¿Un chapuzón en la Playita de 16?

En Cuba ―país con hermosas playas― calificar a la “playita de 16” como “playa” es casi un chiste.

Sin embargo, ahí permanece ella: amada por generaciones enteras, inconmovible en su popularidad eterna, en su incomodidad a prueba de fuego…

Es un tramo de costa, de arrecife puro, de diente de perro…. por el que casi todo habanero ha pasado alguna vez, y del que casi todo el mundo guarda más de un recuerdo.

Ubicada en la calle 1ra ―entre 14 y 16― en el elegante barrio de Miramar, la “playita de 16” está escondida, es discreta, pero todo el mundo sabe que está.

Ir caminando entre caserones y de repente encontrarse aquel trozo de asfalto lleno de bañistas es, cuanto menos, una experiencia curiosa.

Allí no crece un árbol ni una palmera, es recomendable bañarse con zapatillas, y no hay tumbonas ni comodidades…. pero hay mar, hay compañía, y los cubanos no necesitan mucho más.

No se sabe por qué, pero aquel “engendro” de playa tiene su encanto, tiene su qué….y desde luego, tiene su público.