, una coda - conga, luego del, “a las armas, valientes, corred” que se sustituirá por el rugido de guerra más aguerrido de estos tiempos feroces y que incita a todos: ¡A guaracharrrrrrrrrrrrrrr!

En resumen, la propuesta final vendría siendo. *

* Luego de la consulta popular previa, por supuesto, a la que le haríamos muy poco caso.

¡Cómete tol mundo!

que el Partido vigila militante.

¡Jámate lo que veas por delante!

que vivir, es vivir, es vivir, es vivir, es vivir y es vivir

Con cadenas vivir es vivir

la, la, la, la, la, la, la, lá

¡Metaleeeeeeeees!

¡A guaracharrrrrrrrrrrrrrr!

Todo esto, con un cadencia más movidita, pegajosa, un tumbao alantico, compuesto por uno, o dos compases - sobre la base que hoy mueve al mundo, inunda cadenas de televisión, aturde estaciones de radio, se derrama en redes sociales, invade al oído sin miseria y cual jauría, inconsciente, se instaura en nuestro sonar- escuchar cotidiano.

La brevedad del nuevo himno permitirá que los matutinos escolares y laborales sean cada vez más escuetos, mucho más dinámicos y los inicios de los actos conmemorativos, entregas de medallas olímpicas, partidos de beisbol, u otras competencias deportivas y ceremonias oficiales, se condensarán en una suerte de charangón rápido de bolsillo, que se reproducirá hasta en los timbres de teléfonos móviles.

Asimismo, las personas no tendrán que ponerse de pie, en atención, o ni siquiera asumir cara de circunspecto, a la hora de entonar la música, sagrada e intocable, de nuestro patrimonio, sino que, suelta y relajadamente, podrán gozarlo bailando, repellando o perreando, de la manera más animal. *

* O salvaje, es decir: natural.

Muy importante es que se mencione invariablemente -, al inicio, durante y al final - al autor de la pieza, aunque sólo sea por su nombre artístico: Perucho, el achicharrado.

Eso sí, se seguirá manteniendo el título primitivo de la composición primaria, por aquello de que todo cubano, que adora la isla, debe llevar, en su alma, tatuada: La bayamesa.

“Y a la lucha, a la lucha, no somos hombres, pero somos muchas”

Algunos imputaran que esta proposición es un tanto apresurada.

Pero si piensan que esto se hizo de corre - corre, los invitamos a reflexionar, en lo mucho que sufrió, durante su “creación”, la pieza originaria. Que - según lo que nos inculcaron en la primaria - fue escrita sobre un caballo” *, apuraditos y a la carrera, descaradamente, plagiando una ópera de Verdi, con medio Bayamo en llamas** y para colmo, el prístino manuscrito, como era lógico***, fue consumido, por el mismo voraz incendio que se llevó las partituras de Juana Bacallao**** y tuvo que ser recompuesta, por su autor, a pura memoria, bastante tiempo después.

* De ahí lo de cabalgata, o sonatina llamando a guerra.

** No queda claro en qué momento pudieron ensayar antes de entonarla a coro.

*** ¿No pudieron doblarlo y metérselo en un bolsillo?

**** Quien debería estrenar esta nueva, repartera y fresca versión.

Así que, “A la lucha, a la lucha” *, belicosa tribu.

* Devenida en deporte nacional.

Cantemos juntos todos contentos y en coro.

¡A por nuestra yuca, taínos!

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Artículo de opinión: Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de CiberCuba.

Juan Carlos Cremata Malberti

Director de cine y guionista cubano. Se graduó en 1986 de Teatrología y Dramaturgia, en el Instituto Superior de Arte (ISA) de La Habana, posteriormente cursó estudios en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños graduándose en 1990.


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